La revoluci¨®n de los hombres feministas
La lucha por la igualdad de g¨¦nero no es un campo exclusivo de las mujeres. La labor de Tomas Agnemo, presidente de Men for Gender Equality, es la prueba de que en esta batalla ellas no est¨¢n solas.
Dej¨® un a?o su trabajo para estar al lado de su hijo, porque se dio cuenta de que, cuidando a otros, los humanos se sienten m¨¢s humanos. Esa experiencia le sirvi¨® a Tomas Agnemo para afianzar a¨²n m¨¢s sus convicciones de que la igualdad de g¨¦nero no solo beneficia a las mujeres, sino tambi¨¦n a los hombres. Ahora es presidente de la ONG sueca Men for Gender Equality (Hombres para la Igualdad de G¨¦nero) y portavoz de MenEngage Europa, una red mundial de organizaciones en las que los hombres reivindican esta causa. Como explic¨® a S?Moda tras su intervenci¨®n en el TEDxWomen celebrado el pasado junio en Barcelona, la equidad entre ambos sexos crea un planeta m¨¢s saludable, beneficioso y seguro para todos.
?Qu¨¦ es MenEngage?
Se trata de una alianza de 700 asociaciones implicadas en la defensa de la igualdad de g¨¦nero en todo el mundo. La red europea, formada por 40 organizaciones de 25 pa¨ªses, est¨¢ coordinada por la ONG que presido en Suecia, Men for Gender Equality. Nuestra principal actividad es la prevenci¨®n de la violencia dom¨¦stica. Colaboramos entre todos para ayudarnos. Por ejemplo, hacemos coaching para formar a hombres de otros grupos.
?Qui¨¦n puede pertenecer a esta red?
Cualquier tipo de organizaci¨®n que est¨¦ trabajando con hombres y masculinidades y comulgue con la ideolog¨ªa de nuestra plataforma. Acogemos a todo el que pueda demostrar que lucha de alguna manera contra la violencia de g¨¦nero.
?Qu¨¦ engloba este concepto?
Como sociedad, tenemos que reconocer que sucede en todas partes. No solo cuando un hombre pega a una mujer, sino tambi¨¦n cuando trata a su pareja como un objeto, cuando la cosifica. Mirar descaradamente el pecho de una chica es robarle parte de su integridad. Los hombres, por la educaci¨®n patriarcal tradicional, tienen actitudes agresivas generalizadas que nunca se han catalogado as¨ª.
?Hasta qu¨¦ punto ellos y la sociedad son conscientes de esto?
No lo son. Por eso tenemos programas en los colegios que ayudan a identificar este tipo de comportamientos con la violencia. Lo normal es asociarlo solamente con los golpes. Pero si prevenimos estas actitudes tambi¨¦n reducimos la agresi¨®n f¨ªsica.
?Trabajan tambi¨¦n para erradicarla en la empresas, en los entornos laborales?
Es obvio que en los negocios hay mucho acoso sexual, que es violencia. Pero, adem¨¢s, ellas tienen que trabajar m¨¢s para conseguir el reconocimiento de los jefes. La discriminaci¨®n que se produce en los procesos de selecci¨®n, cuando ante dos candidatos iguales la decisi¨®n se decanta a favor del hombre, tambi¨¦n es una forma de violencia. En Suecia hemos detectado un creciente inter¨¦s desde las compa?¨ªas por trasladar a sus empleados nuestra visi¨®n de g¨¦nero.
?Alguna apoya sus actividades contratando sus servicios o patrocin¨¢ndoles?
Nos encantar¨ªa, pero de momento no. Lo habitual es trabajar para organizaciones gubernamentales, p¨²blicas¡ Queremos abrir esa posibilidad para el futuro.
Fotomontaje con el actor Daniel Craig, quien en 2011 protagoniz¨® un v¨ªdeo vestido de mujer para reclamar la igualdad de g¨¦nero.
Cordon Press
Esto de que los hombres se organicen en asociaciones para hablar de igualdad es una rara avis. ?Qu¨¦ motiva la acci¨®n?
El poder de MenEngage est¨¢ en la red. Los hombres tambi¨¦n necesitamos espacios donde expresar sentimientos, pero aunque parezca mentira, no existen entornos donde podamos compartir algo m¨¢s que deporte o pol¨ªtica. La cultura del patriarcado nunca lo ha permitido.
?C¨®mo se logra ese cambio de mentalidad?
El momento m¨¢s f¨¢cil es cuando los hombres tienen un hijo. Trabajamos mucho con nuevos padres. Se organizan grupos de discusi¨®n asociados a las inquietudes que genera tener descendencia. Otro frente lo tenemos en las escuelas. Tratamos de desmontar entre los j¨®venes los conceptos de vida impuestos por el patriarcado.
Utilizar¨¢n argumentos muy convincentes, supongo.
Desarrollamos nuestra labor con gente que se acerca a nosotros, as¨ª que est¨¢ predispuesta al cambio. Tal vez son personas que han dado solas el primer paso. En cualquier caso, nuestros argumentos s¨ª son convincentes. Les decimos que, si dejan a un lado el concepto patriarcal, se desarrollar¨¢n personalmente. Con la igualdad de g¨¦nero, sus vidas ser¨¢n m¨¢s ricas y completas. Tambi¨¦n la relaci¨®n con sus hijos ser¨¢ m¨¢s potente. Si reducen las diferencias entre ambos sexos, tendr¨¢n m¨¢s compromiso, se involucrar¨¢n m¨¢s con ellos mismos y con su descendencia. A los j¨®venes les contamos que es m¨¢s sano adoptar esta forma de pensar. Hay muchas ideas insanas en la educaci¨®n tradicional. Se sentir¨¢n m¨¢s felices.
Desde el punto de vista personal, ?c¨®mo se involucr¨® usted con el reto de defender esta causa?
Mientras estudiaba en la universidad, me relacion¨¦ con un grupo de hombres feministas. Sus argumentos me convencieron y me di cuenta de que nosotros tambi¨¦n nos beneficiamos de la igualdad de g¨¦nero. Cuando fui padre, primero cog¨ª dos semanas para cuidar de mi hijo. Entonces comprend¨ª lo que eso significaba y ped¨ª una excedencia de un a?o para estar los dos solos en casa. Descubr¨ª que no quer¨ªa perderme ning¨²n momento clave de su vida. Todos necesitamos sentirnos humanos y eso es algo que se consigue cuidando de otras personas. Si los hombres se convirtiesen en cuidadores, habr¨ªa menos divorcios, menos violencia, menos riesgos y la vida de todos, en general, ser¨ªa mucho m¨¢s sana.
En Espa?a tenemos un 23% de paro tras la crisis. ?Es viable reivindicar este tipo de derechos cuando la situaci¨®n econ¨®mica y laboral es tan precaria?
No conozco bien la situaci¨®n espa?ola. Est¨¢ claro que la crisis ha recortado los fondos dedicados a ayudar a la poblaci¨®n femenina en todos los ¨¢mbitos, pero tambi¨¦n es una cuesti¨®n de conciencia social de los ciudadanos y los gobernantes. El problema de los derechos de las mujeres est¨¢ directamente relacionado con las pol¨ªticas que imponen los gobiernos.
Con la irrupci¨®n de los nuevos partidos, ?ve un cambio en la pol¨ªtica espa?ola de apoyo a la mujer?
No s¨¦ cu¨¢n feminista es Podemos. Pero, al menos, ellos son socialistas, ?no? Ese tipo de conciencia social es la que permiti¨® que Suecia apostase por pol¨ªticas m¨¢s comprometidas con la conciliaci¨®n. Supongo que se puede esperar que eso tambi¨¦n suceda en Espa?a si la deriva pol¨ªtica es la misma.
?Un hombre hablando de feminismo es m¨¢s poderoso que una mujer?
No, ellas son mucho m¨¢s poderosas. Pero, como nuestro caso es m¨¢s extra?o, tal vez s¨ª tenemos mayor visibilidad.
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