Adicciones que casi le llevan a la muerte: ?est¨¢ Jordan Peterson para dar consejos de vida en un libro?
El gur¨² favorito de la manosfera y la alt right tiene listo un nuevo pack de reglas para la vida tras pasar por un proceso de adicci¨®n y desintoxicaci¨®n que le llev¨® al borde de la muerte.
Casi nadie ha tenido un buen 2020, pero lo de Jordan Peterson es otra cosa. El gur¨² de la anticorrecci¨®n pol¨ªtica explic¨® ya en febrero que se estaba recuperando de los efectos de la desintoxicaci¨®n brutal a la que se someti¨® en Rusia para superar su dependencia de m¨¢s de la benzodiacepina y la ketamina. Su hija Mikhaila, ap¨®stol de una extra?a dieta que consiste en ingerir solo carne roja, sal y agua, que siguen tanto ella como su padre, se llev¨® a Peterson a Rusia, de donde procede su marido, porque all¨ª los m¨¦dicos pod¨ªan aplicarle un d¨¦tox a lo bestia. Le indujeron un coma para sobrellevar los efectos secundarios pero cuando despert¨® pas¨® semanas en la UCI, incapaz de hablar, comer o escribir y sufriendo delirios. Su estado se complic¨® con una neumon¨ªa y, seg¨²n su propia hija, estuvo varias veces cerca de la muerte.
Justo en el momento en que el mundo se encerraba en sus casas, la familia llev¨® a Peterson a una cl¨ªnica de Florida, y m¨¢s tarde a otra en Belgrado, donde contrajo el coronavirus.
Por eso a todo el mundo le sorprendi¨® cuando la semana pasada se anunci¨® que en breve publicar¨¢ un nuevo libro, que ha debido escribir en medio de todas estas calamidades transcontinentales. Ser¨¢ la secuela de su ensayo m¨¢s vendido y famoso, 12 reglas para vivir: un ant¨ªdoto al caos, y se titular¨¢ M¨¢s all¨¢ del orden: 12 reglas m¨¢s para la vida y se publicar¨¢ en marzo en Estados Unidos y Canad¨¢.
Antes de imprimirse, el libro ya ha generado pol¨¦mica. Algunos empleados de Penguin Random House en Canad¨¢ pidieron en una reuni¨®n la semana pasada, llegando a las l¨¢grimas, seg¨²n reportaron medios como Vice, que el libro no se publicase, buscando de la editorial una reacci¨®n similar a la que tuvo Hachette cuando se retir¨® de la publicaci¨®n de las memorias de Woody Allen. Esos empleados se?alaron a la gerencia que Peterson es un icono del discurso del odio, de la transfobia, la islamofobia y del supremacismo blanco. Otros se?alaron que la empresa ha estado desde el pasado verano organizando talleres de antirracismo y profesando esfuerzos en ese terreno, que ahora parecen ¡°totalmente performativos¡±. La empresa ha abierto un canal de comunicaci¨®n para seguir recibiendo protestas y sugerencias, pero de momento se mantiene firme en su decisi¨®n de publicar a un autor h¨ªper pol¨¦mico pero tambi¨¦n s¨²per ventas. Se calcula que el acad¨¦mico antifeminista ha vendido m¨¢s de 30 millones de copias de sus m¨¢s de 50 libros y es el autor canadiense vivo que m¨¢s vende, por delante de su compatriota Margaret Atwood.
Si Penguin Random House se retira de la publicaci¨®n, que no parece probable, no ser¨ªa la primera vez que una gran empresa escoge dejar de ganar dinero con la peligrosa ret¨®rica del gur¨² de la anti izquierda. Tras el atentado en la mezquita de Christchurch en 2018, la principal cadena de librer¨ªas de Nueva Zelanda, Whitcoulls, dej¨® retir¨® de sus estanter¨ªas las Doce reglas para la vida por no alimentar el odio. En su gira por el pa¨ªs, Peterson se hab¨ªa fotografiado sonriente con un fan que llevaba una camiseta que dec¨ªa ¡°soy un orgulloso islam¨®fobo¡±.
Los actos multitudinarios son una parte clave del negocio de Peterson. En las charlas y seminarios que organiza por todo el mundo ¨Co que organizaba, antes de su serie de catastr¨®ficas desdichas¨C y a los que acuden sus enfervorizados seguidores blandiendo figuras de langostas o llevando a veces merchandising con ese crust¨¢ceo, que el acad¨¦mico ha convertido en s¨ªmbolo de su ideolog¨ªa, ya que suele usar a las langostas en sus charlas como ejemplo de animal que se adhiere a una jerarqu¨ªa. Con ese argumento, el pensador trata de probar que las clases sociales y la estructura capitalista no son construcciones sociales sino parte de una tendencia natural que hace que algunos seres sean dominantes y otros dominados.
Aunque Peterson pasa un tiempo considerable en sus entrevistas negando ser un mis¨®gino y coloc¨¢ndose pol¨ªticamente m¨¢s cerca de la tradici¨®n ¡°brit¨¢nica liberal¡± que de la ultraderecha, lo cierto es que tanto los c¨ªrculos de la alt-right como la manosfera (en un diagrama de Venn, ambos casi se superponen), la red de hombres que aboga por la superioridad masculina, tienen en Peterson a su ide¨®logo favorito gracias a teor¨ªas como las que expone en su libro Mapas del conocimiento, donde dice que los hombres son el ¡°orden¡± y las mujeres son el ¡°caos¡±. En una entrevista con The New York Times, Peterson justific¨® el atentado del supremacista incel Alex Minasian, de 25 a?os, que asesin¨® a diez personas en el centro de Toronto en 2018 arroll¨¢ndolas con una caravana, explicando que Minasian estaba ¡°enfadado con Dios porque las mujeres le rechazaban¡± y que la soluci¨®n es la ¡°monogamia forzosa¡±. De lo contrario, explic¨® en la misma entrevista, las mujeres heterosexuales solo querr¨¢n emparejarse con los hombres de m¨¢s estatus y ¡°ninguno de los dos g¨¦neros estar¨¢ contento¡±.
En su pr¨®ximo libro, Peterson aboga por la idea de que el orden puede dar seguridad y confort, pero tambi¨¦n tiene sus inconvenientes. ¡°Una estructura ordenada tiene que permitir ciertos elementos de caos para convertirse en algo nuevo y para garantizar su propia supervivencia¡±, asegura. Y aunque no est¨¢ claro si en el libro aborda su propio periplo hospitalario ¨Cpol¨¦mico porque Peterson abjura de las dependencias qu¨ªmicas y cree que el hombre solo necesita estoicismo y fuerza de voluntad para imponerse a cualquier circunstancia. ¡°Nadie se sale con la suya nunca, as¨ª que responsabil¨ªzate de tu vida¡±, les dice a sus pupilos en los seminarios¨C o si habla del coronavirus en el libro, todo apunta a que tiene teor¨ªas al respecto. Seg¨²n un art¨ªculo de la organizaci¨®n neoliberal FEE (Foundation for Economic Education), el te¨®rico podr¨ªa trazar una l¨ªnea entre nuestra ¡°obsesi¨®n por la esterilidad¡±, la extensi¨®n del virus y la del socialismo o la econom¨ªa planificada.
El escritor Hari Kunzru calific¨® el pimer set de reglas para la vida de Peterson como una experiencia an¨¢loga a ¡°que te grite un entrenador de rugby vestido con un sarong¡±, por su mezcla de asertividad testoster¨®nica y estilo orientalizante. Las 12 reglas en s¨ª van de un grado cero de la autoayuda (la regla 3 es ¡°hazte amigo dela gente que quiere lo mejor para ti¡±), al consejo de madre o de militar, seg¨²n se mire (la primera: camina recto con los hombres firmes) a principios categ¨®ricos como ¡°decir la verdad o, al menos, no mentir¡±. En este ¨²ltimo punto, la regla ocho, el propio Peterson ha patinado, puesto que ocult¨® a sus seguidores su dependencia al clorazepam, que, asegura, empez¨® en la Navidad de 2016. Toda su familia comi¨® algo que les sent¨® mal en un restaurante de Vancouver, pero el psic¨®logo desarroll¨® una reacci¨®n exagerada y pas¨® tres semanas sin dormir y sin poder entrar en calor. Dado que creci¨® en las regiones nevadas de Alberta y hace alarde continuo de sus machadas (pilot¨® un avi¨®n de fibra de carbono, manej¨® un barco de madera alrededor de la isla de Alcatraz), esto era grave para ¨¦l, por lo que acept¨® la prescripci¨®n que le hizo su m¨¦dico de Toronto de benzodiacepinas contra la ansiedad. En sus entrevistas sol¨ªa decir que cur¨® su depresi¨®n con su extra?a dieta ketog¨¦nica llevada al extremo.
El domingo pasado, Peterson apareci¨® en el podcast de su hija Mikhaila, su primera aparici¨®n en un programa de radio tras superar sus enfermedades. Muy delgado y desmejorado, charl¨® con el controvertido escritor Coleman Hughes de uno de sus temas preferidos, el conflicto racial, y ambos se dieron la raz¨®n mutuamente en torno a la perniciosa influencia de la ¡°extrema izquierda¡± y las pol¨ªticas identitarias.
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