El regreso del escote ¡®push-up¡¯: la tendencia que triunfa en las alfombras rojas pero no en la calle
Desde Kylie Jenner en su paso por la semana de la moda de Par¨ªs hasta Olivia Rodrigo en los ¨²ltimos premios MTV: mostrar canalillo es la pen¨²ltima tendencia ¡®dosmilera¡¯ que regresa a las vidas de las ¡®celebrities¡¯, pero de momento no acaba de convencer al p¨²blico.
Despu¨¦s de los pantalones de tiro bajo que han inundado buena parte de las tiendas, de los cinturones anchos a la cadera que acaban de asomar en el ¨²ltimo desfile de Miu Miu y de la vuelta de las bailarinas plateadas, tendr¨ªamos que haberlo visto venir. S¨ª, definitivamente, tendr¨ªamos que haber esperado que los sujetadores push-up o el (un poco casposo) canalillo volviesen a nuestras vidas, porque las se?ales estaban ah¨ª. Si ya hemos vuelto a integrar con mayor o menor ¨¦xito la mayor¨ªa de las tendencias que vivimos y llevamos a finales de los 90 y principios de los 2000, no deber¨ªa ser ninguna sorpresa que la que ata?e a los escotes irrumpa en la sala. En defensa de la sociedad, hay que decir que los ¨²ltimos a?os no han sido especialmente boyantes para los rellenos, pero una vez que las celebrities entran en acci¨®n, la historia empieza a cambiar. Al menos, en teor¨ªa.
Los v¨ªdeos y las fotos de Kylie Jenner en la Semana de la Moda de Par¨ªs han dado la vuelta a Internet varias veces, especialmente en las que la m¨¢s peque?a del klan llegaba al siempre viral desfile de Schiaparelli. En esta ocasi¨®n no hab¨ªa le¨®n al pecho, sino ausencia de adornos que ayudaba a que esa zona brillase m¨¢s que las lentejuelas del propio vestido. Ah¨ª estaba la magia del look: l¨ªneas aparentemente sencillas que esculp¨ªan la figura de Jenner y que incluso eclipsaban lo que pretend¨ªa ser el centro focal del estilismo, la abertura con forma de cerradura. ?Y el sujetador? No parece que haya. ?Lo curioso? Que a¨²n as¨ª, el efecto de elevar y recoger el pecho es visible.
Un look muy similar llev¨® d¨ªas antes Olivia Rodrigo en los recientes premios MTV. Se trataba de un vestido plateado realizado por Ludovic de Saint Sernin en el que 150.000 cristales de Swarovski refulg¨ªan bajo los focos y los flashes. Pero claro: en la ecuaci¨®n, hab¨ªa un escote en uve y, de nuevo, un sujetador con efecto push-up. Como pasaba con las campa?as de Wonderbra en Estados Unidos que protagoniz¨® Eva Herzigova, el ¡®m¨ªrame a los ojos¡ he dicho a los ojos¡¯, parece atronar. Pero no es la primera vez que la cantante elige este tipo de estilismos, especialmente cuando recurre al sexy can¨®nico (es decir, ese en el que est¨¢ impl¨ªcita la mirada masculina tradicional); un repaso r¨¢pido por su perfil de Instagram lo confirma.
Algo parecido sucede con Selena G¨®mez. La int¨¦rprete lleva a?os sobrellevando la presi¨®n sobre su aspecto y en una entrevista que concedi¨® a S Moda en 2021, cont¨® que escuchaba que ?no era sexy? a diario. No era la primera vez, ni ser¨ªa la ¨²ltima, que una de las mujeres m¨¢s seguidas en Instagram hablaba alto y claro sobre su f¨ªsico, objeto de debate p¨²blico en numerosas ocasiones. Es m¨¢s, a principios de este a?o, regal¨® una frase que muchas personas podr¨ªan interpretar como liberadora: ?Estoy un poco gorda en este momento porque me divert¨ª durante las vacaciones?. As¨ª, sin m¨¢s. Igual que sin m¨¢s, expone su escote en un gran porcentaje de sus estilismos: forma parte de ella y no lo esconde. Lo ha hecho en la Semana de la Moda de Par¨ªs con dos vestidos cortos: uno de lunares firmado por Jacquemus y otro negro con la etiqueta de Versace. Lo hizo en su ¨²ltimo cumplea?os, llevando un minivestido rojo cuajado de flores. Lo hizo en la afterparty de los MTV de este a?o, con otro minivestido morado intenso con una parte superior corsetera que refuerza todav¨ªa m¨¢s el efecto push-up del pecho. Lo ha hecho incluso en una de las escenas del final de Solo asesinatos en el edificio (2021), cuando se planta un vestido de novia con escote palabra de honor. Corte al que parece haberle cogido el gusto en los ¨²ltimos meses, porque en algunas fotos y v¨ªdeos en los que anunciaba el single que public¨® a finales de agosto, tambi¨¦n aparec¨ªa con un palabra de honor naranja. S¨ª, escote incluido.
Si despu¨¦s de esta enumeraci¨®n de estilismos has pensado en Lindsay Lohan en Chicas Malas (2004) bajando por las escaleras con un vestido corto negro y rosa palabra de honor con el pecho bien recogido, no te culpamos; adem¨¢s, el Prada rosa y blanco que llev¨® Scarlett Johansson al Festival de Cannes de este a?o preconizaba la importancia de los sujetadores en las tendencias de moda de estos meses. La diferencia est¨¢ en que en la escena cinematogr¨¢fica, ese gesto, mostrar parte del pecho, ten¨ªa una serie de lecturas negativas: la femme fatale es peligrosa y, seg¨²n como la represente el gui¨®n, tambi¨¦n hueca. Basta con recordar el tratamiento profesional y p¨²blico que se le dio a Pamela Anderson durante a?os, otra de esas mujeres a las que ahora se les ofrece un poco de justicia po¨¦tica. La narrativa nos dec¨ªa que ense?ar el canalillo y ser inteligente no pod¨ªan ir de la mano pero ?y si estas celebridades j¨®venes estuviesen ayudando a cambiar las normas del juego? ?Y si fuesen capaces de volver a sacarle lustre a lo denostado?
El auge y ca¨ªda de WonderBra, la firma insignia de los sujetadores realzadores, es el ejemplo perfecto de c¨®mo cambi¨® la relaci¨®n de las personas con pecho con la ropa interior: pas¨® de vender en 1994 un sujetador cada 15 segundos (as¨ª lo recogi¨® un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan) y facturar m¨¢s de 120 millones de d¨®lares en ventas a que sea dif¨ªcil de encontrar en Google o incluso Instagram, donde tienen poco m¨¢s de 25.000 seguidores. De hecho, en 2013 hab¨ªa escasas ofertas para comprar DBApparel, el grupo en el que se encontraba WonderBra (junto a Dim y Playtex) y aunque fue adquirida por HanesBrand en 2014, los informes de beneficios de la compa?¨ªa no eran nada halag¨¹e?os, seg¨²n informaban los peri¨®dicos econ¨®micos del momento. Porque aunque Kate Moss alabase ante New York Times Magazine las bondades del sujetador para crear escote incluso en pechos peque?os o Christina Aguilera afirmase que ?todo el mundo deber¨ªa tener un WonderBra?, lo cierto es que esos rellenos que ayudaban a realzar los senos ya no eran exclusividad de la marca: cualquier firma de ropa interior ten¨ªa disponibles modelos similares.
Hay algunos paralelismos entre los vaivenes de popularidad de la firma de origen canadiense y los de Victoria¡¯s Secret. Ahora, la marca que catalog¨® a un tipo de mujer blanca, alta y delgada como ¨¢ngel est¨¢ inmersa en una renovaci¨®n de imagen que para los m¨¢s esc¨¦pticos, parece sacada de El gatopardo: cambiar todo para que nada cambie. Porque ah¨ª siguen Adriana Lima, Candice Swanepoel, Lily Aldridge, Gigi Hadid, Valentina Sampaio o Hailey Bieber perpetuando la est¨¦tica anterior. Candice Huffine o Jill Kortleve intentan ponerle la nota de diversidad, pero no es f¨¢cil soltar las costumbres arraigadas, incluso cuando no parecen reportar beneficios: las p¨¦rdidas en la compa?¨ªa contin¨²an y aunque hay oscilaciones de un trimestre a otro, los datos no son especialmente optimistas, y no solo porque no nos hayamos recuperado del efecto braless de la pandemia. Porque, ojo: si bien es cierto que la ropa ¨ªntima aguant¨® bien el tir¨®n de esos meses mientras el consumo de moda general se desplomaba, el ¨²ltimo estudio realizado por Kantar para MODACC resalta que ?ha sido la categor¨ªa de ropa interior, la que menos hab¨ªa sufrido durante la pandemia, la que en el ¨²ltimo trimestre [de 2022] ha sufrido un baj¨®n tanto en valor como en volumen?.
Nuria Sarda, directora creativa de la firma de lencer¨ªa y ba?o Andres Sarda, afirma que sus clientas no han mostrado un especial inter¨¦s por los sujetadores con rellenos realzadores. ?El push-up se vende, pero no es el que m¨¢s ¨¦xito tiene?, explica. ?En los ¨²ltimos a?os, ha aumentado la demanda de prendas m¨¢s ligeras, transparentes y c¨®modas y creo que actualmente ser¨ªa dif¨ªcil que el push-up sea una tendencia tal y como la conocimos hace a?os: ahora el confort es una prioridad, y la naturalidad?. Eso s¨ª, especifica que ?eso no quita que en un momento concreto nos pongamos un push-up si nos apetece o si hace que un vestido nos quede mejor?.
Puede que ah¨ª est¨¦ (parte de) la clave de este asunto: en que el sujetador se haya convertido en algo decorativo, en un complemento, y no en una parte esencial del look. Y m¨¢s, uno que aprieta (no nos enga?emos) determinadas partes de los senos. Entre el movimiento Free The Nipple que fue ubicuo en 2012, el auge de los bralettes en 2016 y el efecto de la pandemia sobre los estilismos personales, volver a constre?ir el cuerpo de manera voluntaria parece obedecer a un motivo m¨¢s visual que social.
Hay un ¨²ltimo factor que tampoco habr¨ªa que perder de vista, y es el de la falsa nostalgia. Selena G¨®mez s¨ª creci¨® con Pamela Anderson corriendo en Los Vigilantes de la Playa y con los ¨¢ngeles de Victoria¡¯s Secret como abanderadas de los push-up, pero Kylie Jenner y Olivia Rodrigo no tienen la edad suficiente como para haber tenido esos referentes en la adolescencia. ?Qu¨¦ significa esto?? Que les permite recuperar est¨¦ticas de aquellos a?os sin la carga de los recuerdos; quiz¨¢s con menos prejuicios que quienes ya lo vivieron. Una suerte de hoja en blanco que les ofrece la oportunidad de acercarse al push-up no como una imposici¨®n corporal destinada a unir y levantar, a encajar con las expectativas, sino como lo que siempre debi¨® ser: una herramienta para usar con intenciones personales e intransferibles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.