¡®La Manada¡¯ y otras veces que el machismo juzg¨® a la v¨ªctima y no al violador
El juez del caso de la violaci¨®n m¨²ltiple en San Ferm¨ªn admite una investigaci¨®n privada a la joven tras la agresi¨®n. No es la primera vez que pasa.
El juez que instruye el caso de ¡®La Manada¡®, el de la presunta violaci¨®n m¨²ltiple de San Ferm¨ªn en 2016 donde cinco j¨®venes agredieron sexualmente a una joven de 18 a?os ¨Cle obligaron, seg¨²n el Fiscal, a practicar felaciones y fue penetrada sin su consentimiento¨C, ha decidido no admitir como prueba los mensajes de Whatsapp del grupo de los acusados. No contar¨¢n como evidencia aquellos ...
El juez que instruye el caso de ¡®La Manada¡®, el de la presunta violaci¨®n m¨²ltiple de San Ferm¨ªn en 2016 donde cinco j¨®venes agredieron sexualmente a una joven de 18 a?os ¨Cle obligaron, seg¨²n el Fiscal, a practicar felaciones y fue penetrada sin su consentimiento¨C, ha decidido no admitir como prueba los mensajes de Whatsapp del grupo de los acusados. No contar¨¢n como evidencia aquellos textos anteriores al de 7 de julio, donde por ejemplo, se teclearon frases durante la preparaci¨®n del viaje como ¡°llevamos burundanga? (¡) Tengo reinoles tiraditas de precio. Para las violaciones¡± o ¡°hay que empezar a buscar el cloroformo, los reinoles, las cuerdas¡ para no cogernos los dedos porque despu¨¦s queremos violar todos¡±. El mismo magistrado, no obstante, s¨ª que ha aceptado como prueba un documento de la familia de uno de los acusados, que contrat¨® a un despacho de detectives para espiase a la v¨ªctima despu¨¦s de la agresi¨®n.
La noticia ha causado una oleada de indignaci¨®n social y cr¨ªticas en las redes sociales. El pr¨®ximo viernes se ha convocado una manifestaci¨®n a las 18.00 horas ?contra los abusos judiciales? frente al Ministerio de Justicia y juristas como Baltasar Garz¨®n han expresado su total oposici¨®n a la decisi¨®n judicial. El ex magistrado de la Audiencia Nacional declar¨® en la cadena Ser que??no tiene ni pies ni cabeza que admita a tr¨¢mite la investigaci¨®n de un detective privado a la v¨ªctima. Da igual lo que ella haga despu¨¦s con su vida privada? .
?Lo que prueba que unos detectives sigan a una chica que ha denunciado una violaci¨®n es que la chica, adem¨¢s de haber sido violada, tiene que aparentarlo?, escrib¨ªa Manuel Jabois ayer en su columna No sonr¨ªa a la c¨¢mara respecto esta victimizaci¨®n secundaria de la joven. El documental Audrie & Daisey (Netflix) exhibe en primera persona ese calvario social y escarnio (p¨²blico y digital) que sufren aquellas que han tenido el valor de llevar a juicio a sus agresores. Daisy Coleman se intent¨® suicidar varias veces y tuvo que mudarse por el acoso y maltrato de sus vecinos que sufri¨® tras denunciar una violaci¨®n en grupo de tres j¨®venes de su instituto ¨Cestrellas del equipo de f¨²tbol americano de un pueblo de Missouri¨C. Audrie Pott, a la que grabaron agredi¨¦ndola mientras estaba inconsciente por haber ingerido alcohol en una fiesta, no tuvo su aguante para ir al juzgado. Su madre se la encontr¨® colgada de la manguera de la ducha. Ten¨ªa 15 a?os.
Bajo el hashtag #JusticiaPatriarcal, personalidades p¨²blicas, artistas, periodistas y activistas por los derechos humanos convirtieron en tendencia ayer en Twitter el debate sobre a qui¨¦n se juzga y a qui¨¦n se protege judicialmente en estos casos.
?Es machista el sistema al juzgar la violencia de g¨¦nero? Seg¨²n la Asociaci¨®n Women¡¯s Link y la Universidad de Granada s¨ª lo es. La primera otorg¨®?a Espa?a este 2017, por segundo a?o consecutivo, el t¨ªtulo de ser el pa¨ªs con m¨¢s nominaciones de sentencias machistas. La segunda public¨® un estudio en 2012 donde los sujetos a analizar eran polic¨ªas de todas las comunidades aut¨®nomas y donde conclu¨ªa que el atractivo f¨ªsico y el estatus social de la mujer resta credibilidad a las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero si est¨¢n acusadas de homicidio en defensa propia. Encajar o no en ese perfil machista de la ¡®mujer maltratada¡¯, en ese perfil de la ¡®chica violada¡¯ que ahora resulta que se juzga en el caso de La Manada, es una t¨®nica que m¨¢s que una an¨¦cdota aislada, salta con demasiada frecuencia a los titulares informativos.
No qued¨® probado que ?opusiera resistencia f¨ªsica o protestara, llorara o gritara?, sino que era habitual que volviera a la casa de este hombre que le hac¨ªa regalos ?para contertarla?. Este es el motivo por el que la Audiencia de Cantabria decidi¨® el pasado mes de marzo reducir la petici¨®n de la Fiscal¨ªa de condena de agresiones sexuales por abusos a un hombre por abusar sexualmente de una ni?a vecina suya menor de edad durante cinco a?os, entre 2005 y 2010. Cuando comenzaron a producirse los hechos por los que se impuso la pena la v¨ªctima ten¨ªa 5 a?os. Por lo visto la ni?a no concluy¨® que lo que su vecino no era correcto hasta que comenz¨® a estudiar en el colegio cuestiones de sexualidad y se anim¨® hablarlo con sus amigas y primos para, un a?o despu¨¦s, denunciarlo a sus padres. El hombre fue condenado a tres a?os y nueve meses.
30 pu?aladas no son ensa?amiento. El Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa rebaj¨® la pena de 25 a 17 a?os en enero de este a?o a un hombre acusado de asesinar a su pareja, a la que apu?al¨® 30 veces. La Audiencia Provincial de M¨¢laga consider¨® que el asesinato hab¨ªa sido cometido con la intenci¨®n de causar a la v¨ªctima ?el mayor dolor y sufrimiento posible?, por lo que conden¨® al hombre a 25 a?os de prisi¨®n. La revisi¨®n del caso en el Tribunal Superior de Justicia ha reducido ocho a?os su pena alegando que?el hombre confes¨® los hechos y que las 30 pu?aladas con las que asesin¨® a su ex pareja s¨®lo revelan un ¡°enojo ciego¡± por parte del individuo. Esta sentencia se ha llevado el? premio ?Garrote del p¨²blico? de los premios Women¡¯s Link.
??Cerr¨® bien las piernas? ?Cerr¨® toda la parte de los ¨®rganos femeninos?¡±. Esto es lo que pregunt¨® el 17 de febrero de 2016 la juez Maria del Carmen Molina a una mujer durante la vista por la denuncia de agresi¨®n sexual que hab¨ªa interpuesto un d¨ªa antes y en la que la v¨ªctima solicitaba una orden de protecci¨®n por maltrato habitual de su pareja. La Asociaci¨®n Clara Campoamor pidi¨® al Consejo General del Poder Judicial que aparte o suspenda a la magistrada.
En 2004, un juez de Barcelona absolvi¨® a un hombre denunciado por malos tratos porque el relato de su mujer no concordaba con ?el temor y la desconfianza de la t¨ªpica mujer maltratada?. Latifa Daghdagh perdi¨® el juicio porque ?vest¨ªa a la moda? y no encajaba con el perfil de v¨ªctima. ?El aspecto f¨ªsico que present¨® Latifa en los tres actos del juicio, no s¨®lo arreglada, sino vestida a la moda, con anillos, pulseras y gafas grandes, no coincide con el de una mujer que ha pasado meses de agresiones?, precis¨® la sentencia. Pese a las denuncias de varias asociaciones, el Consejo General del Poder Judicial apoy¨® la sentencia y asegur¨® que el fallo estaba ?suficientemente motivado?.
La m¨¢s significativa, no obstante, se remite a los a?os 90 con el conocido ¡®caso de la minifalda¡®: una resoluci¨®n de la Audiencia de Lleida indic¨® que la chica denunciante de violaci¨®n ?pudo provocar? al acosador ?por su vestimenta?.