10 fotos
Reciclar no te hace ecologista: 10 h¨¢bitos que cre¨ªas sostenibles y no lo son La Comisi¨®n Europea ha plantado cara al 'greenwashing' y se propone legislar sobre el falso posicionamiento ecol¨®gico que en los ¨²ltimos a?os han tomado cientos de marcas, muchas de ellas de moda. Pero, entre tanto, este discurso de la sostenibilidad ha calado en la poblaci¨®n, cristalizando en un pu?ado de aparentemente buenos h¨¢bitos que, sin embargo, no son tan buenos. Comprar vaqueros org¨¢nicos (pero desgastados). La mala fama de la prenda, considerada una de las m¨¢s contaminantes que existen, se debe a que en su fabricaci¨®n suelen gastarse entre 2.000 y 4.000 litros de agua. De ah¨ª que, de un tiempo a esta parte, las firmas hayan decidido comercializar vaqueros "sin agua" o con muy poca cantidad. De lo que apenas se habla es del proceso de deste?ido del ¨ªndigo, que, en la mayor parte de los casos, requiere una cantidad de t¨®xicos que derivan en enfermedades cr¨®nicas para quien los fabrica. Durante alg¨²n tiempo (no el suficiente) los medios alertaron de la t¨¦cnica del chorro de arena para crear el efecto envejecido, una rutina que produce silicosis a medio plazo. Pero no es la ¨²nica: un v¨ªdeo viral recorre Twitter estos d¨ªas en el que se ve a una mujer con mascarilla desti?endo y provocando rotos a? un par de tejanos repleta de tinte y fibras azules en rostro y brazos. Fajrul Islam (Getty Images) No todo lo natural es sostenible. Puede que los tejidos naturales sean biodegradables, pero eso no quiere decir que su cultivo sea beneficioso para el planeta. El ¨ªndice Higg, uno de los m¨¢s utilizados (aunque controvertidos) para medir la sostenibilidad real de ciertos productos, considera, por ejemplo, que la producci¨®n de seda es devastadora para el planeta, debido a la cantidad de agua que necesita y al "agujero" que provoca en la biodiversidad (hay que matar a los gusanos de seda y conservar el capullo para confeccionarla).
Pero la palma se la lleva el cashmere. Considerado uno de los tejidos m¨¢s nobles y lujosos que existen, su demanda ha hecho que las cabras sean maltratadas para producirlo en grandes cantidades y que el super¨¢vit de esta especie est¨¦ acabando con la biodiversidad de Mongolia y algunas zonas de China. Como en todo, cuanto m¨¢s barato es el cashmere, suele haber m¨¢s crueldad en su creaci¨®n. minianne (Getty Images/iStockphoto) No hay cosm¨¦tica sin qu¨ªmica. La moda de la belleza org¨¢nica est¨¢ m¨¢s cubierta de sombras que de luces. Como relataba este art¨ªculo reciente en S Moda, ni la etiqueta "cruelty free" sirve de mucho (lleva a?os siendo ilegal testar en animales en Estados Unidos y la Uni¨®n Europea) ni es posible realizar cosm¨¦ticos sin qu¨ªmicos. De hecho, contamina menos crear una mol¨¦cula en un laboratorio que cultivar a gran escala ingredientes que m¨¢s tarde ser¨¢n mezclados con qu¨ªmicos en ese mismo laboratorio. Carol Yepes (Getty Images) Reciclar sin control. Otra pr¨¢ctica cada vez m¨¢s habitual con m¨¢s sombras que luces. Hasta el momento, las prendas que est¨¢n confeccionadas con mezcla de materiales no pueden reciclarse, as¨ª que entregarlos en un contenedor para ello es, directamente, perder el tiempo. Por otro lado, un editorial reciente en Business of fashion se preguntaba con bastante acierto si "esa pr¨¢ctica de ciertas marcas de entregar la ropa usada para reciclar no ser¨¢ una forma de seguir fomentando el consumo", refiri¨¦ndose a los descuentos que dichas marcas realizan en prendas nuevas al entregar las usadas. Seg¨²n la OCU, solo un 0,1% de la ropa entregada para ser reciclada se recicla; cuando se habla de "upcycling", es decir, de prendas realizadas a partir de otras, se habla en realidad de excedentes de tejidos, no de prendas transformadas. Lo mejor, en este caso, es donar, no reciclar. Mike Egerton - PA Images (PA Images via Getty Images) Verdades a medias en las etiquetas. Los efectos del greenwashing,?es decir, del lavado de cara sostenible de las grandes corporaciones, han hecho que, casi sin darnos cuenta, el discurso sobre la sostenibilidad vaya encaminado solo a las materias primas. Pero ni, como hemos visto, todo lo org¨¢nico es ecol¨®gico, ni todo lo reciclado es totalmente reciclado (la mayor¨ªa solo tienen de reciclado algunos elementos m¨ªnimos) ni, por supuesto, todo lo ambientalmente limpio es laboralmente justo. Nos han acostumbrado a leer la etiqueta mirando solo el material y no la procedencia: prendas "org¨¢nicas" producidas en Banglad¨¦s o Camboya, tejidos "ecol¨®gicos" producidos en masa en China... Incluso aunque en estas zonas (que no suele ser el caso) las condiciones laborales fueran las adecuadas, ?cu¨¢nto cuesta en t¨¦rminos de poluci¨®n transportarlas y distribuirlas? Lo mismo que comprar alimentos de agricultura sostenible procedentes de otros continentes, m¨¢s o menos. Witthaya Prasongsin (Getty Images) Una bolsa de pl¨¢stico no es un drama. Varios estudios realizados por la Comisi¨®n Europea concluyen que hacer una bolsa de pl¨¢stico contamina tres veces menos que hacer una de papel. Esta ¨²ltima deber¨ªa ser usada tres veces para igualar el impacto de la primera. De hecho, la diferencia es que el pl¨¢stico no es biodegradable, y el papel s¨ª, pero en esta ¨²ltima d¨¦cada, tras todo lo que hemos aprendido demonizando el pl¨¢stico, a muy poca gente se le ocurrir¨ªa no dar varios usos a una bolsa de este material (aunque sea como bolsa de basura) y s¨ª tiramos a cada rato vasos y bolsas de papel. No hay soluci¨®n limpia en este caso, pero s¨ª deber¨ªa haber un equilibrio entre el rechazo al pl¨¢stico y el abrazo al papel. Fairfax Media (Fairfax Media via Getty Images) La bolsa de tela no te hace ecologista.?¡°?Vosotros sab¨¦is lo que significa fabricar todo este textil, transportarlo (¡)? Todo este algod¨®n que no sabemos d¨®nde est¨¢ producido, no sabemos d¨®nde est¨¢ ensamblado, no sabemos d¨®nde est¨¢ te?ido, ?vosotros cre¨¦is que es m¨¢s ecol¨®gico que el pl¨¢stico?¡±, explicaba el pasado oto?o en un v¨ªdeo el artista Rodrigo Cuevas respondiendo a la pregunta de por qu¨¦ no iba a incluir m¨¢s tote bags?en su merchandising. Lo cierto es que la gran alternativa sostenible al pl¨¢stico o al cuero no lo es tanto, teniendo en cuenta que en cada esquina regalan una, que las acumulamos en los armarios y que nadie se pregunta c¨®mo est¨¢n hechas, aunque l¨®gicamente producir una bolsa de algod¨®n quema m¨¢s recursos que producir una de pl¨¢stico. Para amortizar el impacto de su confecci¨®n, deber¨ªamos usar la misma bolsa de tela 7.000 veces. Hagan cuentas. Artit_Wongpradu (Getty Images/iStockphoto) ?Hay que rechazar lo sint¨¦tico? No hay a¨²n respuesta para esa pregunta, pero lo cierto es que las fibras sint¨¦ticas como el n¨¢ilon y el poli¨¦ster, aunque no son biodegradables, son las m¨¢s f¨¢ciles de reciclar, dando una segunda vida (esta vez s¨ª) a los sobrantes y los desechos. En el caso de la llamada piel vegana, el tema es m¨¢s peliagudo, porque la mayor¨ªa est¨¢ hecha a base de acr¨ªlicos, altamente contaminantes (casi tanto como la muy t¨®xica curtici¨®n del cuero de forma masiva). La soluci¨®n pasa por no utilizar piel, ni natural ni sint¨¦tica y, de hacerlo, tener en cuenta que el origen de la segunda sea vegetal. Rattankun Thongbun (Getty Images/iStockphoto) Sellos poco oficiales. Si algo le gusta a la moda supuestamente sostenible son los certificados, de calidad, de uso de materiales org¨¢nicos, de ausencia de pesticidas...pero pocos de estos certificados son oficiales, muchos de ellos est¨¢n autocertificados por las propias marcas de origen o por asociaciones a las que les conviene darse visibilidad. Solo los gestionados por organismos gubernamentales, como el certificado Cradle 2 Cradle (que certifica que una prenda es completamente reciclada y reciclable) son fiables, pero a¨²n exite una vac¨ªo legal con respecto a este tema. olm26250 (Getty Images/iStockphoto) La inc¨®gnita de la botella de agua. Parece que las botellas de pl¨¢stico usadas son el elemento favorito de la moda. No hay marca que no diga que ha utilizado tal o cual n¨²mero para convertirlas en tejido. Pero, teniendo en cuenta el uso que se da a una botella y a una prenda, ?no ser¨ªa m¨¢s ¨²til convertir estas botellas usadas en botellas nuevas? Galina Shafran (Getty Images/iStockphoto)