¡®Mujercitas¡¯ o la injusticia de marginar a ?las pelis de t¨ªas?
?Tienen los hombres un problema con la pel¨ªcula? La versi¨®n cinematogr¨¢fica de Greta Gerwig se enfrenta a la brecha de perspectiva sobre lo femenino y lo universal.
?Pero, ?no es esa una peli de t¨ªas???fue una de las respuestas que obtuve cuando anim¨¦ a un amigo a que se acercase al cine el d¨ªa de Navidad para disfrutar con?Mujercitas.?Como devota del universo de la novela de Louisa May Alcott ¨Cel primer libro que mis padres pusieron en mis manos con una versi¨®n de una colecci¨®n infantil de Bruguera¨C, me dispuse a recomendar sin descanso la pel¨ªcula tras ver superadas todas las expectativas frente a la moderna y personal adaptaci¨®n de Greta Gerwig en el pase de prensa previo a su estreno. Mi amigo no ha sido el ¨²nico: durante la ¨²ltima semana me he topado con un festival de cejas arqueadas y bastante desinter¨¦s entre el sector masculino frente al estreno de la cinta.
?El problema de Mujercitas con los hombres es muy real. No lo digo a la ligera y estoy muy alarmada. En los ¨²ltimos d¨ªas tres amigos (hombres) que suelen confiar en m¨ª me han dicho que se niegan a verla o que probablemente no lo har¨¢n porque no tienen tiempo. A pesar de que les haya dicho que est¨¢ llamada a ser la pel¨ªcula n¨²mero uno de 2019¡å. La reconocida cr¨ªtica literaria y cinematogr¨¢fica de The New York Times durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, Janet R. Maslin, tambi¨¦n expres¨® hace unos d¨ªas en su cuenta de Twitter su malestar frente a la sensaci¨®n de que los hombres?pretenden ignorar deliberadamente el visionado de la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Mujercitas que ha dirigido Greta Gerwig y que se estrena globalmente el d¨ªa de Navidad. Si bien su tuit se gan¨® el afecto del escritor Stephen King (?Bas¨¢ndome en tu recomendaci¨®n la ver¨¦ aunque me temo que no sale nada explotando?, respondi¨® con cierta retranca) y mensajes de apoyo de otros cr¨ªticos, como el de?Mark Harris, que cubre los Oscar en Vanity Fair?(?Esta es la versi¨®n m¨¢s conmovedora que he visto, y una que siente que pertenece a 2019 sin ser complaciente. ?Id a verla!?), la percepci¨®n de Maslin no es, ni mucho menos, un caso de sesgo de proyecci¨®n, aquello que pasa cuando suponemos que nuestras experiencias y lo que nos sucede en nuestro entorno m¨¢s cercano reflejan la experiencia en general. El vac¨ªo masculino de Mujercitas es una realidad. Al menos, entre los hombres influyentes, aquellos llamados a establecer el canon y que deciden desde sus tribunas de poder si merece la pena o no premiarla. Al parecer, ellos han pasado directamente de verla.
?Mujercitas tiene un problema de Hombrecitos?,?alertaba desde su titular Anthony Breznican en?Vanity Fair, donde explicaba c¨®mo los?acad¨¦micos (hombres) con derecho a voto en la temporada de premios estadounidense han decidido saltarse los pases de la pel¨ªcula y, consecuentemente, ignorarla en sus quinielas pese a la elevada puntuaci¨®n de la cr¨ªtica. Mujercitas?roza el perfecto en la plataforma de baremo cr¨ªtico?Rotten Tomatoes (tiene una valoraci¨®n del 94%;?Joker, en comparativa, tiene un 64%), pero no ha conseguido cautivar a los acad¨¦micos de los Globos de Oro: solo ha recibido dos nominaciones ¨Cmejor banda sonora y mejor actriz (Saoirse Ronan)¨C. Tampoco ha tenido suerte?con los de los SAG Awards (Sindicato de Actores), donde directamente no cuenta con ninguna nominaci¨®n.
?Las primeras proyecciones p¨²blicas de Mujercitas se llenaron al m¨¢ximo, pero los distribuidores y estrategas de la temporada de premios detr¨¢s de la nueva pel¨ªcula de Greta Gerwig, sin embargo, est¨¢n preocupados. La audiencia estaba abrumadoramente compuesta por mujeres, y los miembros con derecho a voto de varias ceremonias de premios en de Hollywood obviamente no lo son?, apuntaba el periodista de Vanity Fair. Amy Pascal, una de las productoras m¨¢s poderosas de Hollywood y la que fuese directora de la mesa directiva de Sony Pictures Entertainment, lamentaba en el texto que ni los hombres ?hab¨ªan acudido en masa? a ver la cinta en los pases previos al estreno, ?ni estoy segura de que la hayan visto cuando recibieron sus DVD?.
Pascal cree que la segregaci¨®n de la pel¨ªcula en los pases previos a su estreno se debe a ?un sesgo completamente inconsciente y no a uno malicioso?. Vamos, que no es que exista una campa?a en la manosfera que pretenda cancelar la pel¨ªcula (todav¨ªa), m¨¢s bien es que los acad¨¦micos que deciden qu¨¦ pel¨ªculas merecen ser tenidas en consideraci¨®n, los padres del canon a fin de cuentas, parece que no han encontrado sentido en prestarle atenci¨®n. Este fen¨®meno, que no es exclusivo entre el gatekeeperismo?cultural y se extiende a otras muchas esferas en las que se impone el masculino gen¨¦rico como patr¨®n universal, es lo que Caroline Criado Perez etiqueta como ?brecha de perspectiva??en su premiado tratado?La mujer invisible, que se traducir¨¢ el mes que viene en Seix Barral:??No es lo que los hombres? se hayan propuesto deliberadamente excluir a las mujeres. Sencillamente no han querido pensar en ellas?, escribe en sus p¨¢ginas.
Pese a las buenas rese?as entre la cr¨ªtica que s¨ª se ha molestado en visionarla,?Mujercitas ¨Cjunto a otros aclamados t¨ªtulos dirigidos por mujeres y sobre mujeres de 2019¨C?est¨¢ llamada a ser una v¨ªctima m¨¢s en la temporada de premios. Una?estructura de marginaci¨®n que, seg¨²n Criado Perez, ?es el resultado de una cultura profundamente dominada por hombres donde la experiencia masculina, la perspectiva masculina, ha llegado a verse como universal mientras que la femenina, que es la mitad de la poblaci¨®n mundial, a fin de cuentas, se considera algo espec¨ªfico?. Una peli de t¨ªas.
?Este libro es importante, da por supuesto el cr¨ªtico, porque habla sobre la guerra. ?ste es un libro insignificante porque trata de los sentimientos de las mujeres en una sala de estar?. Virginia Woolf escribi¨® esto en 1929 lamentando el sesgo de la cr¨ªtica empe?ada en hacer la vista gorda?y negar que lo que ata?e a una mujer tambi¨¦n es universal.?Un sesgo de brillantez que considera que lo que ocurre en el ¨¢mbito privado (de las mujeres, claro, porque es ah¨ª donde han estado arrinconadas hist¨®ricamente, entre las cuatro paredes de su casa) no es importante. ?Acaso una mujer rebel¨¢ndose en una salita de estar por su falta de derechos para emanciparse y verse obligada al matrimonio como pura transacci¨®n econ¨®mica, como hace Amy (Florence Pugh) en la pel¨ªcula, no es algo importante? ?Acaso no forma parte de la historia de la subyugaci¨®n femenina? ?La divisi¨®n entre lo privado y lo p¨²blico es falsa?, sentencia Criado Perez en La mujer invisible respecto a la marginaci¨®n del canon a lo femenino, ?ambas se funden entre s¨ª?.
Resulta parad¨®gico que esto, precisamente, suceda con Mujercitas. Alcott nunca quiso escribir la novela. Sab¨ªa, como su hero¨ªna Jo en la novela, que las intimidades de mujeres no estaban llamadas a la grandeza del olimpo literario. Lo hizo porque su editor, valga la iron¨ªa, le pidi¨® escribir algo ?para chicas?. Ella, que detestaba la idea de tener que casar a su protagonista, dir¨ªa despu¨¦s de la serie de novelas que fue ?papilla moral para j¨®venes?. Pero consigui¨® una legi¨®n de fans, y no solo ni?as. Theodore Roosevelt, que ten¨ªa 10 a?os cuando se edit¨® Mujercitas, lleg¨® a confesar que la ?veneraba?. Curiosamente, el editor en la pel¨ªcula de Gerwig, Mr. Dashwood (interpretado por?Tracy Letts) ejerce un simb¨®lico papel sobre todo este asunto de la ?brecha de perspectiva?. El propio Letts anda bastante furioso con el hecho de que los acad¨¦micos ignoren la pel¨ªcula. ?Me encantar¨ªa pensar que existen muchos otros factores sobre por qu¨¦ alguien no quiere verla, porque ellos¡ No s¨¦, quiz¨¢ han visto demasiados versiones de Mujercitas, quiz¨¢ es demasiado suave o demasiado navide?a?, lament¨® a Vanity Fair. ?No s¨¦ por qu¨¦ diablos no la ven. Pero, por favor, dime que no es porque la pel¨ªcula va sobre mujeres?. Ser¨¢ eso, que estamos ante otra peli de t¨ªas.
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