James Blake o la necesidad de derrocar el estigma de ¡®hombre triste¡¯
Tras el lanzamiento de su tema Don¡¯t Miss It, el m¨²sico brit¨¢nico ha protagonizado varios titulares que lo vuelven a tachar de ¡®chico triste¡¯. Su respuesta en forma de alegato contra los comentarios que fomentan un modelo de masculinidad t¨®xica se ha hecho viral.

Un hombre hablando o mostrando sus sentimientos no es la escena habitual. Todo lo contrario. Im¨¢genes recientes como las de Pablo Iglesias llorando en p¨²blico tras leer los supuestos testimonios de las v¨ªctimas de tortura del inspector Gonz¨¢lez Pacheco (¡®Billy el Ni?o¡¯) en el Congreso generan una discusi¨®n paralela que tiene m¨¢s que ver con la burla o la sorpresa. Rompen el relato habitual de la masculinidad y a menudo son subrayadas o calificadas despectivamente como femeninas o infantiles. Pero, ?hasta cu¨¢ndo? El artista brit¨¢nico James Blake ha estallado contra esto tras los titulares que ha generado el estreno de su nueva canci¨®n (Don¡¯t Miss It) en medios musicales como Pitchfork, entre los que la etiqueta ¡®chico triste¡¯?para referirse a ¨¦l sigue siendo una constante. Su alegato en Twitter contra esta costumbre de catalogar as¨ª a los hombres que muestran sus emociones ya acumula m¨¢s de 13.000 retuits.
?Estoy abrumado por la buena recepci¨®n que ha tenido Don¡¯t Miss It, sin embargo, no puedo evitar darme cuenta de que cada vez que hablo de mis sentimientos en una canci¨®n, las palabras ¡®chico triste¡¯ se usan para describirla. Siempre he considerado que esta expresi¨®n, que se utiliza para describir a los hombres que hablan abiertamente de sus sentimientos, es insana y problem¨¢tica. El simple hecho de ponerle una etiqueta, cuando jam¨¢s cuestionamos a las mujeres que hablan sobre las cosas por las que pasan, contribuye a la hist¨®ricamente desastrosa estigmatizaci¨®n de los hombres que se expresan emocionalmente¡±, escrib¨ªa.
Please read. I've wanted to say this for a long time, and now seemed as good a time as any. pic.twitter.com/1fSPt7SJnx
— James Blake (@jamesblake) May 26, 2018
Cuestionamientos sobre la mujer aparte, la costumbre de silenciar los sentimientos masculinos es una realidad. Para el antrop¨®logo especializado en g¨¦nero Ritxar Bacete, autor de Nuevos hombres buenos: La masculinidad en la era del feminismo (Ediciones Pen¨ªnsula), esa negaci¨®n de las emociones ha sido ?uno de los elementos clave sobre los que se ha construido la masculinidad?, cuenta a S Moda. La ?anestesia emocional? que tambi¨¦n se?alaba Sergio Sinay en La masculinidad t¨®xica (Ediciones B) y que los datos respaldan. La dificultad de ellos para expresar sus problemas en la consulta del m¨¦dico?(m¨¢s a¨²n si son doctores y no doctoras)?es uno de los factores que contribuyen a que la mortalidad de los hombres llegue antes que la de las mujeres, analiza la Dra. Marianne J. Legato en?¡®?Por qu¨¦ los hombres mueren antes?¡¯ (Ed. Urbano).?Incluso en el plano virtual, los hombres son menos dados a la l¨¢grima, seg¨²n el estudio de Brandwatch en 2017 que mostraba c¨®mo en Twitter los hombres utilizan menos los ¡®emoji¡¯ con l¨¢grima que las mujeres (ellos usan el 38,3% frente a los 61,7% de ellas).
Estos patrones acarrean consecuencias. Como el propio James Blake continuaba en su escrito: ?Ya vivimos en una epidemia de depresi¨®n masculina y suicidio -la investigaci¨®n de Samaritans en Reino Unido, de donde el cantante es natural, recoge que el 75% de las personas que deciden acabar con su vida son hombres-. No necesitamos m¨¢s pruebas de que hemos da?ado a los hombres cuestionando su necesidad de ser vulnerables y abiertos. Hablar de lo que te preocupa solo puede ser bueno (¡) No existe victoria para el machismo y la fanfarroner¨ªa. El camino a la salud mental y a la felicidad se allana con honestidad. He visto a demasiados amigos ahogarse en esto, y yo casi me ahogo tambi¨¦n al guard¨¢rmelo todo por miedo a que se me viera d¨¦bil o blando. Ahora veo la gran fortaleza y el beneficio que existe en abrirse emocionalmente para todos aquellos a tu alrededor?.
?Poner sobre la mesa las emociones es ejemplo de todo lo contrario, de fortaleza?, apunta Ritxar Bacete. ?Lo que dice Blake es positivo porque nos humaniza y nos libera. La tendencia en la masculinidad cl¨¢sica ha sido eliminar la vulnerabilidad, la humanidad. Hombre es aquel que conecta con sus emociones, que son tan aut¨¦nticas y necesarias para una buena vida como la respiraci¨®n?. El paso adelante de Blake ha sido aplaudido por otros compa?eros artistas, como Anne-Marie y Olly Alexander (Years & Years), que adem¨¢s de alabarlo y reconocer el estigma en Newsbeat, ha contado recientemente c¨®mo al comienzo de su carrera le recomendaban esconder su sexualidad: ¡°Siempre me van a encasillar como el cantante gay¡±. Otro ejemplo de hegemon¨ªa heteropatriarcal.
Cantaba Robert Smith (The Cure) en los 80 que las l¨¢grimas mejor escondidas porque ?los chicos no lloran?, pero en los ¨²ltimos a?os han empezado a aparecer nuevos referentes que se quieren desmarcar de esta idea. De nuevo, el ejemplo de Pablo Iglesias (esta no ha sido su primera vez llorando en p¨²blico) o Justin Trudeau. El primer ministro canadiense, adem¨¢s de expreso aliado feminista, se ha convertido en modelo de esta nueva masculinidad y ha dejado aflorar su emoci¨®n en diferentes ocasiones como su?encuentro con el refugiado sirio Vanig Garabedian,?tras la muerte del cantante Gord Downie o?disculp¨¢ndose en p¨²blico en nombre de su pa¨ªs con la comunidad LGTBI+. Para Bacete, otro gran ejemplo de esos hombres que est¨¢n cambiando el modelo es?Ziauddin Yousafzai, el padre e inspiraci¨®n reconocida de la Nobel de la Paz Malala?Yousafzai, que luch¨® por los derechos de su hija antes de que esta hiciera lo propio por la educaci¨®n de las ni?as pakistan¨ªes.?
Adem¨¢s de la apertura emocional libre de estigmas que reclama James Blake, la nueva masculinidad busca despojarse de otros factores que le son intr¨ªnsecos, como la violencia -Ritxar Bacete explica que esta solo se entiende con la ?desconexi¨®n emocional?- o roles como el del hombre trabajador y la mujer cuidadora. Deconstruir lo masculino y femenino es complementario, pero a los hombres les toca tambi¨¦n mirarse el ombligo y reconocer que en este sistema siguen siendo la parte beneficiada. ?El feminismo est¨¢ para liberarnos, cuestionarnos y ver qu¨¦ podemos hacer para vivir la vida mejor. Es cuesti¨®n de reubicar los privilegios?, apunta Bacete.
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