Sharleen Spiteri: ?Mi estilo no es premeditado. Visto como un chico porque me gusta?
Se cumplen 25 a?os del primer directo de Texas. Y ocho de su ¨²ltimo disco de estudio. La banda escocesa rompe su silencio con The Conversation, un ¨¢lbum sobre la madurez.
No da su brazo a torcer: es tozuda, deslenguada y muy masculina. Sharleen Spiteri, la cantante de Texas, no quiere posar. ?No me molesta que me retraten, pero s¨ª transformarme, no ser yo. Tengo 45 a?os y he hecho una tonelada de sesiones. En cuanto me dicen que me toque el pelo o ponga morritos, me desespero. Doy lo que quiero que capten, no lo que me piden?, sentencia en el lobby de un hotel en plena Gran V¨ªa (Madrid). Spiteri sigue dando guerra y su integridad es una de las razones de la supervivencia de la banda que lidera. Se acaban de cumplir 25 a?os de la primera actuaci¨®n del grupo escoc¨¦s. Y un mes del lanzamiento de The Conversation (PIAS), su octavo ¨¢lbum y el primero en ocho a?os.
Su estilo sigue intacto: pelo corto, cara infantil, polo azul marino y pantalones anchos. Pero su vida ha cambiado. ?El ¨¢lbum trata sobre la edad adulta. Se basa en conversaciones con amigos. Esos momentos en los que alguien te llama y te dice ¡°necesito hablar¡±, y viene a tu casa con una botella de vino y charl¨¢is sobre el matrimonio, los hijos (a los que quieres), la pareja (a la que aborreces)¡ De joven, jam¨¢s imaginas que acabar¨¢s conversando sobre estas cosas, que terminar¨¢s atrapada en una vida mon¨®tona, donde no puedes elegir, porque tus decisiones afectan a toda tu familia?.
Llevan casi tres d¨¦cadas juntos, ?cu¨¢l ha sido su mayor logro como Texas?
Seguir aqu¨ª. Nosotros no tomamos decisiones a la ligera, pensando en el dinero o en las tendencias. Sabemos qui¨¦nes somos y c¨®mo somos. Y somos coherentes.
En el videoclip de The Conversation, su nuevo sencillo, corre sin parar. Tengo entendido que se cay¨® durante el rodaje.
Fue un buen batacazo. ?Cre¨ª haberme roto todos los dientes! En ese instante, pens¨¦: ?Soy mayor?. Soy la persona menos atl¨¦tica del planeta. Durante la grabaci¨®n no paraba de preguntarme: ??Por qu¨¦ se nos ocurri¨® esta idea? Me voy a morir?. La ca¨ªda fue muy aparatosa, me llevaron al hospital y el dolor de cabeza me dur¨® una semana.
Uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles para Texas ocurri¨® en el a?o 2009, cuando Ally McErlain [guitarrista] sufri¨® un ictus. Estuvo varios meses en coma; debi¨® de ser muy duro.
He crecido con Ally y lo quiero mucho. Pero yo le ve¨ªa una vez cada dos semanas. Shelley, su mujer, viv¨ªa con ¨¦l. No soporto a la gente que dramatiza y se cree el centro del mundo. Si Shelley era fuerte, mi obligaci¨®n era serlo tambi¨¦n. Cada ma?ana nos contaba c¨®mo evolucionaba y hubo un momento en el que los m¨¦dicos nos dijeron que terminar¨ªa en una silla de ruedas o como un vegetal. Entonces, un mont¨®n de pensamientos horribles empezaron a pasar por mi cabeza: ?no ser¨ªa mejor que muriera?, Ally no querr¨ªa estar as¨ª¡ Afortunadamente, despert¨® seis meses despu¨¦s.
Cuando empez¨®, sol¨ªa quejarse de la industria musical; en su opini¨®n, sobraban los hombres. ?Han mejorado las cosas?
No, han empeorado. Las mujeres venden millones de discos pero no ocupan puestos de responsabilidad. Este es un sector muy sexista. Y hoy la mayor¨ªa de las cantantes se ven forzadas a desnudarse, porque el p¨²blico se ha acostumbrado a verlas as¨ª y eso es lo que exige. Es una pena, ense?ar quita misticismo.
Su estilo y actitud son andr¨®ginos. ?Es una manera de abrirse camino en un mundo machista?
No es premeditado. Visto como un chico porque me gusta. Est¨¦ticamente, me inspiran m¨¢s los hombres que las mujeres. Adoro a Marlon Brando, James Dean, Joe Strummer¡ Tambi¨¦n me ha marcado la ambig¨¹edad de Katharine Hepburn, Marlene Dietrich y Catherine Deneuve. Y me encanta Jane Birkin, adoro la combinaci¨®n de vaqueros rotos y camiseta que se puso de moda en los a?os 60.
En Espa?a tiene muchas fans lesbianas.
Y en Europa, jam¨¢s se pierden un concierto. Desgraciadamente me cuesta mantenerme en contacto con ellas. No termino de entender la filosof¨ªa de las redes sociales. Si realmente te lo est¨¢s pasando tan bien, ?por qu¨¦ paras y subes una fotograf¨ªa? No me cuadra¡ El instante se esfuma si lo haces. Adem¨¢s, mi vida no es interesante. En mi opini¨®n, Instagram y Facebook son plataformas muy egoc¨¦ntricas.
?Vendr¨¢n a tocar a Espa?a?
La situaci¨®n econ¨®mica es complicada. Hace tiempo que no viajaba a Madrid y se nota la diferencia. Segu¨ªs siendo felices, porque sois un pueblo optimista, pero algo es distinto. Eso s¨ª, el p¨²blico es maravilloso: vosotros disfrut¨¢is y olvid¨¢is los problemas cuando escuch¨¢is m¨²sica, es vuestra v¨¢lvula de escape. En otros sitios de Europa no sucede as¨ª. Aunque algo est¨¢ cambiando: la crisis nos est¨¢ ense?ando a disfrutar de los peque?os placeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.