¡®Caso Wanninkhof-Carabantes¡¯: c¨®mo el mito de la ?lesbiana perversa? favoreci¨® el linchamiento de Dolores V¨¢zquez
El documental de Tania Ball¨® ahonda en c¨®mo la lesbofobia social jug¨® un papel crucial para inculpar a una mujer inocente de un crimen que no cometi¨®.
En 1999, la directora y documentalista T¨¤nia Ball¨® ten¨ªa 21 a?os, dos m¨¢s que los que ten¨ªa Roc¨ªo Wanninkhof cuando la acuchillaron una noche de fiesta camino a la feria de su pueblo. A Roc¨ªo la mataron siete a?os despu¨¦s de que el crimen de las ni?as de Alc¨¤sser sumiera a toda una generaci¨®n de cr¨ªas y adolescentes en un estado de paranoia y de terror perpetuo, porque si algo hemos aprendido en estos treinta a?os de cr¨ªmenes sexuales en Espa?a es que existe una ...
En 1999, la directora y documentalista T¨¤nia Ball¨® ten¨ªa 21 a?os, dos m¨¢s que los que ten¨ªa Roc¨ªo Wanninkhof cuando la acuchillaron una noche de fiesta camino a la feria de su pueblo. A Roc¨ªo la mataron siete a?os despu¨¦s de que el crimen de las ni?as de Alc¨¤sser sumiera a toda una generaci¨®n de cr¨ªas y adolescentes en un estado de paranoia y de terror perpetuo, porque si algo hemos aprendido en estos treinta a?os de cr¨ªmenes sexuales en Espa?a es que existe una caperucita para cada generaci¨®n?y que siempre habr¨¢ un cuento de terror listo para aleccionar a las j¨®venes sobre qu¨¦ temer y qu¨¦ peligros evitar por el mero hecho de ser mujeres y andar solas por la calle de noche.
Dolores V¨¢zquez pas¨® 519 d¨ªas en una celda, diecisiete meses en total, acusada de ese crimen por un jurado popular, un asesinato que no cometi¨®. Detenida en 2001 y juzgada unos pocos meses despu¨¦s con toda Espa?a pegada al televisor atenta a lo que pasaba en aquel juicio, los quince a?os de condena que cayeron a V¨¢zquez ven¨ªan a ratificar todo lo que se ven¨ªa afirmando en columnas y tertulias televisivas durante aquellos meses de delirio medi¨¢tico, un sentir resumido en una frase que dijo Margarita Landi en uno de los?Los Desayunos de la 1 de la ¨¦poca: ?Mi coraz¨®n me dice que s¨ª, que a m¨ª me parece culpable?.
Esa conjetura es una de elucubraciones sobre la supuesta culpabilidad de V¨¢zquez que Ball¨® recoge en?El caso Wanninkhof- Carabantes, un documental que se estrena el 23 de junio en Netflix.?Una investigaci¨®n que ha durado m¨¢s de dos a?os, analizando las 5.000 p¨¢ginas judiciales, revisando casi 300 horas de material de archivo televisivo y de prensa escrita de la ¨¦poca y contactando con m¨¢s de 60 fuentes involucradas en las investigaciones de los cr¨ªmenes de Roc¨ªo y Sonia Carabantes, aquellas que se conectaron por un rastro de ADN en una colilla olvidada y que prob¨® que Tony King, y no V¨¢zquez, era el ¨²nico culpable del crimen en la cala de Mijas, adem¨¢s del que llev¨® a cabo en Co¨ªn en 2003.
El de Ball¨® es un an¨¢lisis en el que la perspectiva de g¨¦nero se aplica cl¨ªnicamente, sin hacer sangre donde pod¨ªa haberse recreado, para revisar c¨®mo un pa¨ªs linch¨® a una mujer inocente y construy¨® un relato medi¨¢tico estereot¨ªpico e irreal, alimentado y sostenido por la lesbofobia social. ?Deb¨ªa denunciar c¨®mo un suceso tan tr¨¢gico, el asesinato brutal de una joven, se vio intoxicado por prejuicios inexplicables?, apunta la directora a por qu¨¦ en su documental, que tambi¨¦n repasa con exactitud el crimen de Sonia Carabantes y el historial delictivo de Tony King, se hace hincapi¨¦ en esa lesbofobia que aup¨® la crucifixi¨®n social de V¨¢zquez. ?Y no solo?por el hecho de culpabilizar a una inocente, eso pasa y por desgracia no es el ¨²nico caso, pero lo que no se puede tolerar es el linchamiento p¨²blico, el no respeto a la presunci¨®n de inocencia y la permisividad de unas instituciones a la deshumanizaci¨®n arbitraria de una ciudadana a la que se le despoja de todo derecho al ser se?alada como sospechosa?, enfatiza Ball¨® sobre el tratamiento que recibi¨® V¨¢zquez.
Nadie la vio en el lugar del crimen, ten¨ªa una coartada la noche que mataron a Roc¨ªo (cuid¨® de una de sus sobrinas) y las huellas de las ruedas del coche en el lugar de los hechos no coincid¨ªan con las de su veh¨ªculo, pero una vez que la Guardia Civil apel¨® a un crimen ?pasional? como posible motivaci¨®n del asesinato ¨Cun t¨¦rmino ya obsoleto en el imaginario de los cr¨ªmenes de violencia de g¨¦nero¨C, de V¨¢zquez, que hab¨ªa sido novia durante once a?os de la madre de Roc¨ªo, Alicia Hornos, y de la que llevaba separada cuatro, se dijo de todo en cr¨®nicas de prensa y tertulias. ?La prensa se encarg¨® de presentar una imagen de Dolores V¨¢zquez que no era real. De alg¨²n modo la masculiniz¨®, con el ¨²nico objetivo de convencer a la opini¨®n p¨²blica que solo una mujer, con esas caracter¨ªsticas, era capaz de llevar a cabo, por razones asociadas hist¨®ricamente a la peor versi¨®n de la masculinidad, un crimen pasional. Ning¨²n medio qued¨® exento de este circo?, alerta Ball¨®, que se apoy¨® en su investigaci¨®n en la que hizo en su d¨ªa la activista lesbiana, ex directora del Instituto de las Mujeres y ahora diputada por Podemos, Beatriz Gimeno, cuando escribi¨® La construcci¨®n de la lesbiana perversa?(Gedisa, 2008) y analiz¨® 500 noticias publicadas en prensa?escrita sobre el caso Wanninkhof (160 en El Pa¨ªs, 129 en El Mundo y 95 en ABC,?m¨¢s algunos art¨ªculos de la prensa regional andaluza).
Masculina, est¨¦ril, monstruosa
?Sin los medios de comunicaci¨®n no hubiese habido jurado y juez?, dictamina Gimeno en su libro, donde desgrana, una a una, c¨®mo ?unas narraciones de hechos fabricadas? crearon ese estereotipo de la lesbiana perversa y vengativa en el caso Wanninkhof.?Cuando se empez¨® a apuntar que V¨¢zquez pod¨ªa ser la presunta asesina, de la sospechosa se destac¨® en diferentes cr¨®nicas que practicaba k¨¢rate y artes marciales, que ten¨ªa la voz ronca, que mandaba, que no era agradable y que mostraba autoridad sobre los dem¨¢s. ?Su firmeza de car¨¢cter fue vista como algo temible, como si no tuviese sentimientos. Como?V¨¢zquez no cumpl¨ªa con los estereotipos er¨®ticos de deseo masculino que se asocian a las lesbianas, fue construida como un cuerpo lesbiano masculinizado por los medios?, explica Gimeno al otro lado del tel¨¦fono sobre c¨®mo el lesbianismo de la acusada fue usado como la ant¨ªtesis de la humanidad, como algo ?abyecto? para dar pie a una idea heredada donde ?la lesbiana aparece siempre como vengativa y act¨²a siempre movida por el rencor, por la envidia incontenible hacia la belleza y la felicidad que son inalcanzables. Son mujeres que dan mucho miedo, con las que ninguna querr¨ªa identificarse?.
La prensa tambi¨¦n se apoy¨® en el hecho de no haber sido madre para a?adir motivaciones al crimen. Una de las pocas columnas que exhibe el documental es Amor est¨¦ril,?escrita por Juan Manuel de Prada en ABC en el a?o 2000, un texto que cumple, seg¨²n apunta Gimeno, ?con todos y cada uno de los pilares mis¨®ginos y lesb¨®fobos sobre los que se construye la idea de la lesbiana vengativa?. All¨ª de Prada escribi¨®, entre un c¨²mulo de met¨¢foras sobre su ideal de feminidad y pureza, que ?al asesinar a Roc¨ªo Wanninkhof, esa mujer (V¨¢zquez) estaba excluyendo la posibilidad de un amor distinto al suyo, un amor que fuese fecundo y perdurara en otra carne. La asesina de Roc¨ªo Wanninkhof vivir¨ªa su amor est¨¦ril con esa obcecaci¨®n de quienes aman sin esperanza, y la presencia jovial de tanta belleza encarnada en el cuerpo de una adolescente la mortificaba como un ultraje?. No cumplir con los roles tradicionales que se esperan de las mujeres, fecundidad y heterosexualidad, fue percibido como un trauma que solo pod¨ªa llevar a la violencia m¨¢s impensable, aquella que se espera que ejecuten los hombres.
?Lo que debemos tener claro es que un solo art¨ªculo no provoca estos linchamientos colectivos, sino todo su conjunto?, alerta Ball¨®. ?Fueron muchas las opiniones, desde distintos medios, firmadas por voces y plumas respetadas, que hoy ser¨ªan impensables en medios considerados como serios, o al menos eso quiero creer, y que traspasaron varias l¨ªneas rojas?.
El espect¨¢culo del armario en ¡®prime time¡¯
Durante el juicio, desde la fiscal¨ªa se apel¨® a que la ?homosexualidad reprimida elevaba los casos de violencia? y que ese factor pod¨ªa haber motivado el asesinato de Roc¨ªo. Que V¨¢zquez ten¨ªa un ?trauma? por llevar su lesbianismo en silencio. Para Gimeno lo que en sociolog¨ªa se denomina como ?el espect¨¢culo del armario? fue crucial para fomentar las sospechas sobre V¨¢zquez. La prensa nunca habl¨® abiertamente sobre la relaci¨®n entre V¨¢zquez y Hornos, apelando continuamente a que hab¨ªan sido ?amigas muy ¨ªntimas? o que V¨¢zquez hab¨ªa sido ?la mejor amiga de la madre de Roc¨ªo?.
Antes de que Tony King entrase en escena, Gimeno, pese a su activismo en el movimiento LGTBI, lleg¨® a pensar que el lesbianismo de V¨¢zquez no hab¨ªa tenido nada que ver con que fuese declarada culpable. Que si no se dec¨ªa abiertamente en la prensa, que esa invisibilizaci¨®n semivelada que se hizo de la acusada en los medios se hab¨ªa efectuado para ?no exacerbar la homofobia en una ¨¦poca en la que luch¨¢bamos por nuestros derechos b¨¢sicos?. Con la resoluci¨®n del caso, y con su investigaci¨®n, comprendi¨® que ?ese armario de cristal? sirvi¨® a la narrativa medi¨¢tica para acrecentar a¨²n m¨¢s las sospechas sobre V¨¢zquez. ?La prensa situ¨®?a ese lesbianismo en el lugar que le correspond¨ªa, el del secreto y el silencio, pero en el lugar de la sospecha evidente, apostando el secreto abierto y el secreto a voces. El armario en aquella ¨¦poca ten¨ªa las puertas de cristal. Se deja ver, pero no se nombra. Las ni?as, las j¨®venes que no tienen una comunidad, se quedan sin referentes. Est¨¢ tan invisibilizado que ni siquiera la palabra se nombra ante el resto?. Gimeno lo ejemplifica con el caso Arny: ?La homofobia contra los gays funciona enfatizando que es gay. En el caso Arny se se?al¨® que todo el mundo era gay, pero tambi¨¦n que era mentira todo lo que se dijo de ellos, porque la condena social era suficiente, independientemente de que lo hubieran hecho o no, se?alando que eran gays. En el caso de V¨¢zquez, al no mencionarla como lesbiana, al invisibizarla, ese velo o sospecha es mucho m¨¢s efectivo que llamarla lesbiana?.?
La Justicia todav¨ªa no ha indemnizado a Dolores V¨¢zquez. ?Hay gente que sigue pensando que es culpable porque es muy dif¨ªcil desmontar todos aquellos prejuicios y la justicia se neg¨® a indemnizarla por el sufrimiento?, lamenta Gimeno, que apuesta por una reparaci¨®n econ¨®mica desde las instituciones. Ball¨®, que no ha contactado con Dolores V¨¢zquez durante su investigaci¨®n (?Entiendo y avala la decisi¨®n de Dolores de optar por el silencio, ese es probablemente el ¨²nico espacio de control que tuvo y tiene sobre su privacidad?), no tiene una respuesta clara a c¨®mo solucionarlo: ?La respuesta f¨¢cil ser¨ªa decir que tiene que haber un perd¨®n p¨²blico, ?pero c¨®mo imaginamos ese gesto? ?Qui¨¦n o quienes deben llevarlo a cabo?Dolores V¨¢zquez fue una v¨ªctima m¨¢s de un caso repleto de v¨ªctimas inocentes?.