Vestir de rojo en se?al de apoyo a Navalni y otras prendas que prendieron la llama de la revoluci��n

Rojo bolchevique: la antimoda del pueblo. El encarcelamiento del opositor ruso Alex��i Navalni ha desatado una serie de protestas en el pa��s, firmemente aplacadas por el Kremlin. El descontento ha saltado a las redes sociales: ��Sab��amos qu�� iba a suceder, pero en el fondo manten��amos la esperanza. As�� que cuando sucedi�� [la detenci��n], yo pas�� de la desesperaci��n a la ira, y a la ma?ana siguiente supe que ten��a que hacer algo��, explicaba Katya Fedorova a The New York Times. La periodista inici�� entonces un movimiento en su cuenta de Instagram invitando a vestir rojo en se?al de censura. ��No todo el mundo saldr�� a las calles, porque da miedo��, ha dicho. ��Pero era necesario hacer algo para apoyar a Yulia [la esposa de Navalni] y a todos los que est��n en la c��rcel. As�� que pens�� que la moda siempre ha sido un s��mbolo pol��tico��. El rojo tiene amplia tradici��n en el pa��s. Hace un siglo el imaginario de la carteler��a y marketing sovi��tico proyect�� una simbolog��a en la que la lucha deb��a aparcar el artificio de la moda y adoptar los c��digos de vestimenta de los menos privilegiados. Mujeres con aspecto campesino y marcadas por la sencillez de atuendos puramente funcionales u hombres con pantal��n y camisa sin complicaciones. La lucha obrera no estaba para entender de modas a las que no ten��a acceso.

Chalecos Amarillos?(2018).?La revuelta empez�� a organizarse de forma transversal, tambi��n a trav��s de la redes sociales, cuando se anunci�� una subida de las tasas de los carburantes por parte del gobierno franc��s. Lo que empez�� como una protesta en rotondas y carreteras de todo el pa��s por una medida concreta que afectaba especialmente a los ciudadanos de las zonas alejadas de la urbe, esa "Francia perif��rica?que concentra a los trabajadores pero no el trabajo" como?recordaba M��riam Mart��nez-Bascu?��n,?mut�� hacia una revoluci��n que tambi��n se vivi�� en Par��s y que capitaliz�� el hartazgo contra la precariedad y el empobrecimiento paulatino de las clases medias.Richard Bord (Getty Images)

Rational Dress Society (del feminismo a la revoluci��n capitalista).?Lo que empez�� en 1870 como una guerra al vestido victoriano en la primera ola feminista de las mujeres de clase media estadounidenses �Cmujeres que se preguntaron ?y por qu�� no puedo vestir igual de c��moda que mi marido y tengo que sufrir con estos cors��s del demonio?�C se ha revitalizado en la actualidad con una nueva vida. La nueva?Rational Dress Society?est�� en EEUU y se aglutina como movimiento art��stico y perform��tico en el que el mono de trabajo se establece como s��mbolo contrario a la vor��gine capitalista bajo el lema "?Y si nunca tuvieras que eligir otro?outfit?".

Los latinos y el Zoot Suit.?En 1942, la mayor��a de latinos de clase baja que viv��an en grandes urbes de EEUU adoptaron este traje de pantal��n de tiro alto con chaquetas?oversize?hastala rodilla. La indumentaria no gustaba a los marines y soldados de la Segunda Guerra Mundial, que escudaban su racismo alegando que los looks de los?mexicanos, con ese corte exagerado, era antipatri��tico. La polic��a se puso de parte de los militares en un episodio de disturbios en 1943. 200 militares se pusieron de acuerdo para ir a por los mexicanos que tuviesen el traje puesto por el centro de Los ?ngeles: de los 509 detenidos durante los peleas del episodio de violencia �Cen el que tambi��n murieron afroamericanos�C, 500 eran mexicanos, una comunidad que decidi�� adoptar el traje como protesta, tambi��n, por el olvido y abandono de la Administraci��n de su pa��s.Bettmann (Bettmann Archive)

Hoodies, la resistencia ser�� criminalizada.?La clandestinidad que propicia la funcional y pr��ctica chaqueta de capucha ha favorecido que sea retratada una y otra vez como instrumento de episodios de violencia o insurrecci��n: los disturbios de las?banlieues?parisinas, los saqueos de Londres en 2011 o las manifestaciones anti G-20 de los ��ltimos a?os. Prohibida en algunos? centros comerciales de Australia e Inglaterra, la criminalizaci��n social de la prenda se escenfic�� cuando el adolescente?Trayvon Martin, desarmado y con un paquete de golosinas en la mano,??fue tiroteado?y asesinado en febrero de 2012 por un vigilante de barrio en Florida (EEUU). Martin llevaba puesta la capucha. El vigilante, Georges Zimmerman, consider�� que su actitud era sospechosa por llevarla puesta.?El hombre se acogi�� a la ley Stand your ground (Defiende tu territorio) �Cque permite el ��uso justificable de la fuerza��?en defensa propia�C para evitar, en un principio, pisar la c��rcel. La decisi��n judicial provoc�� que familias enteras, j��venes,?pol��ticos?y celebrities se encapuchasen en parques y edificios p��blicos. Decenas de ciudades organizaron las million hoodie marches en las que manifestantes?vest��an su hoodie?para protestar contra lo que consideraban un crimen racista. David Simon, creador de?The Wire, se hac��a eco de la tragedia en su?blog?y cantantes, actores y deportistas mostraron su rechazo al crimen colgando fotos en internet donde aparec��an con la?capucha puesta. ��S��lo porque alguien lleve una capucha, no se le puede convertir en un mat��n��, clam�� un congresista dem��crata en el Capitolio.

Bloomers, los pantalones feministas.?Amelia Bloomer (1818-1894) adem��s de crear el primer peri��dico para mujeres estadounidense (The Lily, al que ahora rinde homenaje con el mismo nombre el?vertical femenino?de?The Washington Post), revolucion�� los estamentos del buen vestir estadounidense. En las p��ginas de su publicaci��n lo mismo se hablaba de la necesidad del sufragio femenino que de la eduaci��n de las mujeres o su vestimenta: "la ropa de las mujeres deber��a adaptarse a sus necesidades. Una mezcla de salud, confort y funcionalidad. Y, aunque no deber��a fallar en conseguir su lucimiento, deber��a convertir ese fin en algo secundario", escribi��. Cuando anim�� a lucir los bombachos en sociedad desde su revista, una especie de enaguas abultadas bajo una t��nica de inspiraci��n turca, la sociedad qued�� convulsionada y su opci��n fue recibida con insultos por las publicaciones masculinas. Al final acabar��an poni��ndose de moda entre actrices y arist��cratas. Coco Chanel allanar��a el resto del camino.Transcendental Graphics (Getty Images)

GWV: las mujeres de blanco, lila y verde.?Las sufragistas, mujeres de clase media que lucharon por el voto femenino, sol��an vestirse de forma coordinada en sus protestas y apariciones p��blicas. El?Give Women Votes?tambi��n era el acr��nimo de los tres colores que deb��an vestir para ser reconocidas. El verde para la esperanza, el blanco para la pureza y el violeta �Ccolor que todav��a perdura en el movimiento�C para simbolizar las ansias de libertad y dignidad. Especial menci��n merece la joyer��a sufragista, piezas exclusivas que combinaban los tres colores para que las damas �Cque pudiesen lucirlas�C se reconocieran? y distinguieran entre ellas.OLI SCARFF (AFP/Getty Images)

Sans-Culottes?(1789).?Fueron los ricos los que ?etiquetaron de forma peyorativa al pueblo (masculino) con ese nombre y los que vieron como la izquierda popular se aglutin�� en torno a ese t��rmino. Los?sin calzones?fueron los primeros en politizar la indumentaria. He aqu�� los inicios de la vestimenta como ideolog��a pol��tica: los?que no ten��an dinero para pagarse medias eran esos marineros, artesanos y pobres en general, unidos por la funcionalidad de una prenda que serv��a como indicador en la calle de su origen social: el pantal��n ancho, holgado y de una sola pieza era repudiado por los privilegiados, los que se pon��an finas medias debajo de sus calzones. Una revoluci��n que convirti�� al pantal��n en s��mbolo de la sociedad occidental, pero que tambi��n se posicionaba: costar��an unos cuantos a?os m��s �Cy sus consecuentes protestas feministas�C para que las mujeres dejaran de ser catalogadas como ciudadanas de segunda y se les levantase la prohibici��n de usar los s��mbolos indumentarios?de la liberaci��n �Cpantalones y escarapela tricolor�C para relegarlas a las obligaciones del hogar y los cuidados.Louis Leopold Boilly (Getty Images/Art Images)

Balaclava Riot.?El pasamonta?as ne��n adopt�� una nueva sem��ntica de protesta feminista en verano de 2012 cuando las Pussy Riot, activistas y artistas rusas (en cuyas performances usaban la prenda para pasar desapercibidas) fueron llevadas a juicio y encarceladas tras una actuaci��n en una iglesia ortodoxa.WOJTEK RADWANSKI (AFP/Getty Images)