Sarah Burton, la mujer que recogi¨® el testigo de Alexander McQueen, explica c¨®mo funciona la firma por dentro
Con una visi¨®n del dise?o mucho m¨¢s realista que la de su mentor, Sarah Burton prefiere mantener vivo el legado de Alexander McQueen con hechos y sin homenajes, apoyando a las nuevas generaciones y alej¨¢ndose de discursos grandilocuentes.
Hace exactamente 25 a?os, una jovenc¨ªsima Sarah Burton conoc¨ªa a Alexander McQueen. ?l acababa de debutar en Givenchy y ya era una especie de mito en los c¨ªrculos de la moda. Ella estudiaba estampaci¨®n textil en Saint Martins, y fue su tutor, Simon Ungless, el que los puso en contacto. Tras el fallecimiento del dise?ador, en 2010, Burton se convirti¨® en su sucesora. A fin de cuentas, era la que mejor conoc¨ªa las obsesiones y las din¨¢micas creativas de su mentor. Y, quiz¨¢ por eso, precisamente, no quiso replicarlas. ¡°Aunque haya trabajado a su lado casi 15 a?os, y por mucho que tenga una conexi¨®n simbi¨®tica con su visi¨®n, la fortaleza de Burton, lo que marca la diferencia, es su g¨¦nero¡±, escrib¨ªa el editor de moda Tim Blanks al hilo de su primera colecci¨®n como directora creativa, ese mismo a?o. Por aquel entonces, apenas exist¨ªan mujeres al mando de firmas creadas por terceros (Miuccia y Donatella llegaron all¨ª por cuestiones familiares) y el trabajo de Burton, al frente de una marca fuertemente ligada al excepcional imaginario de su fundador, evidenci¨® lo que pasar¨ªa a?os despu¨¦s, cuando las directoras creativas empezaron a entrar en la ecuaci¨®n: ellas dise?an pensando en ellas, en la realidad, en prendas visualmente imponentes pero asombrosamente pr¨¢cticas. Dana Thomas, autora de Dioses y reyes, la biograf¨ªa de McQueen y Galliano, explica que ¡°llevar una prenda del primero era sensaci¨®n incre¨ªble en lo virtual, pero impracticable en lo funcional. Hab¨ªa que tener una fuerza especial para lucirlas. Con Alexander llegaron los pantalones de tiro muy bajo, las hombreras puntiagudas y las cinturas demasiado ce?idas. Con Sarah, los bolsillos, las cremalleras y las botas militares¡±.
¡°No hay una mujer arquetipo, hay muchas mujeres, incluso en la misma mujer. Lo vemos cada d¨ªa en la calle. Por suerte, ya no existen las convenciones sobre qu¨¦ ponerse. En una misma semana podemos expresarnos de forma distinta con prendas muy diferentes?, explica Burton a esta revista tras su desfile para esta primavera, el primero celebrado en Londres tras dos d¨¦cadas presentando en Par¨ªs. En esta ocasi¨®n, y por motivos obvios, Burton no ha podido llevar a su equipo a esas excursiones por la comunidades rurales del Reino Unido, donde descubre a esas hero¨ªnas en la sombra (ornit¨®logas, bi¨®logas, agricultoras) en las que basa sus colecciones. La pandemia ha hecho que su ¡°comunidad¡±, como ella misma se refiere a sus compa?eros, haya tenido que mirar al cielo desde su estudio acristalado en el edificio del barrio de Clerkenwell, y sobre ese gesto, tan aparentemente banal, ha moldeado su colecci¨®n, ¡°porque el cielo de Londres, que pasa del sol a la tormenta en cuesti¨®n de horas, nos pareci¨® el s¨ªmbolo perfecto para expresar la incertidumbre del presente¡±, explica. En su propuesta las prendas pasan del estampado nuboso a las sedas azuladas, los trajes grises o los vestidos negros, de materiales et¨¦reos, que evocan la lluvia a base de peque?os cristales.
Las idas y venidas de las restricciones en Reino Unido no han permitido a Burton explorar esos relatos rurales protagonizados por mujeres, pero s¨ª seguir afianzado esa idea de comunidad que mueve su trabajo. Pocos lo saben, porque la dise?adora prefiere mantener un perfil bajo y que su trabajo hable por ella, pero desde su llegada a la direcci¨®n creativa de la marca, hace m¨¢s de una d¨¦cada, Burton se ha dedicado en cuerpo y alma a mantener vivo el legado de su mentor, a la vez que, con ello, ayudaba a las nuevas generaciones de creativos. Si en 2010, poco antes de su muerte, Lee McQueen cre¨® la fundaci¨®n Sarabande para ayudar a j¨®venes dise?adores que, como ¨¦l, crecen con pocos recursos, ha sido Burton la encargada de impulsarla, aunque su labor no suela aparecer en los medios. Desde 2019, la ¨²ltima planta de la tienda de la firma en New Bond Street ofrece talleres de bordado o estampaci¨®n a estudiantes, a menudo impartidos por ella misma. Tambi¨¦n ofrece el tejido y los materiales sobrantes de cada colecci¨®n a dise?adores de varias escuelas (¡°porque yo he estado ah¨ª y s¨¦ lo que cuesta hacerse con una buena materia prima¡±, dice) o trabaja asesorando a distintos grupos de creadores con pocos medios, como el A Teams Arts Education, un centro p¨²blico para artistas emergentes en Tower Hamlets (Londres) o m¨¢s recientemente, junto a Cl¨¦mentine Schneidermann y Charlotte James, las artistas detr¨¢s de Ffasiwn Stiwdio, una asociaci¨®n que fomenta la ense?anza art¨ªstica entre las j¨®venes del sur de Gales. Burton cre¨® y bocet¨® los visuales de su colecci¨®n de oto?o 2021 con varias adolescentes de la zona, que terminaron protagonizando la campa?a. ¡°Cuando facilitas el acceso igualitario al campo creativo puedes transformar vidas¡±, cuenta Burton, ¡°y esa es la misi¨®n principal de lo que hacemos en Alexander McQueen¡±. No hay mejor forma de mantener vivo el legado de uno de los genios del siglo XX que desmitific¨¢ndolo.
*Estilista: Juan Cebri¨¢n.?Modelo: Paula Anguera (Viva Barcelona). Maquillaje y peluquer¨ªa: Yurema Villa (Ana Prado) para Guerlain y M?n ICON Team. Asistente de fotograf¨ªa: Pedro Urech Bedoya. Asistente de estilismo: Rub¨¦n Cort¨¦s.
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