Pijama ¡®Party¡¯
?Puedes tener lo que quieras si te vistes para ello?, dijo la dise?adora de vestuario Edith Head. ?Qu¨¦ mejor prenda para sublevar pasarelas y calles que el pijama, popularizado por mujeres libres y transgresoras? Veinticinco personajes lo reivindican. Nunca una rebeli¨®n fue tan relajada.
Una peque?¨ªsima localidad costera del sur de Francia, Saint Jean des Pins, atrae cada temporada a turistas de gustos refinados. No se trata ¨²nicamente de sus playas ni de su oferta gastron¨®mica, para eso ya est¨¢n las vecinas (y mucho m¨¢s concurridas) Cannes y Montecarlo, sino de practicar el muy elitista juego veraniego de ver y ser visto¡ en pijama. Son los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de 1920 y los horrores de la I Guerra Mundial hab¨ªan dado paso a un hedonismo bastante l¨®gico, tambi¨¦n en la indumentaria. ?Fue Coco Chanel la que, como en tantas otras cosas, puso de moda el pijama fuera de los l¨ªmites del hogar?, explica Valerie Steele, historiadora del Museo FIT de Nueva York. ?Ella decidi¨® vestir con pantalones anchos y camisetas durante sus periodos vacacionales?, a?ade. La imitaci¨®n de las damas de alta alcurnia hizo el resto. Es cierto que unos pantalones anchos y una blusa b¨¢sica no son lo que com¨²nmente asociamos al pijama. No tienen unicornios, ni felpa, ni cuadros de colores, pensar¨¢n algunos. Pero en aquella aldea pija, cuyos visitantes llamaban coloquialmente ¡®pijamalandia¡¯ al hecho de que una mujer se acercara a la playa vestida con ropajes anchos de corte masculino y/o con batas de raso, supon¨ªa una revoluci¨®n est¨¦tica y, sobre todo, social.
La riqueza hist¨®rica de esta prenda se revela al comprobar la cantidad de palabras que posee la lengua inglesa para matizar su g¨¦nero, su estilo y las circunstancias de su uso. La m¨¢s com¨²n, pajamas o pyjamas, proviene del persa pae jama, los cl¨¢sicos pantalones anchos que llevaban (y llevan) los indios cuando el pa¨ªs fue colonia inglesa en el XIX. Pero antes ya exist¨ªa el night gown, una especie de camis¨®n para recibir visitas; el loungewear, referido a la ropa de estar en casa, o el sleepwear, que alude a prendas estrictamente utilizadas para dormir.
El pijama, literalmente, pod¨ªa adquirir mil estilos; ser femenino o masculino, de dos o una pieza¡ siempre, eso s¨ª, que se utilizara en los confines privados. Pero fue su apropiaci¨®n por parte de la mujer en ciertos espacios p¨²blicos lo que lo convirti¨® en una prenda cargada de significado. ?Es una especie de uniforme feminista? Vayamos por partes.
?Hasta el siglo XIX, y salvo excepciones, hombres y mujeres llevaban sayas de lino blanco para dormir?, cuenta James Laver en el volumen Breve historia del traje y la moda (Espasa, 2002). Lino blanco porque, a falta de lavadora, hab¨ªa que hervirlo (los nobles usaban uno cada noche, sin escatimar) y sayas porque cualquier insinuaci¨®n de las curvas era pecado mortal. As¨ª, si contextualizamos, el hecho de que Mar¨ªa Antonieta paseara por su jard¨ªn con un vaporoso vestido blanco o de que Josefina Bonaparte se sentara en el trono con un traje del mismo color de corte imperio es, traducido a los tiempos mil¨¦nicos, como si Kate Middleton acudiera a una recepci¨®n con una bata de boatin¨¦. Pura transgresi¨®n.
No es que Josefina, Mar¨ªa Antonieta y sus imitadoras tuvieran conciencia feminista, al menos que sepamos. S¨ª la ten¨ªa Amelia Bloomer, defensora del sufragismo y las libertades de las mujeres en el XIX y creadora de un movimiento, las Bloomers, que se identific¨® por llevar las enaguas al descubierto ¨Cahora, los pantalones anchos con punto en la parte inferior se llaman bloomers¨C. Tambi¨¦n la actriz Clara Bow, Eleonora Duse y todas esas artistas que se convirtieron en iconos para miles de mujeres, un puesto hasta entonces reservado para las damas de la aristocracia. El cine lo cambi¨® todo, hasta los c¨®digos sociales. ?Las primeras musas del celuloide se sintieron con derecho a tener relaciones espor¨¢dicas, a jugar con su sexualidad, a conducir y hasta a vivir solas?, explica Steele. Eso se refleja en su indumentaria. En la gran pantalla (y en las alfombras rojas), el camis¨®n se convirti¨® en met¨¢fora de libertad femenina. La pel¨ªcula It (1927) supuso el nacimiento del actual y tan manido termino it girl. En ella, Clara Bow era una dependienta de grandes almacenes que seduc¨ªa por su carisma y por su muy particular idea del estilo. Vend¨ªa (y vest¨ªa) camisones. Mientras, fuera de las c¨¢maras, Madeleine Vionnet dise?aba una l¨ªnea de pijamas femeninos que hac¨ªan las delicias de las divas de la ¨¦poca, la marquesa de Casatti (esa musa de la industria tantas veces revisada en la actualidad) paseaba con enaguas negras y Eleonora Duse acud¨ªa a los estrenos y las galas con el vestido Delphos de Fortuny. Porque, ?qu¨¦ es el Delphos de Fortuny sino un camis¨®n transparente y plisado?
Hoy, que el pijama de dos piezas es un dise?o recurrente en pasarelas y en blogs de streetstyle, se suele pensar que la moda ha traspasado la ¨²ltima frontera, la de la intimidad, para buscar inspiraci¨®n. ?Ya no saben qu¨¦ inventar?, dir¨¢n algunos. Pero lo cierto es que en 1940 los pijamas de corte masculino ya ocupaban p¨¢ginas en revistas de moda. Llevados, por supuesto, por mujeres. ?En la pel¨ªcula Sucedi¨® una noche (1934), el personaje interpretado por Claudette Colbert duerme con los mismos pijamas que los que usa el personaje de Clark Gable. Esto gener¨® una aut¨¦ntica fiebre por ellos entre las chicas que quer¨ªan vestir a la moda?, explica Edwina Ehrman, comisar¨ªa de la exposici¨®n Undressed, un recorrido por la historia de la ropa interior que se pudo ver el pasado a?o en el museo Victoria and Albert. S¨ª, hace 80 a?os las mujeres llevaban pijamas de camisa y pantal¨®n masculinos. Y Diana Vreeland, por su parte, los fotografiaba en editoriales para Vogue y Harper¡¯s Bazaar. Se prend¨® de ellos al ver un desfile en el florentino palazzo Pitti en los a?os 40. All¨ª nacieron los llamados ¡®pijama palazzo¡¯, que ahora son tendencia: anchos, de seda y estampados con motivos orientales. ?Fueron el uniforme de la bohemia. Los llevaban personajes como Loulou de la Falaise o David Bowie. Me interesa recuperar ese esp¨ªritu?, explica Francesca Ruffini, creadora de For Restless Sleepers, la marca de pijamas de lujo (para salir a la calle) que hoy llevan muchas celebrities, de Rihanna a Victoria Beckham. Y eso que, all¨¢ por los 70, se luc¨ªa de forma unisex, sin importar el g¨¦nero del portador. ?De verdad somos tan modernos como nos creemos?
Olivia Molina
?Disfruto mucho interpretando a Vicky en Amar es para siempre: una adelantada a su tiempo, que se atreve a romper con lo que se esperaba de las mujeres en la Espa?a de los a?os 60?. La actriz combina el rodaje diario de la serie -?te convierte en alguien muy eficaz, sin tiempo para regodearte en los errores?- con la gira teatral de Tristana. Con su interpretaci¨®n de la obra de P¨¦rez Gald¨®s lleva un a?o recorriendo la Pen¨ªnsula (pr¨®ximas paradas, Vigo y Sevilla). Un ritmo fren¨¦tico que no le quita el sue?o: ?Ensayo incluso cuando hago la compra, hasta que mi hija me dice que pare?, r¨ªe.
Alfonso Bassave, Pino Montesdeoca, Juli¨¢n Villagr¨¢n
??Salir en pijama a la calle? No, no tengo: yo solo duermo con unas gotitas de Chanel?, confiesa el actor Alfonso Bassave, que triunfa en TVE con Estoy vivo. ?Art¨ªsticamente el cine est¨¢ encorsetado, hoy es mucho m¨¢s libre e irreverente la televisi¨®n?, reivindica el tambi¨¦n int¨¦rprete Juli¨¢n Villagr¨¢n. Rueda junto a Paco Le¨®n Arde Madrid, una ficci¨®n para Movistar+ ?muy gamberra?, mientras espera el estreno de Cuando los ¨¢ngeles duermen y Qui¨¦n te cantar¨¢. La modelo Pino Montesdeoca demanda la misma libertad para otro asunto candente: ?Hay que romper reglas que nos limitan a las mujeres a partir de cierta edad?.
Laura S¨¢nchez, Judit Masc¨®
?Dicen que la carrera de una modelo es corta, pero no es verdad. Da tiempo a mucho y lo importante es llenar la mochila de vivencias y ense?anzas. Porque triunfes o no, aprender es lo mejor que te puede pasar?, aconseja Laura S¨¢nchez que, tras casi 20 a?os desfilando, est¨¢ volcada en la producci¨®n de la pasarela We Love Flamenco que acaba de echar el cierre a su s¨¦ptima edici¨®n. ?Ahora hay menos riesgo y, al ser tan r¨¢pido, todo es m¨¢s ef¨ªmero. Dentro de 10 a?os nadie recordar¨¢ lo que hoy nos sorprende?, a?ade Judit Masc¨®. ?Como esta tendencia de ponerse el pijama para salir a la calle. Para m¨ª no es nueva, me evoca la vestimenta del pintor americano Julian Schnabel?.
David Verdaguer, Sandra Escacena, Bel¨¦n Cuesta, Pol Monen
?Llor¨¦ mucho al leer el guion de Verano 1993 mientras iba en el AVE?, cuenta el actor David Verdaguer de la cinta que le ha valido su segunda nominaci¨®n al Goya. Actualmente, representa en el Poliorama de Barcelona Un cop l¡¯any, ?la historia de dos amantes que se reencuentran durante 25 a?os?. El pr¨®ximo proyecto de Sandra Escacena, nominada a actriz revelaci¨®n por Ver¨®nica, es terminar bachillerato. Tiene solo 16 a?os, pero no se duerme en los laureles: ?A esta industria le faltan papeles femeninos?. Comparte opini¨®n con Bel¨¦n Cuesta, nominada a actriz de reparto por La llamada: ?La ficci¨®n debe mostrar la realidad y nos estamos perdiendo muchas miradas?. ?Aires de cambio? ?Hay pasi¨®n. Gente joven con una visi¨®n fresca que est¨¢ revolucionando el panorama?, dice Pol Monen, nominado a mejor actor revelaci¨®n por Amar. Pronto se le ver¨¢ junto a Jos¨¦ Coronado en la serie Vivir sin permiso, de Telecinco.
Nuria Gago, Inma Cuesta, Mariam Hern¨¢ndez
Para estas tres actrices y amigas la moda es un juego, por lo que salir a la calle en pijama supone un riesgo placentero. Mariam Hern¨¢ndez, la que fue Henar en la serie Amar es para siempre, y ahora en el cine con Qu¨¦ te juegas y Sol a c¨¢ntaros, se atreve con todo, ?practicar deportes de riesgo me salva de esta profesi¨®n a veces tan ca¨®tica e inestable?. Tras protagonizar la serie El accidente, Inma Cuesta regresa a la peque?a pantalla con Arde Madrid, comedia de Paco Le¨®n. Adem¨¢s, forma parte del reparto de Todos lo saben, la nueva pel¨ªcula de Asghar Farhadi. ?Ha sido un regalo encontrarme con actores que admiro tanto como Pen¨¦lope Cruz, Javier Bardem, Elvira M¨ªnguez, B¨¢rbara Lennie y Ricardo Dar¨ªn?, confiesa. Y Nuria Gago, tras dar vida a Paula en su primera novela Cuando volvamos a casa (Ed. Planeta), cuenta que su sue?o es seguir escribiendo: ?Siento la necesidad de expresarme?.
Luc¨ªa y Helena Cuesta, Brianda Fitz-James Stuart
Them Bones, la firma de las hermanas Luc¨ªa y Helena Cuesta, es una oda a las posibilidades informales de la joyer¨ªa: ?Fue nuestra tesis de fin de estudios, nunca imaginamos que nos llegar¨ªa a comprar gente a la que admiramos?, recuerdan mientras rematan su tercera colecci¨®n, que saldr¨¢ a la venta en primavera: ?No hay que ponerse l¨ªmites y menos en moda?. ??El pijama? A m¨ª me encanta llevarlo para un evento de gala, es muy elegante?, apunta Brianda Fitz-James Stuart, que se ha especializado en ilustraci¨®n colaborando con firmas como Swatch o Guille Garc¨ªa-Hoz. Ahora acaba de volver de Tokio, ?de exponer all¨ª, que era mi sue?o. Busco nuevas colaboraciones en el mercado asi¨¢tico?, afirma.
Ernesto Sevilla, Joaqu¨ªn Reyes
Los anfitriones de la ceremonia de los Premios Goya (3 de febrero) preparan la cita como el que organiza una fiesta de pijamas con su mejor amigo: ?Me lo propuso Joaqu¨ªn por tel¨¦fono y yo grite: ?Claro que s¨ª!?, recuerda Sevilla. Hay qu¨ªmica. Tras 16 a?os colaborando, el d¨²o comparte escenario cada semana en el exitoso espect¨¢culo Viej¨®venes. En la gala ?intentaremos divertir, sin alargarnos?, adelanta Reyes, que advierte: ?No esper¨¦is desnudos masculinos frontales?.
Manuela Velasco, Nerea Barros, Marta Etura, Dafne Fern¨¢ndez, Ana Fern¨¢ndez
?Incluir m¨¢s roles femeninos en una pel¨ªcula para muchos es una pose, pero ?bienvenida sea! Con estas im¨¢genes se est¨¢n educando los ni?os que dentro de unos a?os ver¨¢n normal que la hero¨ªna sea una mujer?, reflexiona Manuela Velasco, que trabaja en Traici¨®n (TVE). Un sue?o que comparte con Nerea Barros, que persigue dar voz a personajes que nunca son protagonistas: ?Estoy a punto de estrenar el documental Mor¨ª para contar, del que soy productora. Los mejores reporteros de guerra explican c¨®mo se sobrelleva tanto dolor ajeno?. Despu¨¦s se marchar¨¢ a Nigeria a rodar la historia de las ni?as secuestradas por Boko Haram. ?Hay talento joven atrevi¨¦ndose a hacer cosas que nadie hab¨ªa hecho?, a?ade Marta Etura. En abril estrena en el teatro Pav¨®n Ilusiones, de Miguel del Arco, y en verano rodar¨¢ la segunda y tercera parte de El guardi¨¢n invisible. Dafne Fern¨¢ndez, por su parte, acaba de estrenar Dorien, la primera web serie de TVE, ?la historia de Dorian Grey y con una mujer como protagonista, cosa que no abunda?, se?ala. ?Mi madre es maestra y creo que todo parte de un problema de educaci¨®n?, agrega Ana Fern¨¢ndez, que el 1 de febrero empieza a rodar la tercera temporada de Las chicas del cable, de Netflix.
Leonor Watling, Alejandro Pelayo
?Con pijama no, pero s¨ª sal¨ª una vez al escenario en esquijama?, admite Alejandro Pelayo. El pr¨®ximo disco de Marlango, el s¨¦ptimo en su carrera, nace precisamente de su extensa trayectoria en directo: ?Parte de esos momentos en un concierto en los que nos vemos obligados a transportar al p¨²blico de una canci¨®n a otra?. Ver¨¢ la luz en primavera y es ?una especie de banda sonora donde hay canciones, hilvanadas unas con otras?. Leonor matiza: ?Quer¨ªamos crear algo, con un principio y un fin, partiendo por primera vez de un concepto cerrado?.
Textos perfiles: Patricia Rodr¨ªguez y Helena Andr¨¦s.
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