Por qu¨¦ las Converse se llaman All Star: la fabulosa historia de las zapatillas sin g¨¦nero ni clase social
Desde sus or¨ªgenes vinculados al baloncesto, estas zapatillas convertidas en un emblema de la cultura de Estados Unidos, se han consolidado como un fen¨®meno intergeneracional que traspasa fronteras y clases sociales sin entrar en la rueda de las tendencias.
Mucho antes de que las zapatillas se colaran en los desfiles de Alta Costura y que la caza de sneakers se convirtiera en un lucrativo pasatiempo, Converse ya estaba ah¨ª. Con m¨¢s de un siglo de historia bajo sus pies, las zapatillas de la marca fundada en 1908 pasaron de ser el calzado estrella entre los jugadores de baloncesto, a definir el estilo punk de los Sex Pistols o el grunge de los 90. Sin haber variado su est¨¦tica de forma susceptible, en la actualidad son un ¨¦xito intergeneracional capaz de adentrarse en todo tipo de armarios: miembros de la realeza, celebridades en la alfombra roja, pol¨ªticos y cantantes, nadie se resiste a estas zapatillas convertidas en icono de la cultura americana, a la altura de la Coca-Cola, los vaqueros o la hamburguesa con patatas.
Origen vinculado al baloncesto
La historia de Converse se remonta a 1908, cuando Marquis Mills Converse fund¨® en Massachussetts la compa?¨ªa Converse Rubber Shoe Company, dedicada en sus inicios a fabricar zapatos de goma para hombres, mujeres y ni?os. La f¨¢brica se ubicaba en la peque?a ciudad de Malden y muchas familias de la comunidad terminaron por trabajar para Mills. Su ¨¦xito econ¨®mico le convirti¨® en la primera persona con autom¨®vil de su pueblo natal, Lyme (New Hampshire). A partir de 1915, Converse empez¨® a fabricar calzado deportivo. Esto no fue una casualidad si tenemos en cuenta que el baloncesto hab¨ªa surgido en 1891 en Springfield, una ciudad de Massachussetts ubicada a solo 155 kil¨®metros del lugar donde se encontraba la f¨¢brica de zapatillas. En aquellos a?os el b¨¦isbol todav¨ªa era el deporte rey, pero poco a poco el baloncesto iba conquistando a m¨¢s sectores de la sociedad y proliferaban los clubs deportivos. Entre ellos, el equipo All Star, el club fundado por la compa?¨ªa de calzado para promocionar sus zapatillas deportivas Converse All Star, lanzadas al mercado en 1917.
Las zapatillas presentaban un exterior de lona y una puntera reforzada con goma de caucho, mismo material empleado en la suela. Su silueta abotinada ascend¨ªa hasta el tobillo, protegido en su parte interior gracias a un parche circular con una estrella estampada. Lo m¨¢s novedoso resid¨ªa en la suela exterior con patr¨®n de diamante, dise?ada para que los jugadores de baloncesto pudieran impulsarse con facilidad por la cancha y pararse r¨¢pido. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, es f¨¢cil identificar por las calles este dise?o ajeno a las tendencias. Y s¨ª, si das la vuelta a tus Converse, podr¨¢s observar los diamantes de la suela.
Desde el punto de vista empresarial, la marca estuvo en el sitio adecuado en el momento oportuno. Se hizo un hueco en un sector todav¨ªa inexplorado y conquist¨® a los primeros jugadores de baloncesto con un dise?o innovador en algunos aspectos, pero sencillo en general. De hecho, ya exist¨ªan en esos a?os fabricados con goma e incluso hay precedentes de dise?os abotinados d¨¦cadas antes, tal y como explica Eduardo S¨¢nchez Garv¨ªa, director de la Escuela de Moda de IED Madrid: ¡°A lo largo de la historia del calzado, especialmente con el nacimiento de la cultura del ocio a finales del siglo XIX, podemos encontrar zapatos de estructuras o materiales similares. Sin embargo, Converse supo encontrar en su uso de nuevos materiales, ergonom¨ªa y dise?o un espacio ¨²nico que encumbr¨® a la marca como el gran referente, incluso oficial, del deporte en Estados Unidos¡±.
La llegada de Chuck Taylor y el triunfo de las ¡®Chucks¡¯
La popularidad de Converse se dispar¨® en un contexto hist¨®rico adverso marcado por la Primera Guerra Mundial. No obstante, la compa?¨ªa supo ver las oportunidades e ide¨® una innovadora y at¨ªpica estrategia de marketing. Fich¨® al jugador de baloncesto Charles ¡®Chuck¡¯ Taylor como entrenador del equipo All Star y le convirti¨® en una especie de embajador de las zapatillas. Al final de cada partido, ¨¦l desplegaba sus dotes comerciales y convenc¨ªa a los entrenadores de otros clubs para comprar este calzado especializado. Adem¨¢s, en los albores del baloncesto, Taylor ejerc¨ªa muchas veces de entrenador de entrenadores, dando a conocer el deporte y sus reglas. En la d¨¦cada de los a?os 30, la mayor¨ªa de los jugadores de baloncesto de Estados Unidos llevaban aquellas zapatillas. En 1934 fueron rebautizadas en su honor como Chuck Taylor All Star ¨Ccoloquialmente conocidas como Chucks¨C y en esa misma fecha se incorpor¨® la hoy emblem¨¢tica firma de Chuck Taylor al parche del tobillo interior.
Existen diferentes versiones acerca de si Chuck Taylor se involucr¨® en el dise?o de estas zapatillas o si se limit¨® a trabajar como comercial. El responsable del archivo de Converse, Sam Smallidge, despej¨® las inc¨®gnitas en 2020 en una entrevista concedida a la web Mr. Porter al afirmar que ¡°no existen en nuestros archivos ninguna prueba de que el se?or Taylor introdujera modificaciones en las zapatillas (¡) Es posible que s¨ª recibiera feedback por parte de jugadores y entrenadores y que luego lo transmitiera, pero la idea de que estuviera trabajando en el taller introduciendo mejoras no se basa en la realidad¡±.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, Converse utiliz¨® sus f¨¢bricas y su experiencia en la fabricaci¨®n de calzado para producir botas para los pilotos del ej¨¦rcito americano, adem¨¢s de parkas o zapatos de caucho.
¡®Est¨¢n por todas partes¡¯
Las zapatillas se mantuvieron como superventas de la casa y conservaron su exitoso dise?o sin renunciar a peque?as actualizaciones orientadas a mejorar no solo la est¨¦tica, sino el uso del calzado a la hora de jugar al baloncesto. Incluso dieron el salto a la gran pantalla en 1960 con la pel¨ªcula Tall Story, donde Anthony Perkins interpretaba a un baloncestista que enamoraba a Jane Fonda. Con todo, las nuevas demandas y necesidades dentro de este deporte fueron relegando a las zapatillas popularizadas por Chuck Taylor a un segundo plano. A medida que abandonaron las canchas de baloncesto (debido en gran parte al boom de nuevas marcas deportivas, como Nike), fueron rescatadas por diferentes movimientos culturales. Adem¨¢s, el hecho de que estrellas como Elvis Presley fueran fotografiadas con ellas, ayud¨® a desvincularlas de la imagen de calzado exclusivamente deportivo.
La contracultura del punk rock de los 70 subvirti¨® de forma definitiva la percepci¨®n de estas zapatillas. Y fue gracias a Sid Vicious y el resto de los Sex Pistols, as¨ª como de los melenudos de los Ramones. Sol¨ªan llevar zapatillas Converse oscuras, siempre en su versi¨®n m¨¢s gastada y ennegrecidas del uso. A?os despu¨¦s, la firma sac¨® r¨¦dito de ello al lanzar en 2016 una colecci¨®n c¨¢psula inspirada en los Sex Pistols. Como el epicentro de un terremoto que ampl¨ªa sus ondas s¨ªsmicas en un radio cada vez mayor, las sneakers fueron conquistando a m¨¢s grupos sociales. En 1976, Sylvester Stallone apareci¨® con ellas en la primera parte de Rocky.
En un anuncio de la marca lanzado en los a?os 80?se subray¨® esa ubicuidad de las zapatillas. Para entonces, los modelos de bota alta conviv¨ªan con los dise?os bajos. ¡°Est¨¢n por todas partes¡± fue el eslogan de una campa?a en la que se dieron a conocer varios modelos de colores, a los que se sumar¨ªan a finales de esa d¨¦cada los primeros dise?os con estampados. El grunge de los 90, con Kurt Cobain a la cabeza, tampoco se resisti¨® a las Chuck Taylor All Star, un modelo que hab¨ªa dejado atr¨¢s su impronta deportiva para convertirse en la opci¨®n preferida entre los abanderados de lo alternativo.
En este contexto, ya se hab¨ªan erigido como un s¨ªmbolo de la cultura estadounidense y un ¨¦xito transversal igual de popular entre mujeres y hombres, sin importar la edad ni la clase social. Pero Converse no se limit¨® a Estados Unidos. A mediados de los a?os ochenta, inici¨® una r¨¢pida expansi¨®n internacional y una vez m¨¢s las Chucks replicaron el ¨¦xito fulgurante que tuvieron en su pa¨ªs de origen. ¡°A mediados de los a?os 80, Converse comienza una estrategia de internacionalizaci¨®n creando acuerdos de distribuci¨®n en diferentes pa¨ªses. Al final de la d¨¦cada ya contaba con acuerdos en 90 pa¨ªses, entre ellos Espa?a¡±, explica S¨¢nchez Garv¨ªa. En el mercado espa?ol las firmas especializadas de calzado, conocedoras de la popularidad de ese zapato de lona y goma, llevaban varios a?os ofreciendo dise?os inspirados en las emblem¨¢ticas Converse, ¡°modelos que trabajan calzados similares en estructura o materiales, aunque no podemos referirnos a ellos como precedentes si no como versiones de las zapatillas Converse¡±.
Un estilo ?inimitable?
Estas versiones de las Converse a las que se refiere S¨¢nchez Garv¨ªa, muy f¨¢ciles de identificar en marcas espa?olas y extranjeras, han sido un dolor de cabeza para la casa fundada en 1908. En 2014 la empresa interpuso una demanda a 31 marcas, entre ellas Ralph Lauren o Skechers, acusadas por la compa?¨ªa de copiar su modelo m¨¢s emblem¨¢tico, las Chuck Taylor All Star. El episodio, bautizado en la prensa como ¡°la guerra de las zapatillas¡±, se resolvi¨® seis a?os m¨¢s tarde cuando la Comisi¨®n de Comercio Internacional se?al¨® que la imagen comercial de la marca (es decir, los diferentes elementos que permiten a un cliente reconocer la zapatilla en cuesti¨®n), pod¨ªa protegerse, pero que no hab¨ªa sido infringida. Recientemente, fue Converse quien tuvo que defenderse de acusaciones de plagio. El pasado a?o, una joven dise?adora de Florida, Cecilia Monge, acus¨® en Tik Tok a la marca de comercializar dos modelos de Chucks presentados por ella a la compa?¨ªa durante un proceso de selecci¨®n para acceder a una beca de dise?o. Ante la visibilidad adquirida por aquel v¨ªdeo viral, Converse neg¨® los hechos en un comunicado.
Una est¨¦tica sencilla, un dise?o funcional y un acabado resistente. Si analizamos de manera superficial las zapatillas parece f¨¢cil identificar sus puntos fuertes, sin embargo esto no basta para explicar su estatus de best seller. Muchas otras zapatillas tienen unas caracter¨ªsticas similares y, sin embargo, no consiguen mantener su ¨¦xito en el tiempo. ?Qu¨¦ hace a las Converse tan especiales?
Luis M. Lozano es uno de los mayores coleccionista de zapatillas en Espa?a y entre su amplio archivo de m¨¢s de 2000 piezas se pueden encontrar unos 100 pares de zapatillas Converse. ¡°No solo Chucks¡±, matiza, ¡°sino tambi¨¦n muchos otros cl¨¢sicos de los a?os 70, 80 y 90 que estoy seguro que a d¨ªa de hoy podr¨ªan ser un ¨¦xito en las calles¡±. En su opini¨®n, la popularidad de estas sneakers tiene que ver con el dise?o, pero hay otros factores: ¡°Su historia es igualmente importante, adem¨¢s de la sencillez en su construcci¨®n. Podr¨ªa decirse que cada generaci¨®n las sigue viendo como esa zapatilla deportiva que no desentona en ning¨²n ¨¢mbito. Adem¨¢s, aparecen en multitud de pel¨ªculas a lo largo de la historia¡±.
Cambio de siglo
Desde el punto de vista econ¨®mico, el cambio de siglo fue la puntilla para Converse. La marca arrastraba problemas financieros desde hac¨ªa tiempo, en gran medida por su dependencia del modelo Chuck Taylor All Star. En 2001 se declar¨® en bancarrota y cerr¨® todas sus f¨¢bricas en Estados Unidos. La globalizaci¨®n extrema del nuevo milenio le llev¨® a replantear su visi¨®n y acept¨® un trato con Nike por valor de 305 millones de d¨®lares. Desde entonces, Converse es una marca perteneciente al gigante Nike, sello favorito entre los jugadores de baloncesto, para m¨¢s inri. Fue un movimiento empresarial cargado de significado, la ¨¦poca del made in USA qued¨® definitivamente cerrada.
En estas dos d¨¦cadas, la veneraci¨®n hacia las zapatillas creadas en una peque?a f¨¢brica de Massachussetts hace 105 a?os sigue vigente. Se han lanzado nuevos dise?os con la tecnolog¨ªa como reclamo, por ejemplo las Chuck II, pero ninguno ha logrado, ni de lejos, el ¨¦xito de las ic¨®nicas All Star. La fiebre por las zapatillas surgida en los ¨²ltimos a?os ha permitido mejorar los n¨²meros de Converse. Sin perder su esencia, la marca perteneciente a Nike se ha adaptado a los nuevos tiempos y ha recuperado su sitio en el Olimpo de las zapatillas, si bien ahora tambi¨¦n ofrecen accesorios y ropa. En 2015 se despachaban 270.000 pares de Chucks al d¨ªa, tal y como asegur¨® en una entrevista a The New York Times el que fuera director de marketing de Converse en aquel momento, Geoff Cottrill.
Las colaboraciones con dise?adores situados en las ant¨ªpodas de la marca desde del punto de vista del dise?o, son una estrategia recurrente y muy exitosa. Uno de los ejemplos lo encontramos en la buena acogida que tienen las zapatillas Converse reinterpretadas por la marca japonesa fundada por Rei Kawakubo, Comme des Gar?ons, con quien colaboran desde hace a?os. El objetivo de estrechar lazos con la genZ tampoco es una asignatura pendiente para la marca. Entre sus fichajes estrella est¨¢ Millie Bobby Brown, la actriz de la serie Stranger Things que interpreta a Eleven y que lleva estas zapatillas dentro y fuera de la pantalla.
Ahora que incluso las firmas de lujo han incorporado zapatillas entre sus propuestas, la competencia es voraz. Aun as¨ª, las zapatillas Converse siguen estando ¡°por todos lados¡±. Lo cierto es que re¨²nen todas las caracter¨ªsticas para definirlas como un icono. Son un fen¨®meno transversal e intergeneracional presente en el armario de la princesa Leonor o Michelle Obama, pero tambi¨¦n en el vestidor de Melania Trump o Tamara Falc¨®. De Kristen Stewart o Rihanna. Incluso Harry Potter las lleva para enfrentarse al tenebroso Voldemort en Harry Potter y el misterio del Pr¨ªncipe. Pasar¨¢ el tiempo, desaparecer¨¢n tendencias y volver¨¢n otras que cre¨ªamos olvidadas, pero las zapatillas Converse seguir¨¢n ah¨ª, formando parte de la historia.
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