Cuando bailar es una forma de vivir
Han dejado la ?pera de Baviera, donde eran primeros bailarines, para danzar a su aire. Luc¨ªa Lacarra, Premio Nacional de Danza, y Marlon Dino, su pareja y partenaire, visten de est¨¦tica historicista este renacimiento personal.
Bailan juntos desde hace nueve a?os. Luc¨ªa sabe cinco idiomas, Marlon siete. Ella mide 164 cent¨ªmetros; ¨¦l, 195. El alban¨¦s levanta con sus 75 kilos de peso los livianos ¨Cpero poderosos¨C 44 kilos de la vasca para componer en el aire equilibrios imposibles. A ella le gustar¨ªa probar la actuaci¨®n, a ¨¦l le han propuesto hacer de modelo. Desde que Luc¨ªa Lacarra (Gipuzkoa, 1975) y Marlon Dino (Tirana, 1981) se conocieron, hace ya m¨¢s de una d¨¦cada, no han parado de bailar o, lo que en su caso es lo mismo, de desafiar una y otra vez la ley de la gravedad. El encuentro fue en M¨²nich, ambos trabajaban en la misma compa?¨ªa. Y el milagro sucedi¨® la primera vez que compartieron port¨¦s.
?C¨®mo fue aquello?
Luc¨ªa Lacarra: Tuvimos esa conexi¨®n antes siquiera de empezar a salir juntos. Es algo instintivo, dif¨ªcil de encontrar. Marlon es ese partenaire ideal con el que sue?as, con el que todo es f¨¢cil y que parec¨ªa estar esper¨¢ndome. Es como si respir¨¢ramos al mismo tiempo. Algo m¨¢gico que no puedes conseguir con alguien por mucho que trabajes.
Marlon Dino: Para m¨ª, fue como ajustarme un guante. Desde la primera vez que la toqu¨¦, lo sent¨ª. No hab¨ªa que esforzarse. Y luego hay otra cosa muy especial al bailar con Luc¨ªa: siempre es distinto. Es la misma sensaci¨®n de levantarse todos los d¨ªas y tomar el caf¨¦. Es siempre el mismo gesto, se hace sin pensar; sin embargo, siempre es diferente. Y siempre te gusta. Es fant¨¢stico.
Luc¨ªa, despu¨¦s de haber ganado todos los premios habidos y por haber, de haber formado parte de las mejores compa?¨ªas del mundo y de haber bailado por todo el planeta, est¨¢ en Madrid (con Tierra Madre / Pastoral hasta el 18 de septiembre), en los Teatros del Canal, de la mano de V¨ªctor Ullate, su maestro.
Luc¨ªa Lacarra: Estamos bailando la Pastoral con m¨²sica de Beethoven. Est¨¢ siendo una experiencia maravillosa. V¨ªctor fue mi primer director, mi maestro, y poder volver a?os m¨¢s tarde para trabajar con ¨¦l en algo nuevo es incre¨ªble. Siempre digo que he tenido uno de los mejores maestros. Cuando trabaj¨¢bamos juntos, pod¨ªa ver que cada ejercicio y cada correcci¨®n ten¨ªan un motivo detr¨¢s. Una espalda te puede ayudar a girar o te puede hacer perder el equilibrio, unos brazos te pueden ayudar a saltar o te pueden hacer m¨¢s pesado¡
Marlon Dino: Nos encanta estar aqu¨ª, con V¨ªctor. Yo no lo conoc¨ªa, y Luc¨ªa me hab¨ªa hablado tant¨ªsimo de ¨¦l¡ Lo que no sab¨ªa era lo mucho que iba a aprender.
Valencia, Dormund, Luxemburgo, Lyon y Pek¨ªn son algunos de los destinos que les esperan antes de repetir en Madrid en noviembre con Conceal / Reveal, esta vez invitados por la compa?¨ªa de Russell Maliphant, con la que interpretar¨¢n Broken Fall ¨Cde nuevo en los Teatros del Canal (3, 4 y 5 de noviembre)¨C. Desde que abandonaron el ballet de la ?pera de M¨²nich el pasado abril y se lanzaron a gestionar su propia agenda (que organiza Luc¨ªa Lacarra: ?Siempre me ha encantado la organizaci¨®n. Nunca he tenido un agente, lo hago yo todo?) son casi m¨¢s los trabajos que tienen que rechazar que los que aceptan. El tiempo no parece estirarse tanto como ellos.
Escuch¨¢ndolos hablar, resulta dif¨ªcil no plantearse la pregunta. Para un bailar¨ªn, ?es factible tener una pareja que no se dedique al mundo de la danza?
Luc¨ªa Lacarra: Se puede estar con alguien que no sea bailar¨ªn, claro, pero ha de ser enormemente comprensivo. Debe querer y poder entender que nuestro trabajo no es fichar, que en nuestra profesi¨®n a veces no hay vacaciones ni fines de semana. Bailar es una manera de vivir.
En su caso, entonces, en el que esa manera de vivir es m¨¢s que compartida, ser¨¢ una bendici¨®n.
Luc¨ªa Lacarra: A veces tenemos viajes largu¨ªsimos en los que vamos dos d¨ªas a Estados Unidos o 24 horas a Kazajist¨¢n. Son odiseas incre¨ªbles. Y si lo tienes que hacer sola y te encuentras con situaciones en las que no hay comunicaci¨®n o la organizaci¨®n es un poco cuestionable, es dur¨ªsimo. Esta puede ser una profesi¨®n muy solitaria si est¨¢s siempre solo con tu maleta. Al ser dos, sin embargo, acabas ri¨¦ndote de las situaciones m¨¢s surrealistas y encontr¨¢ndole el lado aventurero. Todo es mas f¨¢cil de llevar. Nosotros siempre vamos juntos a todas partes. Lo cual tampoco es f¨¢cil, porque no nos separamos durante las 24 horas del d¨ªa. Y no solo trabajamos en el mismo sitio, sino que lo hacemos juntos. Es mucho m¨¢s intenso, pero la conexi¨®n que conseguimos para bailar es incre¨ªble, y poder experimentarlo todo con esa persona no tiene precio.
Y ahora con una ni?a, Laia [Luc¨ªa y Marlon son padres desde hace un a?o y medio], ?no se plantean que igual va siendo hora de volver a establecerse en alg¨²n sitio?
Luc¨ªa Lacarra: De momento, la ni?a es muy peque?a y podemos viajar. Creo que para ella es importante tener una madre realizada. Y como dice la m¨ªa, yo tengo hija para toda la vida, para bailar no tengo tantos a?os¡ Pero tenemos claro que cuando empiece a ir al colegio habr¨¢ que plantearse la estabilidad. Queremos ver d¨®nde nos lleva esta nueva situaci¨®n. A¨²n no lo sabemos. Hemos estado 14 a?os en Alemania, pero no es el lugar en el que yo habr¨ªa querido vivir si no hubiera sido porque el trabajo me llev¨® hasta all¨ª. Nos atrae mucho m¨¢s Madrid.
Marlon Dino: Es una ciudad libre. Aqu¨ª nos sentimos como en casa.
Luc¨ªa Lacarra: Yo dej¨¦ mi familia con 13 a?os, y lo cierto es que me he acostumbrado a vivir donde he bailado. Es algo colateral al trabajo:
vas donde te lleva el baile. No te lo planteas. As¨ª que por primera vez tendremos que elegir d¨®nde queremos instalarnos definitivamente. ?Me gusta tanto esa opci¨®n de poder escoger sin que sea una decisi¨®n atada al trabajo!
Imagino que, aunque todav¨ªa pueden continuar con este ritmo un tanto fren¨¦tico, la aparici¨®n de un beb¨¦ lo cambia todo.
Luc¨ªa Lacarra: ?S¨ª! Ahora tengo dos personalidades [risas]. Mi vida es Laia y el ballet. Y eso me encanta, porque, al final, en una pareja que trabaja y baila junta todo est¨¢ siempre relacionado con la danza. Pero desde que somos padres, en el momento en el que no estoy bailando y llego a casa, la danza queda fuera, todo es la ni?a y lo que hacemos con ella. Y eso es muy refrescante. Da vacaciones al ballet.
Marlon Dino: Por fin hemos conseguido no hablar de nuestro trabajo en casa. Y eso es muy sano.
Luc¨ªa, usted siempre ha dicho que bailar era su ox¨ªgeno, una necesidad imperiosa. ?C¨®mo fue su relaci¨®n con la danza durante el embarazo y despu¨¦s del parto?
Luc¨ªa Lacarra: Cuando estaba embarazada, bailaba solamente con Marlon. No hubiera aceptado hacerlo con nadie m¨¢s. Necesitaba bailar con alguien que tuviera tanto cuidado o m¨¢s que yo misma. Estuve bailando hasta los seis meses de gestaci¨®n. De hecho, cuando estaba casi de seis, hicimos La dama de las camelias, que dura tres horas. Yo estaba feliz, mejor que nunca. Marlon, sin embargo, estaba de los nervios, porque sent¨ªa mucha responsabilidad [risas]. Me levantaba en muchos port¨¦s y sent¨ªa a la ni?a¡ Y yo toda feliz. Tras el parto, pierdes toda la musculatura del est¨®mago, de lo que es el centro del cuerpo, y de nuevo s0lo quer¨ªa bailar con ¨¦l. A las tres semanas de dar a luz, hice mi primera clase por mi cuenta, salt¨¢ndome el tiempo legal que son ocho¡ Eso s¨ª, el primer espect¨¢culo lo hice a las ocho.
Trabajan seis horas al d¨ªa, seis d¨ªas a la semana, cuando no siete. ?De verdad no se cansan?
Luc¨ªa Lacarra: Llevo muchos a?os bailando. Es una profesi¨®n muy dura, pero no ha habido ni un solo minuto en mi vida en el que haya pensado que quer¨ªa hacer otra cosa o que estaba agotada. No concibo mi existencia de otra manera. Cuando bailo, me expreso y soy yo misma. Desde peque?a estaba convencida de lo que quer¨ªa. No dec¨ªa: ?Quiero ser bailarina?, sino ?Voy a ser bailarina?. Y no sab¨ªa nada de ballet. Imagina: un pueblito del Pa¨ªs Vasco con 8.000 habitantes. No s¨¦ c¨®mo ni por qu¨¦, pero quer¨ªa hacer realidad ese sue?o. Y de ballet. Y con puntas. Me dec¨ªan: ?Haz bailes vascos?; y yo contestaba: ?No, no, no? [carcajadas].
Marlon Dino: A m¨ª, sin embargo, la danza nunca me gust¨®. La idea fue de mi madre. Es curioso, porque en Albania est¨¢ de moda y hay tres veces m¨¢s chicos que chicas que se dedican a ello. Ellos se meten en este mundo para ligar. All¨ª, la danza es muy masculina y a las chicas les gusta que seas bailar¨ªn. Adem¨¢s, mi madre no quer¨ªa que estuviera en la calle, por aquel entonces hab¨ªa muchas bandas. Pero en mi pa¨ªs ir a la escuela de baile implica dedicarle 11 horas al d¨ªa, ya que se combina con el colegio. A los dos a?os de estar ah¨ª, yo no pod¨ªa m¨¢s, quer¨ªa irme. Siempre he sido un poco rebelde y sent¨ªa que esta disciplina requer¨ªa demasiado control, todo el funcionamiento era un poco dictatorial. Pero cuando iba a abandonar, un amigo me ret¨®. Me dijo: ?Nunca ser¨¢s bailar¨ªn. No tienes el cuerpo, el f¨ªsico ni las dotes suficientes?. Y ah¨ª me empe?¨¦ en demostrarlo. Siempre he cre¨ªdo que con el trabajo se consigue mucho m¨¢s que con el talento.
Pero ustedes son de los que defienden que en esta profesi¨®n no todo es la t¨¦cnica¡
Luc¨ªa Lacarra: Absolutamente. El baile no es solo el aspecto f¨ªsico. Siempre me ha gustado interpretar en el escenario, vivir esas experiencias y esos dramas del mundo literario.
Marlon Dino: Ahora, la gente ve la danza como un circo: saltos y piruetas por todas partes. Y no es eso. La actuaci¨®n es muy importante. Lo bonito de la danza es transmitir, que la gente se lleve un sentimiento a casa, no ver una simple sucesi¨®n de acrobacias o una t¨¦cnica perfecta, que es bonita pero no deja huella de ning¨²n tipo.
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