Ni ¡®influencers¡¯ ni estrellas: el discreto encanto de la gente normal conquista la moda
Vetements lidera un discurso donde el discreto encanto de la calle se glorifica frente a firmas que reivindican el ideal de la fama.
Primero fue el normcore, esa corriente que abogaba por vestir de manera lo m¨¢s convencional posible como movimiento antimoda y que que acab¨® convirti¨¦ndose en tendencia, y ahora llega la gente normal como fuente de inspiraci¨®n de las firmas.
A nadie le sorprendi¨® que el pasado mes de enero Demna Gvasalia subiera a la pasarela de la colecci¨®n de oto?o de Vetements a un grupo de individuos que bien podr¨ªa haberse cruzado de camino al desfile. Uno por cada tribu urbana, o m¨¢s bien grupo social, perfectamente catalogable a trav¨¦s de su vestimenta. ¡°Me encantan los uniformes sociales, lo que dicen de cada uno. De joven sol¨ªa vestir siempre con una de esas camisetas de vigilante de seguridad y me confund¨ªan por uno de ellos todo el tiempo. La ropa tiene connotaciones y hasta que la gente no sabe quien eres, manda un mensaje sobre ti a los dem¨¢s¡±, aseguraba en una entrevista concedida a Suzy Menkes.
De cara a su colecci¨®n para la pr¨®xima primavera, presentada excepcionalmente el pasado mes de junio, Gvasalia fue un paso m¨¢s all¨¢ en su af¨¢n por contradecir algunos de los m¨¢s s¨®lidos principios del sistema de la moda. Se dedic¨® a ir parando personalmente a gente por las calles de Z¨²rich, su nuevo lugar de residencia, y preguntarles si ser¨ªan tan amables de dejarse fotografiar por y para ¨¦l. Cada uno de ellos ¨Cadolescentes, jubilados y familias al completo de muy distinto origen, fisionom¨ªa y complexi¨®n¨C escogi¨® sus prendas preferidas y de esas espont¨¢neas instant¨¢neas tomadas por toda la ciudad sali¨® el cat¨¢logo que le sirve hoy de lookbook. Este ejercicio, m¨¢s parecido a un experimento sociocultural que a otra cosa, viene adem¨¢s a desmentir en cierta manera su anterior discurso sobre ropa e identidad. El estilo Gvasalia refleja perfectamente la nueva fascinaci¨®n de los dise?adores por lo ordinario en general y la gente corriente en particular.
A su manera, el d¨²o creativo detr¨¢s de Eckhaus Latta tambi¨¦n quiso escenificar la diversidad entendida m¨¢s all¨¢ de la inclusi¨®n de modelos de todas las razas y tallas sobre la pasarela durante la pasada Semana de la Moda de Nueva York. Lo hizo de la mano de un grupo de modelos de f¨ªsicos de lo m¨¢s variados y representativos de gentes de toda clase y condici¨®n. Entre ellas, una amiga embarazada, la artista Maia Ruth Lee, o la reputada galerista y conocida de la casa Lucy Chadwick. A ¨¦sta ¨²ltima, curiosamente, ya hab¨ªamos visto haciendo lo mismo en una de las presentaciones alternativas de J.Crew, posando junto a la estilista y consultora de moda Taylor Hill, y Christene Barberich, fundadora de Refinery 29.
Esa misma l¨ªnea de amigos y conocidos como iconos de lo com¨²n frente al espejismo impostado que a veces representa la moda ha seguido Alessandro Michele a prop¨®sito de los protagonistas de la campa?a Crucero 2018 de Gucci. M¨²sicos, escritores, actores, directores o productores de cine, pero tambi¨¦n un dependiente transexual de la tienda insignia de la firma en la v¨ªa Condotti o la due?a del restaurante chino al que suele acudir habitualmente el dise?ador, en el c¨¦ntrico barrio del Esquilino; miembros de su c¨ªrculo m¨¢s o menos cercano, a los que Michele lo mismo hace cantar en un karaoke que dejarse retratar en distintos puntos de su Roma natal. ¡°Real people in real places¡± reza una de las fotos de dicha sesi¨®n colgadas en la cuenta oficial de Gucci en Instagram. Personas no tan an¨®nimas ni desconocidas como los vecinos de la capital financiera suiza pero, en apariencia, ordinary people al fin y al cabo.
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