La profesora que rescata a las mujeres que la historia quiso borrar
Ana L¨®pez Navajas, asesora en coeducaci¨®n e igualdad, trabaja para recuperar referentes femeninos olvidados.
Si plante¨¢semos un mundo en el que se proclamara la igualdad, pero desde la infancia se ense?ara que solo los hombres son los protagonistas, casi absolutos, de la historia, las ciencias, el pensamiento y la cultura, ?ser¨ªa un planeta de iguales? Eso se pregunt¨® Ana L¨®pez Navajas, profesora de Lengua y Literatura y doctora por la Universidad de Valencia, al comprobar que en los libros de texto apenas se mencionaba a escritoras.
?D¨®nde estaban ellas? Asesora de Coeducaci¨®n e Igualdad en la Formaci¨®n del Profesorado en la Generalitat Valenciana, L¨®pez Navajas inici¨® el proyecto TRACE en 2009 para investigar los referentes femeninos en todas las materias de los libros de secundaria. En 2014 presentaron el demoledor informe Las mujeres en los contenidos de la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria, que pon¨ªa cifras a la ausencia de f¨¦minas en el relato sociocultural: en el material did¨¢ctico de la ESO, estas solo ocupan un 7,6%, porcentaje que en asignaturas como historia o ciencias desciende al 5% y en tecnolog¨ªa al 1%.
?No percibimos su ausencia porque nos han educado en un canon cultural androc¨¦ntrico. Nos transmiten un panorama cultural parcial como si fuera universal, pero no lo es, falta el 50% de la poblaci¨®n. Este es el gran fraude de la educaci¨®n, que es el elemento fundamental de transmisi¨®n cultural?, denuncia Ana L¨®pez Navajas, que destaca que la recurrencia de mujeres en los libros, su repercusi¨®n, es m¨ªnima. ?Su presencia es anecd¨®tica y su ausencia, sistem¨¢tica?, concluye el informe.
S¨ª es recurrente la respuesta de los detractores a la inclusi¨®n de personajes femeninos relevantes: ¡®Si no ha habido, no se pueden inventar¡¯. ?Eso es puro desconocimiento, fruto de esa visi¨®n androc¨¦ntrica que hace que creamos que, por ejemplo, los ¨²nicos grandes maestros en pintura han sido hombres. Cuando les hablas de Artemisia Gentileschi o Sofonisba Anguissola, no las conocen?, explica L¨®pez Navajas. Los personajes femeninos relevantes existen, pero nuestra cultura demediada no los reconoce.
La mayor¨ªa de grandes maestras en cualquier materia ni siquiera nos suenan porque son nombres ocultos. L¨®pez Navajas a?ade a la lista los grandes movimientos femeninos olvidados que, sin embargo, han contribuido a formar la sociedad. ?Circunscribimos la participaci¨®n de la mujer al sufragismo, pero ellas est¨¢n en la historia mucho antes. Hay un movimiento muy poderoso del siglo XV al XVIII, la Querella de las mujeres, sobre su derecho a la cultura y a la educaci¨®n, que inici¨® Christine de Pizan, cuyo nombre deber¨ªa figurar con Dante, Petrarca y Bocaccio como una de las figuras clave sobre las que pivota el cambio a la Edad Moderna?.
La profesora indica que se habla mucho de cuotas, pero ?los ¨²nicos que las tienen son los hombres para entrar en las academias, las juntas directivas y los puestos de mayor poder. Parece que est¨¢n por m¨¦rito cuando en realidad son la costumbre y la educaci¨®n de pensar que son mejores las que los ponen ah¨ª?. Adem¨¢s, se?ala que si los miembros de las reales academias conocieran la tradici¨®n cultural y supieran un poco m¨¢s de las aportaciones femeninas, ?quiz¨¢ cambiar¨ªan de opini¨®n sobre la inclusi¨®n de mujeres. Pero ni siquiera consideran que les vale la pena leer sus obras. Esa posici¨®n soberbia les despoja de rigor intelectual y est¨¢ causada por esa ense?anza desde ni?os sin referentes femeninos?.
La ausencia de mujeres genera tres consecuencias en los estudiantes, seg¨²n L¨®pez Navajas. La primera les condena al empobrecimiento cultural, al impedir que conozcan sus obras. La segunda, a las desigualdades: si no se reconocen sus aportaciones culturales, no se les otorga valor social, son secundarias. ?Esa es la base de la desigualdad. Incluir referentes de mujeres en las materias es el mejor ant¨ªdoto para prevenir la violencia de g¨¦nero o los techos de cristal. Es el mayor progreso para una sociedad m¨¢s equitativa y justa. Los varones las respetar¨ªan m¨¢s, las ver¨ªan como iguales, si conocieran esos nombres desde ni?os?, explica L¨®pez Navajas. La tercera consecuencia es incumplir la ley: la igualdad no existe en los libros de texto con los que se educa. ?Deber¨ªamos replantear las referencias esenciales. El sistema educativo queda muy tocado con esta omisi¨®n. Hay que formar al profesorado para que tengan en cuenta el conocimiento y la participaci¨®n de las mujeres en cada materia?, concluye L¨®pez Navajas.
Algunas editoriales, como SM o Santillana, se han interesado por los informes de TRACE y se muestran dispuestas a aumentar las menciones femeninas en sus libros de texto. Tambi¨¦n la Generalitat de Valencia y la Junta de Andaluc¨ªa est¨¢n dando pasos para promover manuales donde haya m¨¢s mujeres. ?Se podr¨ªa llegar al 35% en asignaturas hist¨®ricas, pero en otras como ¨¦tica podr¨ªan superar el 50%?, apunta L¨®pez Navajas. TRACE contin¨²a con la creaci¨®n de una base de datos de personajes relevantes femeninos para el profesorado y las editoriales, aunque avanzan despacio, sin recursos. ?Seguimos gracias al trabajo de voluntarios de la ense?anza?, dice L¨®pez Navajas, ?nuestro objetivo es mostrar que existe memoria compartida cultural en la que mujeres y hombres hemos participado de forma similar para construir la sociedad que tenemos?.
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