Alexander McQueen desata la tormenta perfecta
Con una colecci¨®n que marca su regreso a Londres tras m¨¢s de dos d¨¦cadas, Sarah Burton se inspira en algo tan concreto como las vistas desde su estudio para dise?ar prendas tan imponentes como pr¨¢cticas.
Hace poco m¨¢s de cinco a?os, el equipo de Alexander McQueen se mud¨® a un edificio industrial de seis plantas en el barrio londinense de Clerkenwell, la zona predilecta de la firma desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, alejada de las ¨¢reas de moda de la ciudad. En el ¨²ltimo piso, unos enormes ventanales dejan ver el caprichoso cielo londinense, unas vistas que todos los trabajadores de la firma han contemplado en el ¨²ltimo a?o, trabajando sin descanso, entre restricciones y confinamientos. Es ese paisaje, tan concreto y a la vez tan metaf¨®rico, el punto de partida de la colecci¨®n para la pr¨®xima primavera de Alexander McQueen. ?Pero no se trata de un s¨ªmbolo de escapismo ni de optimismo sin medida. El cielo es el cielo. Y aqu¨ª unas veces es soleado y a los cinco minutos se desata una tormenta. Es algo incontrolable. Y si algo hemos aprendido es que hay que abrazar lo que suceda, asumir la incertidumbre?, comenta la directora creativa de McQueen, Sarah Burton, ?tras el desfile celebrado el pasado martes. Sobre la azotea de un edificio de la zona portuaria, el arquitecto Smiljan Radic instal¨® una c¨²pula transparente reutilizable (la madera del resto del escenario tambi¨¦n era reciclada) que encapsulaba el cielo londinense. Un arreglo musical a cargo de Massive Attack simulaba los sonidos de una tormenta y una lluvia suave.
Burton adquiri¨® de su mentor, Alexander McQueen, la obsesi¨®n por el lado m¨¢s salvaje e imprevisible de la naturaleza. A veces basa su trabajo en su lado m¨¢s complaciente, como la colecci¨®n de la primavera de 2020, inspirada en el florecimiento, y otras en su vertiente m¨¢s oculta, de la ornitolog¨ªa (una de las aficiones de Lee) a la mineralog¨ªa o los bestiarios decimon¨®nicos. Durante la pandemia, sin embargo, Burton ha dado un giro hacia lo elemental: su anterior colecci¨®n, An¨¦monas, tomaba como punto de partida el barro y el agua. Esta mira hacia arriba, para estampar en 3D distintas fases del cielo, del sol a la tormenta, en vestidos de seda en los que, como ya es habitual en ella, la silueta voluminosa cl¨¢sica se moderniza con elementos como cremalleras y bolsillos. El cuero, recurrente en la casa, se moldea como si se tratara de seda en faldas ampulosas y chaquetas desconstruibles. Y la sastrer¨ªa, otro de los muchos puntos de uni¨®n entre Sarah y su mentor, ampl¨ªa el tama?o de sus mangas para simular la silueta de las nubes en algunos casos, o suma capas traseras abullonadas para evocar la forma de los paraca¨ªdas.
Acostumbrados a desfilar en Par¨ªs, este es el primer desfile que McQueen celebra en Londres, su ciudad, desde hace veinte a?os. Aunque Burton confiesa haberse sentido libre dise?ando en este ¨²ltimo a?o, volver era necesario. M¨¢s en este momento, con la feria de arte Frieze reci¨¦n inaugurada en Regent¡¯s Park, o lo que es lo mismo, con decenas de compradores de arte , pero tambi¨¦n de moda, en la ciudad.
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