De los jers��is ?o?os al esplendor de los vestidos de fiesta: los mensajes ocultos del vestuario de Lady Di que recrea ��The Crown��

La cuarta temporada de The Crown (estrenada el 15 de noviembre en Netflix) se reencuentra con la familia real inglesa apunto de estrenar la d��cada de los ochenta. Margaret Thatcher lidera el gobierno, la econom��a brit��nica sufre una importante recesi��n y la agitaci��n social es una constante. Pero el pueblo brit��nico recib��a por aquel entonces su dosis de escapismo en forma de cuento de hadas por entregas que termin�� convertido en tragedia griega: el romance y declive de la relaci��n entre su pr��ncipe heredero, Carlos, y Diana, a la que Tony Blair bautiz�� como la ��princesa del pueblo��. La actriz Emma Corrin se encarga de darle vida en la ficci��n y la dise?adora de vestuario Amy Roberts, de engalanarla. Sobre esta ��ltima recae el deber de reflejar con prendas c��mo la adolescente Diana crece en todos los sentidos, durante los 10 a?os que abarca la temporada, hasta tomar el control de su historia. Sabe lo que se hace, ya se llev�� un Emmy a casa por su trabajo en la tercera temporada de la serie.

Cuando el pr��ncipe Carlos conoci�� a Diana Spencer ella era una adolescente t��mida de solo 16 a?os; ��l, 12 a?os mayor, el heredero a la corona brit��nica y el soltero m��s reluciente para la alta sociedad inglesa. Aquel encuentro casual qued�� en eso, en mera an��cdota, hasta que tres a?os despu��s se reencontraron y salt�� la chispa. Cuenta la periodista de Tatler Anabelle Spranklen que el suyo fue un romance telef��nico, que solo se vieron 13 veces en persona antes de que ��l le propusiera matrimonio. Ella trabajaba como ayudante en una guarder��a, compart��a piso y era pr��cticamente una ni?a que no pod��a anticipar lo que se le avecinaba. Tampoco ten��a muy claro c��mo vestir y sus estilismos eran una amalgama de prendas modestas sobrepuestas sin gracia: ��No me gusta mucho su ropa. No tiene gusto ni estilo. Y luego empieza a evolucionar��, confesaba Roberts en una entrevista en Financial Times.

El car��cter na��f de la futura princesa y su fragilidad quedan plasmados en petos, chaquetas ani?adas, faldas de largo midi, flores liberty, chalecos o cuellos babero. Algunos momentos, como esta aparici��n en un partido de polo en Windsor (en 1981), han sido recreados por el equipo de vestuario de la ficci��n de Netflix. En cuanto a la tonalidad de sus prendas, la dise?adora ha explicado que ��quer��a que su ropa fuera liviana y fresca, frente a la paleta de colores m��s formal de la ��prisi��n�� del palacio��.

Por ello los estilismos de Diana en palacio son mucho m��s formales y restrictivos. Cuellos cerrados, mangas largas, tejidos m��s pesados y estampados tradicionales para contagiar la sensaci��n de asfixia.

En la serie tampoco faltan los jers��is de colores y mu?equitos que Lady Di hizo c��lebres (tanto que alguno de los modelos que la inglesa luci�� en los a?os ochenta han sido reeditados esta temporada por las mismas firmas que crearon los originales).

El departamento de vestuario de The Crown tuvo que tomar una decisi��n a la hora de enfrentarse al dise?o de las prendas para Emma Corrin: replicar el original o interpretar los looks de la princesa para adaptarlos al personaje y a la trama de la serie. Se decantaron por reimaginar los estilismos de las escenas que suceden en privado y replicar (tom��ndose mayor o menor licencia creativa, dependiendo del momento) los trajes que ya forman parte del imaginario popular. En el caso del dos piezas que Diana luci�� en su pedida, en febrero de 1981, el modelo ten��a que ser replicado con sumisi��n. La inglesa era una novata ante las c��maras, pero tambi��n en cuesti��n de estilo. Como narra su bi��grafo Andrew Morton, pese a su pedigr�� no ten��a nada para ponerse en una ocasi��n as�� y solo unos d��as antes sali�� de compras con su madre. Su primera parada fue en el atelier de Bellville Sassoon pero, como una pretty woman cualquiera, nadie la ayud�� y acab�� en Harrods. All�� encontr�� este traje en un tono azul egipcio que se convertir��a en una de sus se?as de identidad.

El personaje de Emma Corrin es uno de los que tienen mayor arco argumental en la cuarta temporada de la serie. En la d��cada de los ochenta evoluciona, como lo hizo la propia Diana, de ingenua adolescente a mujer poderosa. La inspiraci��n para la primera fase es el vestuario que podr��a lucir una mu?eca porque, como a?ade Roberts, ��todav��a tiene una fragilidad infantil��. Este vestido rojo, que la princesa visti�� por primera vez para el estreno de una pel��cula de James Bond en Londres, es otro ejemplo m��s: con frunces y peque?os volantes es replicado casi con exactitud por los creativos de la ficci��n. Eso s��, en la serie lo luce con las joyas que Lady Di llev�� en 1983 en su gira por Australia, con la tiara Spencer que se convertir��a en su favorita. Por cierto, el vestido original es obra de?Bellville Sassoon, el atelier que no quiso ayudarla solo unos meses antes.

Pero si hay un momento memorable en esta temporada, es sin duda la boda de los pr��ncipes. El 29 de julio de 1981, ante una audiencia mundial de 750 millones de personas, Diana subi�� las escaleras de la catedral de San Pablo envuelta en una nube de tafet��n y encajes obra de David y Elizabeth Emanuel. Reproducir el vestido para la serie no ha sido f��cil: ��El encaje fue replicado por la empresa de Nottingham que hizo el original��, explica el equipo responsable en la exposici��n The Queen and The Crown. ��El famoso vestido de novia, aunque no es una r��plica exacta, captura el esp��ritu y el estilo del dise?o ic��nico original��. Para bocetarlo contaron con el apoyo del propio David Emanuel, para confeccionarlo fueron necesarias tres personas trabajando en ello durante cuatro semanas, durante 600 horas. 95 metros de tejido, 100 de encaje y una cola de nueve metros para solo unos segundos de metraje en el tercer cap��tulo.

La evoluci��n estil��stica desde el momento en el que entra en la familia real es m��s que evidente: las l��neas fluidas y los tejidos ligeros dejan paso a hombreras, trajes sastre, pesadas lanas y joyas. Adem��s, el protocolo se impone y su armario se vuelve m��s restrictivo. A partir de aqu�� Lady Di se cubre con hombreras y prendas ��de apariencia ��blindada��, m��s poderosa, para ilustrar c��mo empieza a entender que tendr�� que luchar para sobrevivir��, revelaba Roberts en una entrevista en New York Post.

Los cuellos babero de los inicios regresaban al armario de la princesa de Gales en ocasiones relajadas como en la imagen: en una sesi��n de fotos en el jard��n con su hijo Guillermo. En la serie este es el estilismo elegido para la primera cita de Carlos y Diana, probablemente para acentuar su diferencia de edad. Lo mismo sucede con los jers��is de colores, que aparecen de nuevo en escenas en las que est�� con sus hijos. Como madre, la princesa buscaba no perder a esa antigua Diana ajena a la toxicidad de la familia real.

��En el sexto episodio vemos al pr��ncipe Carlos, la princesa Diana y su hijo el pr��ncipe Guillermo embarc��ndose en una gira pol��ticamente sensible por Australia en 1983��, dice el equipo de vestuario. Solo para este viaje crearon 17 estilismos diferentes para Emma Corrin, un ostentoso despliegue casi a la altura del equipaje real de Diana para aquella misi��n. ��A miles de kil��metros de la corte y liberados de la influencia de la reina y de Camilla, la pareja real se da una nueva oportunidad��. Son d��as de rosa para Lady Di y ello se plasma en este vestido, una reproducci��n fiel de uno de los que llev�� la princesa.

El color juega un papel protagonista en su vestuario durante toda la temporada: de los pasteles del inicio a los tonos saturados e intensos seg��n avanza la trama. Mucho rojo, pero tambi��n negro absoluto, verde esmeralda, p��rpura�� Todo es intencional: ��Para Diana, decidieron diferenciar los colores que lleva de los de los otros miembros de la familia real para enfatizar a��n m��s la narrativa de ��ella�� frente a ��ellos��, cuentan en la muestra sobre la serie.

El baile entre los pr��ncipes de Gales en la serie a��na dos momentos clave del mismo viaje a Australia: el baile de la pareja en la vida real en Melbourne y el vestido con volantes que ella luci�� unas semanas antes en S��dney.

Uno de los vestidos preferidos de la figurinista, Amy Roberts, es el que la princesa luce al final de la temporada. Para su viaje en solitario a Nueva York, Diana se transforma: ��Cuando el matrimonio comienza a desmoronarse, ella cambia est��ticamente y se vuelve m��s fuerte externamente. Es casi como si se vistiera con una armadura mientras se convierte en una entendida en moda��, detalla la dise?adora en Variety. Anticipa a la Lady Di que vendr��: una mujer que deja atr��s a la familia real para manejar su propia agenda. La que bautiza bolsos de Dior o pasa el rato con Gianni Versace y, entremedias, proyecta su labor humanitaria. Pero sobre todo, esas apariciones en Nueva York le sirven para encontrar el sentido que buscaba para su vida.?Pero para verlo habr�� que esperar a la quinta temporada.