Pedro Garc¨ªa, de Alicante al mundo
Naci¨® en 1925 con una f¨¢brica en Elda. Hoy, en manos de la tercera generaci¨®n, es un referente internacional que pisa fuerte entre los grandes del calzado.
Es el tercer Pedro. El primero fue su abuelo. En 1925 ¨Ca la par que F. Scott Fitzgerald publicaba El gran Gatsby, Coco Chanel presentaba su m¨ªtico traje de chaqueta y el largo de las faldas se acortaba hasta llegar, por primera vez, a los 45 cent¨ªmetros¨C, abri¨® una f¨¢brica de zapatos en Elda. La misma que dos d¨¦cadas m¨¢s tarde hered¨® su padre. ?l, el segundo Pedro, fue el ?valiente? ¨Cas¨ª lo describe su hijo¨C porque se atrevi¨® a so?ar a lo grande. Ampli¨® la compa?¨ªa, se especializ¨® en calzado femenino y, vali¨¦ndose del saber hacer artesanal que a¨²n distingue la regi¨®n valenciana, puso la firma en el mapa de la moda internacional. Revistas como Vogue y Harper¡¯s Bazaar se hac¨ªan eco de sus dise?os, que ocupaban los escaparates de boutiques como Russell & Bromley en Londres o Bergdorf Goodman y Henri Bendel en Nueva York.
?Un zapato puede ser plano y maravilloso. En nuestras colecciones tienen mucho protagonismo?, afirma Dale. Las sandalias con cristales de la firma son un superventas. Para verano, apuestan por las de tiras cruzadas.
Germ¨¢n S¨¢iz
Hoy es Pedro hijo quien lleva las riendas ¨Cjunto a su hermana Mila, que se encarga de la parte empresarial, y su esposa Dale, a la que conoci¨® cuando estudiaba dise?o en Nueva York y con quien forma equipo creativo¨C de un negocio que, en un mundo de conglomerados, ha sabido crecer (y triunfar) sin salir de la familia. ?No puedo decir que tuviera vocaci¨®n de zapatero desde peque?o. Mi padre nunca nos impuso nada. Pero supo ponernos la miel en los labios?, nos cuenta Pedro, que en 1992, con 24 a?os, empez¨® a dirigir el equipo de dise?o. Su tono es sereno, y hace entrever que, aunque es consciente de la responsabilidad que supone continuar un proyecto que empez¨® hace casi un siglo, ¨¦l posee otras armas con las que pelear. ?Principalmente tenemos la ventaja de la experiencia. Pero tambi¨¦n hay un factor emocional que no siempre es f¨¢cil de manejar. Cuando tienes la herencia familiar en tus manos, es dif¨ªcil ser fr¨ªo?, confiesa el dise?ador.
?Quer¨ªamos abrir la primera tienda en Madrid. Es una forma de afianzarnos en el mercado nacional?, explica el creador.
Germ¨¢n S¨¢iz
Forjar un nombre. ?Mi padre fabricaba zapatos. Nuestro cometido ha sido crear una marca?, dice Pedro. Habla en plural, y el cruce de miradas con Dale es constante. A ellos se les atribuye el haber renovado y reubicado la firma Pedro Garc¨ªa. Y que publicaciones como Footwear News ¨Cfuente de cabecera para los expertos de la industria¨C hablen de ¨¦l como posible heredero de Manolo Blahnik es un evidente s¨ªntoma de su ¨¦xito. ?Ten¨ªamos muy claro el objetivo y los pasos a seguir para conseguirlo?, contin¨²a Dale. M¨¢s all¨¢ de la fabricaci¨®n, hab¨ªa un trabajo de marketing, redistribuci¨®n, imagen, comunicaci¨®n¡ No bastaba con contar con un buen producto: hab¨ªa que venderlo.
Las fotos que decoran la tienda salen de los at¨ªpicos cat¨¢logos de la firma: con formato de peri¨®dico, no solo muestran el producto, sino la historia detr¨¢s de ¨¦l.
Germ¨¢n S¨¢iz
Del taller al mostrador. Reforzar el retail ha sido su prioridad. Primero mediante el e-commerce. Despu¨¦s, con su primera boutique propia. Y no tuvieron duda sobre su ubicaci¨®n: ?Deb¨ªa situarse en Madrid, en casa?. Eligieron el callej¨®n de Jorge Juan, en pleno barrio de Salamanca. Es precisamente donde estamos ahora, sentados en la oficina de la firma, en el ¨²ltimo piso de la reci¨¦n inaugurada tienda (la ¨²nica, aunque solo de momento). El otro despacho, nos cuenta Pedro, est¨¢ en la f¨¢brica, en Elda. ?All¨ª concebimos los dise?os. Aqu¨ª los ponemos a prueba?. Para ellos este local es un laboratorio a pie de calle. ?Somos zapateros. Vender es nuevo para nosotros. Manejar un stock, montar un escaparate, promocionar el producto¡ Es una historia completamente diferente. Pero el contacto directo con el cliente nos proporciona informaci¨®n que nos ayuda a mejorar las colecciones?, explica. El tipo de informaci¨®n que les permite saber que en Estados Unidos las sandalias se venden todo el a?o, que en Emiratos ?rabes aceptan mejor el color o que en Hong Kong el ante no funciona. ?La humedad lo hace imposible?, aclara Dale. ?Un modelo que ha funcionado en todo el mundo? Las sandalias de tiras cruzadas que, en la colecci¨®n de p-v 2015, revisan en versi¨®n plana, con cu?a, planaforma¡ ?Hemos dado en el clavo, porque une el factor tendencia y el ambiental?, nos cuenta la creadora.
La nueva tienda de la firma, en el n¨²mero 12 de Jorge Juan, en Madrid.
Germ¨¢n S¨¢iz
Para ellos, el proceso creativo funciona de otra manera. No hay referencias a una obra de arte, ni recuerdos de un viaje id¨ªlico o alusiones a una d¨¦cada pasada. ?Es un trabajo de taller?, sentencia el dise?ador. Elaboran prototipos que se prueban y retocan cuantas veces sea necesario hasta llegar al modelo final. ?Y en muchas ocasiones, es resultado de la b¨²squeda de una soluci¨®n a un problema que surge en el proceso?, explica. As¨ª naci¨® el raso deshilachado, uno de los sellos de la marca. ?No consegu¨ªamos un acabado perfecto, as¨ª que decidimos cortarlo al canto?. A su manera de crear la llaman ?lujo experimental?, y ha dado lugar a grandes superventas. ?La f¨®rmula para crear zapatos con esa capacidad de atracci¨®n (y salida)? ?No hay una receta. Es una combinaci¨®n de muchos factores. El confort es esencial. Lo dif¨ªcil es saber comercializarlo?, dice Pedro. No es el caso de sus dise?os con suela anat¨®mica: unos de sus fetiches distintivos, prueba de que la comodidad y el dise?o no siempre rivalizan, y que se han convertido en un bestseller a nivel global.
?El confort es clave. Siempre enfocado desde una est¨¦tica actual, claro. Nos esforzamos en hacer ver que se puede ir c¨®moda a 10 cent¨ªmetros del suelo?, dice Pedro.
Germ¨¢n S¨¢iz
Global significa 36 pa¨ªses en el mundo. ?Siempre hemos tenido vocaci¨®n internacional?, dice Pedro. Empez¨® su padre, que en los 60 se asoci¨® con comerciantes estadounidenses. Hoy exportan m¨¢s del 80% de su producci¨®n. Pero mantienen la fabricaci¨®n en Elda. ?El hecho en Espa?a es parte de nuestra identidad. Para nosotros siempre ha sido un valor, incluso cuando aqu¨ª no se consideraba as¨ª. Nos preguntaban por qu¨¦ lo pon¨ªamos en la etiqueta, nos dec¨ªan que, si quer¨ªamos competir con marcas top, tal vez no era lo m¨¢s importante a destacar?. Hoy la historia es otra. La marca Espa?a se ha revalorizado; fabricar aqu¨ª es una garant¨ªa a la que se apuntan firmas como Stuart Weitzman o Longchamp. ?En el extranjero lo aprecian. Incluso los italianos, que son tan suyos. Durante a?os han sido nuestros mejores clientes, y eso nos ha servido de trampol¨ªn. En el mundo del zapato, si eres alguien en Europa, tienes permiso para serlo en el resto del mundo?, concluye Pedro.
La firma ampli¨® sus horizontes de crecimiento al sumar, en 2012, una l¨ªnea de bolsos.
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?El zapato que compra una mujer revela muchas cosas de ella?, cuenta Pedro. ?Y qu¨¦ dice de las espa?olas? ?Que saben lo que quieren?, afirma Dale.
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