Maruja Torres, iron¨ªa en colores
Mordaz y tierna a partes iguales, la veterana periodista ha hecho de la comodidad, los tonos vivos y el humor las se?as de identidad de su casa y de su armario, con un estilo tan personal c¨®mo ecl¨¦ctico.
Naci¨® en el Raval, entonces uno de los barrios m¨¢s pobres de Barcelona, en una familia sin recursos que no se pudo permitir que su hija estudiara. Un t¨ªo suyo, el ¨²nico que disfrutaba de una cierta posici¨®n, le daba de vez en cuando cinco duros que ella aprovechaba para comprarse alg¨²n libro, porque en la literatura encontraba compa?¨ªa e imaginaba otras vidas llenas de aventuras. Esa paga le permiti¨® conocer a Dickens y fue Oliver Twist la historia que m¨¢s le marc¨® desde que la descubri¨® con tan solo nueve a?os.
Lleva kilos y kilos de periodismo en la mochila, oficio del que se enamor¨® de jovencita y al que lleg¨® despu¨¦s de ser la secretaria de la escritora Carmen Kurtz. ?Yo no pude estudiar ni la primaria y aprend¨ª a escribir por intuici¨®n. Mi amiga Elisenda Nadal me dio la clave cu¨¢ndo entr¨¦ en Fotogramas. ¡°Escribe como hablas¡±, me dijo, y eso es lo que llevo haciendo desde entonces. Jam¨¢s pondr¨¦ b¨²caro pudiendo decir jarr¨®n?.
Hoy, su verbo ¨¢gil y mordaz, tan viperino como tierno, la ha convertido en una pluma reconocida, una consumada periodista todoterreno que ha hecho desde cr¨ªtica de cine a cr¨®nica rosa. Ejerci¨® como corresponsal de guerra y se convirti¨® en escritora de novela negra a trav¨¦s de su ¨¢lter ego Diana Dial, la mundana detective que en Sin entra?as (Planeta), su ¨²ltima novela, resuelve un crimen en un lujoso crucero por el Nilo. ?Escribir novela negra es divertid¨ªsimo y un buen ejercicio de concentraci¨®n. Has de estar muy atenta para no dejar cabos sueltos. Situ¨¦ la trama en Egipto para homenajear a la sufrida clase media baja que protagoniz¨® la revuelta de Tahrir?, explica.
Su casa tiene, como no pod¨ªa ser menos, un balc¨®n alegre y lleno de plantas y flores que se asoma a una de las calles m¨¢s bonitas y animadas de Barcelona. ?Tuve un balc¨®n en el Raval, otro en Beirut y ahora tengo este en el Ensanche?. Y as¨ª es desde que en 1997 se instal¨® de nuevo en su ciudad, con los par¨¦ntesis de continuos viajes y sus cuatro a?os de estancia en Beirut, entre 2006 y 2010. Su armario es como ella, impetuoso, vital, ecl¨¦ctico y colorista. ?Antes recurr¨ªa mucho al negro, pero con los a?os he descubierto el color y he aprendido a usar los complementos: los fulares, los bolsos, los zapatos y mi colecci¨®n de gafas son las piezas indispensables de mi guardarropa. Pero mis favoritos son los sombreros y las gorras. Son muy pr¨¢cticos para combatir el fr¨ªo, el sol y la lluvia, y me siento muy favorecida con ellos?.
Apuesta por la comodidad en sus estilismos. ?Es un vicio que adquir¨ª en los a?os en que fui corresponsal de guerra?, asegura. Y se confiesa feliz desde que descubri¨® los zapatos de la marca Arche: ?Son modelos pensados para caminar, con buenos materiales y colores atractivos?.
Es adicta a las creaciones de la joven dise?adora catalana Silvia Garc¨ªa Presas, en cuyo espacio, The Avant, encuentra siempre prendas favorecedoras y con un punto alternativo. Tambi¨¦n le gustan las blusas de seda en colores fuertes de Carolina Herrera y es fan ac¨¦rrima de la firma n¨®rdica Gudrun Sj?den, en la que compra online todo lo que se le ocurre y m¨¢s.
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En su armario abundan las blusas de seda de Carolina Herrera y los sombreros.
Germ¨¢n S¨¢iz
Pulseras y collares comprados en el El Cairo y Beirut.
Germ¨¢n S¨¢iz
Secreter con fotos de sus amigos desaparecidos: Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y Terenci Moix.
Germ¨¢n S¨¢iz
Bolso cardinal. Su favorito es una cartera de mano que reproduce el mapa de su querida Beirut.
Germ¨¢n S¨¢iz
Cada vez que empieza a escribir un libro se compra un modelo nuevo de gafas.
Germ¨¢n S¨¢iz
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