La legendaria noche en la que los vestidos de las Spice Girls lo revolucionaron todo
M¨¢s all¨¢ de la m¨²sica, las ¡®chicas picantes¡¯ destacaron por sus originales atuendos, m¨¢s cercanos al disfraz del papel que cada una representaba que a su estilo en privado.
En enero de 1996 el astr¨®nomo japon¨¦s Yuji Hyakutake descubri¨® el cometa C/1996 B2 y en mayo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar gan¨® sus primeras elecciones nacionales. Dos an¨¦cdotas intrascendentes en la historia del a?o si tenemos en cuenta que en verano las Spice Girls lanzaron Wannabe, su primera canci¨®n. Escrita en 20 minutos y grabada la misma tarde de su creaci¨®n es el sencillo m¨¢s vendido de la historia de un grupo femenino. El himno transgeneracional anima a anteponer los amigos a los romances.
Coser y cantar todo es empezar. En 25 a?os Emma, Geri, Melanie B, Melanie C y Victoria han vendido m¨¢s de 100 millones de discos, protagonizado la pel¨ªcula SpiceWorld The Movie, se han separado, disuadido y reunido, han actuado en la clausura de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres de 2012, inspirado el musical Viva Forever y pellizcado el culo al pr¨ªncipe Carlos de Reino Unido. Ah¨ª es nada. Y no fue fruto de la casualidad sino del esfuerzo. Llevaban? trabajando en el grupo desde 1994; a excepci¨®n de Emma, que sustituy¨® a Michelle Stephenson un a?o despu¨¦s. Las Chicas Picantes, como las llamaban algunos medios en Espa?a, rompieron r¨¦cords y ganaron algunos premios. Entre ellos los Brit Music Awards a mejor single, por Wannabe, y a mejor videoclip, por Say You¡¯ll Be There. Tenemos que hablar de las Spice Girls vestidas para una noche en Las Vegas en los Brit Music Awards de 1997.
Dentro de la banda brit¨¢nica, una de las escasas en las que no existi¨® un ¨²nico l¨ªder que lleva la voz cantante, cada una defini¨® su propio rol. La configuraci¨®n de cinco est¨¦ticas muy concretas ayud¨® a demarcar cada personaje. Las Spice Girls siempre parec¨ªan ir disfrazadas, lo que no les restaba un ¨¢pice de credibilidad. Por ejemplo, en el Festival de Cine de Cannes se presentaron a bordo de una embarcaci¨®n, cada una con un atuendo a su gusto, pero todas con pa?uelos en la cabeza como si estuviesen llegando en el descapotable de Thelma y Louise.
La noche del 24 de febrero, en la que se celebr¨® la entrega de premios brit¨¢nicos, pisaron la alfombra roja del londinense Centro de Exhibiciones Earls Court vestidas para ir al casino. A primera vista puede parecer una elecci¨®n caprichosa, pero ten¨ªa todo el sentido. Acudieron a la ceremonia a jugarse toda su credibilidad como estrellas de la canci¨®n con dos ¨²nicas fichas en las apuestas que decid¨ªan la mejor canci¨®n del a?o anterior y la que determinaba el mejor v¨ªdeo musical. Ten¨ªan el favor de las masas, pero no el respeto de la cr¨ªtica ni el apoyo de sus compa?eros. Liam Gallagher, vocal entonces de Oasis, se neg¨® a ir a la gala alegando que ?si me encuentro con las Spice Girls les dar¨ªa un bofet¨®n?.
Con su primer videoclip, en el que Geri lleva un vestido de vedette de 20 libras que hab¨ªa comprado en Notting Hill y Mel C un pantal¨®n de ch¨¢ndal, sentaron las bases de su pol¨ªtica: hacer las cosas a su manera sin dar explicaciones y con el fin de divertirse. Esta filosof¨ªa de vida la resumieron en su grito de guerra: Girl Power. Al establishment musical se le cayeron los palos del sombrajo.
Emma Bunton, la benjamina del grupo, era Baby Spice. Una especie de Este chico es un demonio de rostro angelical con sonrisa traviesa. Vest¨ªa prendas cortas en color blanco o rosa algod¨®n de az¨²car y zapatones de plataforma. Esta Lolita noventera (hoy ser¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil defender este estereotipo) se deshizo de sus coletas para asistir al recinto para eventos con un mo?o y una tiara de bisuter¨ªa como las que utilizan los ni?os para emular ser una princesa. Su vestido, con escote palabra de honor en encaje blanco, parec¨ªa haberlo rescatado de su baile de graduaci¨®n.
Mel C fue Sporty Spice. Pasaba en patada voladora (que lanzaba al aire en cada actuaci¨®n) de los asfixiantes roles de g¨¦nero y en la mayor¨ªa de los bolos presum¨ªa de cara lavada y ch¨¢ndal. Hoy hubiese sido una m¨¢s; entonces era diferente. La cuadriculada sociedad de entonces cuchicheaba sobre su orientaci¨®n sexual al tiempo que serv¨ªa de inspiraci¨®n a millones de ni?as en todo el mundo que empezaron a cuestionarse la necesidad de presentarse en p¨²blico ense?ando las piernas. A los Brit llev¨® un vestido largo recto con tirantes espagueti marr¨®n y negro y el pelo suelto. Algo realmente inusual en ella. Encarnaba con esta pieza bicolor multifunci¨®n ¨Cque lo mismo serv¨ªa para ir a una boda que a una sala de fiestas- el esp¨ªritu de la moda de la d¨¦cada: el famoso minimalismo de los 90. Aquella noche antes de abandonar el escenario le grit¨® al impertinente Liam: ?ven e int¨¦ntalo si te crees tan duro!
Geri Halliwell era la descarada de la cuadrilla. Se la conoci¨® como la Ginger Spice y se la reconoc¨ªa por su minivestido confeccionado con la bandera de Gran Breta?a, adem¨¢s de por su melena de fuego. Aquella noche la cantante que fue la primera en abandonar la formaci¨®n para emprender su camino en solitario llevaba un vestido de escote coraz¨®n y raja en la falda que dejaba ver unos botines con plataforma. Con sus lentejuelas rojas y su gargantilla de colgantes parec¨ªa Jessica Rabbit, el mayor icono sexual de animaci¨®n.
Mel B o Scary Spice interpret¨® el papel de alocada que se reivindica como es en cada gesto. Moleste a quien moleste, caiga quien caiga y est¨¦ donde est¨¦. Toda una personalidad. Era salvaje, como su pelo afro,? y por eso sus atuendos se confeccionaban sobre la base de un estampado animal. Para recoger su par de premios se visti¨® con una prenda cuyo amplio escote rozaba su ombligo, lo que le obligaba a llevar un sujetador para no ofender las morales m¨¢s sensibles. Estaba hecho en una tela de estampado de serpiente desdibujado en amarillo, azul y rojo. La base de su inspiraci¨®n podr¨ªa ser la serpiente rey. En el cuello llevaba un collar africano. Era quien era y ven¨ªa de donde ven¨ªa.
Victoria Beckham fue la Posh Spice. La chica pija picante. Hoy, reconvertida en dise?adora de ¨¦xito, parece haberse reconciliado con su pasado como cantante. Era y es un icono de moda. Hablaba poco y posaba mucho. Vest¨ªa casi siempre con minivestidos palabra de honor y cruzaba la pasarela con alt¨ªsimos tacones de aguja. Su ropa no era elegante pero ella parec¨ªa elegante. A la gala acudi¨® con un vestido semitransparente con un estampado que dibujaba una especie de cors¨¦ que no imped¨ªa que se le transparentase la ropa interior. Victoria no iba disfrazada de nada. Es exactamente el mismo vestido que hubiese elegido la Victoria de entonces si hubiese sido cantante soprano o actriz de teatro cl¨¢sico. Siempre le ha gustado ir a la moda y no es un placer culpable ni nada de lo que avergonzarse.
Hoy las Spice Girls no escandalizar¨ªan a casi nadie precisamente porque existieron las Spice Girls antes. Estas cinco chicas se hicieron con el foco musical derribando todos los estereotipos impuestos a las mujeres hasta entonces y construyendo su propio camino en base a la libertad de elecci¨®n. Su feminismo no era acad¨¦mico, pero era real. Adem¨¢s no eran rivales entre ellas; las cinco firman como autoras el total de sus canciones. Miraban a los ojos y superaban en ventas a los hombres que part¨ªan el bacalao en la industria discogr¨¢fica. El eslogan Girl Power (poder femenino) acab¨® estampado en el m¨¢s variado n¨²mero de baratijas, pero lleg¨® a la gente. A mucha gente. Sus im¨¢genes la noche de los Brit Awards del 97 tambi¨¦n. Vestirse es un acto pol¨ªtico, disfrazarse es un activismo pol¨ªtico.
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