El fen¨®meno Elena Francis: c¨®mo un consultorio de belleza acab¨® siendo altavoz del franquismo
?Fue la primera ¡®influencer¡¯ de Espa?a?, aseguran los expertos. El popular formato radiof¨®nico, que comenz¨® como un espacio pensado para vender cosm¨¦ticos, acab¨® adoctrinando a las mujeres. Ahora un documental repasa y analiza su papel.
¡°Rompe ese compromiso de forma cordial, aunque ahora te duela. Tu futuro sentimental, querida, est¨¢ al lado de un hombre blanco como t¨², y no dudes de que ese hombre aparecer¨¢ en tu vida. As¨ª que procura ser fuerte y reflexiona sobre todo cuanto te he dicho de cara al futuro¡±. Elena Francis no se andaba con rodeos. Aquella voz grave pero impecable, que conjugaba la autoridad de la profesora con una cercan¨ªa maternal, respond¨ªa con esta contundencia a la carta de una oyente que compart¨ªa preocupada su desaz¨®n por haberse enamorado de un negro. ¡°Piensa en tus hijos¡±, a?ad¨ªa esta manufacturada confesora y altavoz m¨¢s efectivo de los valores del r¨¦gimen franquista, que durante m¨¢s de tres d¨¦cadas convirti¨® su consultorio radiof¨®nico en el confesionario compartido por aquellas que crecieron aleccionadas por su catequesis. Ahora, casi 40 a?os despu¨¦s de su final, un documental analiza y examina su influjo en las generaciones de mujeres que, a eso de las siete de la tarde, se sentaban cada d¨ªa en torno al transistor.
Elena Francis, la primera influencer, es el t¨ªtulo de la pieza producida por RTVE en colaboraci¨®n con The Mediapro Studio y que fue emitida en La 2 el 8 de marzo con motivo del D¨ªa Internacional de la Mujer. Por atrevido que pueda sonar, el s¨ªmil con los creadores de contenido actuales no es ni mucho menos excesivo para profesionales como Santiago Hern¨¢ndez, responsable de Puromarketing, que argumenta en tres aspectos sus similitudes: ¡°Un influencer tiene que tener una audiencia de cierto tama?o, y en este caso la hab¨ªa, por ser el medio rey de la ¨¦poca. El segundo aspecto cr¨ªtico es el poder de prescripci¨®n, y ella ten¨ªa una horda de personas dispuestas a hacerle caso, ten¨ªa relevancia sobre esa audiencia. Y, por ¨²ltimo, una buena relaci¨®n con las marcas, y ella, que pertenec¨ªa directamente a los laboratorios Elena Francis, ten¨ªa mejor relaci¨®n que nadie¡±.
En el documental, plagado tanto de los testimonios de profesionales involucrados en el programa de radio como de expertos de diferentes ¨¢reas, son varias las voces que se adhieren a esta capacidad de influencia de Elena Francis. Un personaje inventado al que pusieron juicio y criterio guionistas como Juan Soto Vi?olo, y voz, hasta siete locutoras diferentes desde su estreno en 1950 en Radio Barcelona. ¡°Fue una de las primeras personas en las que el oyente confi¨®¡±, apunta la periodista Mara Torres. ¡°Hab¨ªa una especie de hipnosis colectiva porque el programa se escuchaba en toda Espa?a como si fuera una gran caja de resonancia: en los patios de vecinos, en los talleres de modistas, en autobuses, en los hogares¡ Eso hizo que tuviera un calado social in¨¦dito hasta entonces, como una influencer¡±, refrenda la escritora Rosario Raro.
M¨¢s de un mill¨®n de cartas, escritas de forma mayoritaria por adolescentes de 14 a?os procedentes de los emergentes n¨²cleos urbanos, fueron recibidas en las oficinas situadas cerca de plaza de Catalu?a. All¨ª, un grupo de mujeres se encargaba de seleccionar las m¨¢s aptas en un oficio que, seg¨²n la locutora de RNE Pepa Fern¨¢ndez, era de todo menos agradable: ¡°Estaban mal pagadas, trabajaban en un lugar inh¨®spito y no establec¨ªan relaciones entre ellas, cuando les daban instrucciones se las daban por separado¡±. La mayor¨ªa se respond¨ªan y, como buen branded content, se recomendaban los productos del instituto de belleza Francis para poner soluci¨®n a las inquietudes de las remitentes. ¡°La naturaleza crea, Francis embellece¡±, era el eslogan de la firma. Ese fue el primer objetivo del consultorio: vender las cremas, t¨®nicos cut¨¢neos y lociones de su marca madre para embellecer aquellos defectos susceptibles de desagradar al esposo de turno. Aunque la audiencia era amplia, solo aquellas j¨®venes de clase media alta pod¨ªan permitirse enviar su dinero por correspondencia y recibir los art¨ªculos en casa mediante correo postal, a veces incluso firmados por la propia Francis. Algunos hombres tambi¨¦n escrib¨ªan cartas, y se contestaban, pero jam¨¢s se le¨ªan en directo. Un hombre no pod¨ªa usar cosm¨¦ticos en la Espa?a de los sesenta.
La pel¨ªcula dirigida por M¨°nica Artigas examina de manera exhaustiva la evoluci¨®n y ascendencia que acab¨® teniendo el espacio en las mentes de las mujeres de aquel tiempo, privadas de los derechos y las libertades conseguidas antes de la Guerra Civil. Fueron las propias oyentes, condenadas a la reclusi¨®n del hogar y el patio de vecinas, quienes acabaron dando una dimensi¨®n sociol¨®gica al programa al introducir preguntas cada vez m¨¢s ¨ªntimas y personales. Se convirti¨® en algo as¨ª como el Google de la ¨¦poca, donde una joven, bautizada quiz¨¢ como Linda Flor o Turquesa, pod¨ªa resguardarse en el anonimato para saber si pod¨ªa quedarse embarazada al dormir en una cama donde antes se hab¨ªan mantenido relaciones ¨ªntimas. La respuesta ser¨ªa algo ambigua, ya que cualquier menci¨®n a la sexualidad estaba terminantemente prohibida.
El ¨¦xito del formato llam¨® la atenci¨®n de los entes m¨¢s potentes del franquismo, como la secci¨®n femenina o la Iglesia, que vieron en el espacio la mejor oportunidad de difundir los valores ultraconservadores y dejarle claro a sus oyentes que se deb¨ªan, por encima de todo, a atender a sus hijos y a su marido. ¡°El contenido de su discurso es claramente adoctrinador. Transmite a las mujeres mensajes de sumisi¨®n, de resignaci¨®n, de obediencia, de aceptaci¨®n de la discriminaci¨®n. Explica que lo que vale para los hombres no vale para las mujeres¡ La valoraci¨®n no puede ser positiva¡±, corrobora en el documental la historiadora Gloria Nielfa. La conocida actriz y directora Mag¨¹i Mira prefiere calificar El consultorio de Elena Francis como la ¡°serie con m¨¢s cap¨ªtulos¡± de la historia del pa¨ªs. ¡°Fue una estrategia maravillosa que se invent¨® el r¨¦gimen para controlar y reeducar a las mujeres. Intentaba crear esa paz en los hogares a costa de que la mujer soportara, aguantara, fuera sumisa¡ Todo eso que no era m¨¢s que colaborar en una sociedad patriarcal que nos ten¨ªa presas¡±. Los consejos de Elena Francis comenzaron a abrazar la modernidad tras la muerte de Franco, pero el aperturismo ambiental que viv¨ªa el pa¨ªs durante la Transici¨®n releg¨® el formato al papel de banda sonora a?eja y trillada. En enero de 1984 la c¨¦lebre sinton¨ªa de Indian Summer son¨® por ¨²ltima vez en las casas de los espa?oles.
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