Los a?os del Blitz: el otro ¡®swinging London¡¯
Una exposici¨®n en el Victoria & Albert y un libro recueran los locos a?os 80 de la capital brit¨¢nica, en los que la cultura de club se hizo con el ¡®mainstream¡¯.
Mucho antes de que John Galliano vistiese como un dandy zarrapastroso¡.ya vest¨ªa como un (espl¨¦ndido) dandy zarrapastroso. El dise?ador ca¨ªdo en desgracia es uno de las decenas de luminarias de la moda, la m¨²sica y el arte que se forjaron en el Blitz, el cavernoso y diminuto club del Soho londinense, decorado con motivos de la II Guerra Mundial, que sirvi¨® como epicentro de todas las tendencias que el resto del mundo ir¨ªa adoptando, lentamente, a lo largo de la d¨¦cada.
Ahora una exposici¨®n en el Victoria & Albert, From Club to Catwalk, recuerda aquel otro Swinging London, el que cabe en el hueco que queda entre la explosi¨®n del punk y la popularizaci¨®n de los New Romantics, en un Reino Unido que ya era thatcherista sin saberlo (el t¨¦rmino se popularizar¨ªa m¨¢s tarde). ¡°Los clubes como el Blitz re-energizaron la somnolienta noche de Londres, pero hicieron mucho m¨¢s que eso. Fue como ver un tr¨¢iler del futuro, una premonici¨®n de todo, desde la MTV al dise?o asequible, de la liberci¨®n gay a la cultura de las celebrities pasando por las 'raves'¡±, explic¨® el periodista y escritor Robert Elms (que ha hecho toda una carrera a base de poder decir ¡°yo estuve all¨ª¡±) en el pr¨®logo del libro We can be Heroes: Punks, Poseurs, Peacocks and People of a Particular Persuasion, del fot¨®grafo Graham Smith, que tambi¨¦n recog¨ªa im¨¢genes de lo m¨¢s granado del Blitz.
Galliano, en sus a?os mozos, y una de las piezas que el Victoria & Albert expondr¨¢ del dise?ador: ¡®Fallen Angel¡¯ (1985).
Rex/ Victoria and Albert Museum, London
La muestra del V&A, que suceder¨¢ a la exitos¨ªsima exposici¨®n dedicada a David Bowie a partir del 10 de julio, incluye casi un centenar de prendas de los 80 cedidas por dise?adores como el propio Galliano, Vivianne Westwood y los otros creadores que marcaron la d¨¦cada como Betty Jackson y Katherine Hamnett, la culpable de que todav¨ªa hoy llevemos camisetas con mensajes (ella se hizo una ic¨®nica foto de aquellos a?os luciendo una camiseta anti-nuclear junto a Margaret Thatcher). Como corresponde a una d¨¦cada obsesionada con las subculturas y las tribus urbanas, la exposici¨®n se esfuerza en distinguir entre las diversas micromodas que se generaban en los clubs y que lo mismo que una canci¨®n de Spandau Ballet: porque no es lo mismo el High Camp que el New Romantic.
Los que cuestionan la tendencia de los grandes museos a dedicar lucrativas exposiciones a la moda (el mismo Victoria & Albert fue muy criticado cuando exhibi¨® los trajes de Kylie Minogue) tendr¨¢n nuevos motivos para llevarse las manos a la cabeza, ya que ahora se trata de exhibir como arte b¨¢sicamente los estilismos que alguien, hace 30 a?os, se puso un d¨ªa para ir a la discoteca. Claro que la cosa tiene m¨¢s inter¨¦s si el que se iba de bares era Leigh Bowery, el famoso performer y dise?ador de quien Boy George dijo que era ¡°el arte moderno con patas¡±, o Adam Ant, el cantante que represent¨® el lado menos radiof¨®rmula-friendly de los New Romantics.
Un elemento clave para que lo que hac¨ªan un grupito de estudiantes de arte y modernos en general los martes por la noche (¨¦sa era la noche original de las Bowie Nights en el club Billy's, el germen del Blitz al que asist¨ªan sin falta Boy George y gente como Siobhan Fahey, de Bananarama) acabase convertido en cultura de masas fueron las revistas. Los quioscos brit¨¢nicos se regeneraron durante aquellos a?os con publicaciones como The Face, I-D, la ¨²nica que sobrevive y que adquiri¨® hace poco Vice y, sobre todo, la tambi¨¦n llamada Blitz. Esta ¨²ltima es ahora objeto de estudio y homenaje en el libro As seen in Blitz: Fashioning 80s style (ICA), que acaba de publicarse. Iain R. Webb, que fue el editor de moda de la publicaci¨®n entre 1982 y 1987, recopila textos y sobre todo fotos de aquellas p¨¢ginas visionarias.
¡®Trojan and Mark at Taboo¡¯ (1986)/ ¡®Jasmine K¡¯ (1984)
Derek Ridgers/ Cortes¨ªa de Victoria and Albert Museum
En Blitz aparecieron, antes que en ning¨²n otro sitio, Nick Knight, David LaChappelle, Comme des Gar?ons, Marc Jacobs, Stephen Jones y Franco Moschino enre otros. No faltaban perfiles de emergentes como Madonna o Daniel Day Lewis. A pesar de su capacidad para vislumbrar el futuro, uno de sus lemas era ¡°no estamos aqu¨ª para vender ropa¡± y quiz¨¢ por eso, por su desd¨¦n a las exigencias del mercado, la revista se vio obligada a cerrar en 1991, lo que la convierte en una perfecta c¨¢psula del tiempo de los 80. Su objetivo, como explica Webb en el libro, era utilizar la moda como una manera para desafiar las ideas heredadas sobre la belleza, el sexo y la est¨¦tica.
La revista, por cierto, mantiene un admirable archivo online en el que se pueden consultar gratis algunos n¨²meros en PDF, lo que da para curiosas sorpresas. En el n¨²mero de septiembre de 1990, por ejemplo, destacan a la entonces debutante Lorrie Moore ¨Choy, la autora de Al final de la escalera (Seix Barral) es una de los nombres m¨¢s respetados de las letras estadounidenses¨C, que entonces publicaba su primera colecci¨®n de relatos, recomendaban el primer remix de Andy Weatherhall para Primal Scream (¡°son tan cool que ni siquiera tienen que hacer nada¡±), germen de lo que luego ser¨ªa el Screamadelica ,y se preguntaban: ?C¨®mo sobrevivir¨¢ The Human League al nuevo star system de los 90? Al final la que no se adapt¨® a la nueva d¨¦cada fue la propia revista, pero su legado queda intacto.
¡®At Subway¡¯ (1986) y Jonathan Batcave (1983), dos instant¨¢neas de la ¨¦poca que se podr¨¢n ver en la muestra del Victoria and Albert Museum de Londres.
Derek Ridgers/ Cortes¨ªa de Victoria and Albert Museum
¡®The cloth¡¯ (1985)
Anita Corbin/ Cortes¨ªa de Victoria & Albert Museum
Una de las portadas de la revista, vital para la escena de club londinense de los 80.
D. R.
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