La incomprensible tiran¨ªa del portero de discoteca
Los clubes construyen su leyenda mediante agresivas pol¨ªticas de puerta. Un festival debate este y otros aspectos del lado oscuro de la fiesta.
La puerta de Berghain es uno de los grandes misterios de la noche berlinesa. Este s¨²per club de techno, que muchos consideran el mejor del mundo, es tan famoso por lo que sucede dentro como por lo que deja fuera. Cada semana montones de aspirantes, entre ellos personajes conocidos como el DJ y productor Felix Da Housecat, resultan ¡°no estar en la lista¡± despu¨¦s de esperar durante horas a temperaturas bajo cero. ?Qu¨¦ hay que hacer para franquear el umbral? Lance la pregunta al aire en cualquier red social y se encontrar¨¢ con un aluvi¨®n de consejos indigeribles. No hay que hablar espa?ol, no hay que arreglarse, no se puede demostrar miedo, no hay que ser demasiado joven ni demasiado viejo, no se puede llegar en grandes grupos. Hay que vestir de negro absoluto, mantenerse serio, llevar ch¨¢ndal o bufanda o ser fieles al siempre desconcertante lema ¡°s¨¦ t¨² mismo¡±.
Enfrentarse el portero con la cara tatuada Sven Marquard es comparable al trance de encararse con la esfinge de la mitolog¨ªa griega, que asesinaba a quien no resolv¨ªa sus acertijos. Pero en este caso no existe una respuesta o una f¨®rmula infalible para entrar en esta antigua central el¨¦ctrica. La aparente arbitrariedad del cancerbero y las desventuras que provoca son sabrosa comidilla de reuniones nocturnas. Sin hablar de los r¨ªos de tinta que han corrido sobre el asunto y de la aplicaci¨®n que se present¨® en 2013 y que supuestamente ayudaba a superar la selecci¨®n. Sin embargo, hay quien no se quedan en la mera an¨¦cdota y creen que los congregantes deben devanarse los sesos para ajustarse a las expectativas del local. Muchos consideran que la pol¨ªtica de acceso del club es simplemente xen¨®foba, sexista o racista.
Aqu¨ª es donde por la noche, incluso cuando las temperaturas son negativas, decenas de personas esperan para que luego no les dejen entran al Berghain.
Corbis
Estas implicaciones son algunas de las que debatir¨¢n en el festival SOS48, que se celebra los pr¨®ximos d¨ªas 1 y 2 de mayo en Murcia. El apartado Voces del festival, un conjunto de conferencias, instalaciones, performances y mesas redondas, estar¨¢ dedicado esta edici¨®n al lado oscuro de la fiesta. Su comisario Ivan L¨®pez de Muruena ha querido confrontar y debatir esa faceta menos amable y celebratoria de la noche, dentro de la que se incluyen los descartes de los porteros. ¡°La fiesta tambi¨¦n es segregaci¨®n¡±, argumenta L¨®pez Munuera. ¡°Los cordones de terciopelo son una arquitectura muy sencilla que sin embargo invoca exclusi¨®n, adscripciones a ideolog¨ªas y rangos econ¨®micos y sociales.¡±
Un acceso restringido y tan agresivo resulta controvertido pero a la vez resulta una manera efectiva de crear mitolog¨ªa alrededor de su nombre. Como recuerda L¨®pez Munuera, que actualmente reside en Nueva York, una de las premisas sobre las que se construy¨® la leyenda de Studio 54 era que all¨ª no entraba quien se hab¨ªa gastado dinero en un vestuario de Halston, si no el personaje con aspecto m¨¢s peculiar, sin tener en cuenta nada m¨¢s. ¡°El tema Le Freak de Chic est¨¢ inspirado en esto¡±, explica. ¡°Los propios m¨²sicos hab¨ªan iniciado el movimiento disco pero una noche les denegaron la entrada a un club donde se escuchaba ese g¨¦nero musical".
El ¡®Berghain¡¯ en Berl¨ªn.
Getty
Boombox es una de las encarnaciones m¨¢s recientes. El club londinense que cerr¨® hace unos 7 a?os era conocido por dar techo a la fauna m¨¢s extravagante del East End. Una l¨¢mpara a modo de sombrero o un maquillaje propio de pel¨ªcula de terror garantizaban el acceso inmediato. Cualquiera con aspecto com¨²n y corriente se daban la vuelta. Boombox era endog¨¢mico, narcisista y no le faltaban detractores, pero no se puede negar que dio espacio a quienes se enfrentaba al rechazo en otros ambientes. Tambi¨¦n aglutin¨® y promovi¨® u colectivo que termin¨® siendo uno de atractivos de la industria de la moda de la ciudad. Habituales como los dise?adores Giles Deacon, Gareth Pugh, Kim Jones o Henry Holland, se encuentran hoy entre los indispensables de un evento masivo como son las semanas de la moda
¡°La segregaci¨®n es negativa y la exclusi¨®n no es deseable, pero puede producir conciencia¡±, razona L¨®pez Munuera. Incluso llega a generar escenas paralelas que se nutren de la separaci¨®n. ¡°Me sorprendi¨® ver c¨®mo excluidos de las fiestas, muchos de ellos de la comunidad latina, montan la suya propia en la zona de aparcamiento del club. Las vestimentas de fuera son incluso m¨¢s alocadas y desafiantes que las de dentro. Unos looks que no se le hubieran ocurrido ni a un estilista¡±
Qui¨¦n sabe, quiz¨¢s el futuro de la fiesta berlinesa no estar¨¢ confinado entre cuatro paredes. Lo m¨¢s interesante de Berghain terminar¨¢ siendo lo que sucede en la cola.
La cola en el estudio 54 ganaban las apariencias peculiares.
Getty
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.