Perder la cara II: sigo enganchada a ¡®Sue?os de libertad¡¯
Me prometo a m¨ª misma soltar un poquito la serie diaria. ?A qui¨¦n quiero enga?ar?
I
Pienso en todo lo que se pierde al no escribirse. Pienso en no escribir. Lo que m¨¢s me apena de no vivir es no escribir. Pienso en qu¨¦ ser¨ªa de m¨ª si no existiese internet. Pienso en las chicas de internet. Pienso en Nicole Kidman haciendo de mujer rica por decimoquinta vez. Pienso en un v¨ªdeo de Marta Belmonte en un festival hippie, no s¨¦, ?parece que las im¨¢genes son en el pantano de San Juan¡? La ¨²ltima vez que estuve all¨ª con un par de amigas les confes¨¦ que sent¨ªa amor por un chico y no era verdad. El agua estaba llena de fuel y no se pod¨ªa una ba?ar a gusto. Tambi¨¦n pienso en el art¨ªculo sobre las cosas que le gustan hacer a la Belmonte: viajar, naturaleza, hacer cosas con las manos. Ya hay varias cuentas de usuarias muri¨¦ndose porque a la actriz le guste la naturaleza y compr¨¢ndose un bono para ir a ver¡p¨¢jaros. A un observatorio. Ojal¨¢ fuese a un observatorio de deseo, pero aqu¨ª somos todas, de momento, ornit¨®logas. Pienso en todas las fotograf¨ªas que he consumido estos meses de Gillian Anderson, en el sue?o que tuve hoy sobre la despedida de soltera de una de mis mejores amigas en ?Hamburgo? Pienso en el pisito de Madrid que Fina y Marta no han estrenado a¨²n. Perd¨®n, en el gar?onni¨¨re. Pienso en el hotelito de Illescas. Pienso en el empotramiento de Marta a Fina. Pienso en los contenidos que se viralizan en internet, que se virilizan en internet. ?Me imagino a un ¡®fife¡¯ o a un ¡®incel¡¯ reaccionando en su canal de Twitch al ¡°Te amo¡± de la empresaria a Fina? Pienso en la artista pl¨¢stica austriaca Eva Lootz. Pienso en la canci¨®n Tilted, de Christine and the Queens. Pienso en Baltasar Graci¨¢n cuando escribe ¡°jibias de interioridad¡±. ?Quer¨ªa escribir ¡°migajas¡±? Pienso en los poemas de Olvido Garc¨ªa Vald¨¦s en Ten¨¦is que venir a verla, la pel¨ªcula de Jon¨¢s Trueba. Pienso en la canci¨®n Potra salvaje (Hard remix), en el v¨ªdeo de TikTok de los actores de Sue?os de libertad bail¨¢ndola. En ¨¦l me falta Carolina Lapausa, es decir, la doctora Luz Borrell. Cuando formas parte de un fandom dos imaginarios en construcci¨®n se mezclan y puede salir cualquier cosa.
II
¡°Lo poco agrada, lo mucho enfada¡±. Jaja, en el seguimiento de la novelita diaria las cosas no funcionan as¨ª. Es, m¨¢s bien, al rev¨¦s: ¡°Lo mucho agrada, lo poco enfada¡±. Los contactos entre los personajes de Marta y Fina escasean, incluso tras LA reconciliaci¨®n. Pero la comunidad que las sigue ¡ªque las seguimos¡ª hacemos que cada segundo (de las escenas juntas) se sienta como un verano completo a la orilla del mar. Con completo me refiero a poder disfrutar de 22 d¨ªas laborables en ausencia de interrupciones y con una Tropical en la manita derecha y un libro de bolsillo en la izquierda. Al escribir esto, escucho la voz imperturbable de Marta de la Reina rega?ando a Fina, a Claudia y a Carmen en la tienda: ¡°Aqu¨ª todas tenemos vida personal, y no por eso me ausento del trabajo porque me da la gana sin dar explicaciones¡±. No, si ya.
En el fandom, no nos conformamos con ¡°migajas¡±, que es otra forma de decir que ¡°una palabra tuya no bastar¨¢ para sanarme¡±. Aunque me aventurar¨ªa a decir que cada fotograma (si se convierte debidamente en GIF, meme o sticker) tiene una duraci¨®n de un a?o luz. As¨ª que, s¨ª, cuando nos dan migajas las mafin nos metemos en un v¨ªdeo de YouTube, aprendemos a hacer masa madre y montamos una de esas cadenas de pan que ¡ªen apariencia¡ª no parecen tener una filial madre y vendemos las barras a tres euros.
De los m¨¢s de cien cap¨ªtulos ya en antena y en internet, una usuaria ha generado un v¨ªdeo de 12 minutos en el que se recogen todas las escenas en las que ha habido un beso entre las #Mafin. ¡°Nadie har¨¢ eso con nuestras vidas¡±, reflexiono, y me siento como el meme de un monigote indeterminado llorando en el suelo con un charquito de agua alrededor.
Desde la comunidad, se ha empezado a replicar la idiosincrasia de los grandes memes, como el de Jodie Foster y su gay silence. Elige la foto de Marta de la Reina que m¨¢s rabia te d¨¦ y a?¨¢dele el r¨®tulo, mi sol. Mi cielo.
III
El mi¨¦rcoles 19 de junio supe que se har¨ªa un p¨®dcast en directo en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, en el que se tratar¨ªan los romances LGTBIQ+ en el audiovisual. Participar¨ªan Marta Belmonte, Paula Usero ¡ªla actriz que dio vida al personaje de Luisita, de la serie de ¨¦poca Amar es para siempre¡ª y la guionista Anna Marchessi. Del romance en la ficci¨®n entre Usero y la tambi¨¦n actriz Carol Rovira surgi¨® el fandom #Luimelia: Luisita y Amelia. Intent¨¦ ver, sin ¨¦xito, alg¨²n que otro cap¨ªtulo. Y es que cuando un tren ha pasado y no te has subido en ¨¦l hay muchas cosas que se colocan por s¨ª solas, como en pol¨ªtica. Yo, por ejemplo, soy poliamorosa porque soy malditamente tuya, #Mafin, y de la causa socialdem¨®crata. Apag¨®n.
Saqu¨¦ mi entrada para el encuentro. Laura dijo que pensaba que Carlota, su novia, las hab¨ªa cogido tambi¨¦n. A Judith se lo dijimos, pero no pod¨ªa venir. Judith, Laura, Carlota y yo formamos un cu¨®rum y tenemos un chat. Juntas velamos por nuestra salud mental y compartimos anomal¨ªas en la trama de la serie, tuits y spoilers. El d¨ªa del p¨®dcast me llev¨¦ el maquillaje al trabajo. Apag¨®n. ?Si ellas no hubiesen ido, ?habr¨ªa ido sola??, me pregunto.
El mi¨¦rcoles siguiente, 26, perd¨ª la cara, se me parti¨® en dos. Tambi¨¦n me cambi¨® la voz y se me subieron los carrillos a la altura de C¨®breces, una localidad del municipio de Alfoz de Lloredo (Cantabria, Spain). Recomiendo ver en Google Maps.
Ese d¨ªa sal¨ª del trabajo, me encamin¨¦ hacia el metro. Intent¨¦ terminar el libro de Paula Villanueva, El C¨ªrculo S¨¢fico. Lesbianismo y bisexualidad en el Madrid de principios del siglo XX. Apag¨®n. Llegu¨¦ a la puerta del C¨ªrculo de Bellas Artes y hab¨ªa una cola que daba la vuelta al edificio. Cuando vi a Laura y a Carlota les ped¨ª que fu¨¦semos a tomarnos una cerveza, no sin antes decirle a la pareja de chicas que estaban detr¨¢s de nosotras que, por favor, nos cuidasen el sitio. Nos dijeron que s¨ª, pero con la condici¨®n de que, cuando volvi¨¦semos, nos pusi¨¦ramos detr¨¢s de ellas. Luego nos hicimos mejores amigas, nuestras nuevas mejores amigas. Volvimos a la cola. Apag¨®n. Salimos de all¨ª. ??Queremos o no queremos una foto con Marta Belmonte, chicas?? Apag¨®n. Recuerdo ver de lejos a una mujer hablando por tel¨¦fono que me record¨® a qui¨¦n era yo en otra vida. ?V¨¢monos, que me estoy muriendo de verg¨¹enza?. Nos encaminamos a otro bar que me gusta, frente al Teatro de la Zarzuela. Toda la gente que particip¨® del p¨®dcast vino detr¨¢s. En el bar pedimos una cerveza, ?pero ya ¨ªbamos borrachas? Entre nosotras, y estando Marta Belmonte a 30 cent¨ªmetros, hablamos en suajili. De pronto, la bocaza se me abri¨®: ¡°Un d¨ªa vi una foto tuya en Instagram y, de pronto, me he visto rodeada de chicas esperando en fila¡±. Apag¨®n, cara partida. No s¨¦ d¨®nde estoy. D¨®nde est¨¢ mi cara??? No la encuentro por el suelo. Andrea??? Qui¨¦n eres??? PFFF!!! Apag¨®n, apag¨®n, apag¨®n.
Cuando volv¨ª a casa, mi novia regresaba de cenar en un coreano con una amiga y, muy preocupada, me dijo que qu¨¦ me hab¨ªa pasado en los labios. Los tra¨ªa reventados de mord¨¦rmelos por los nervios. ¡°La belleza incapacita¡±, le dije, y me qued¨¦ tan ancha.
D¨ªas m¨¢s tarde, una amiga me dijo que es la inteligencia lo que nos deja fuera de juego, no la hermosura.
IV
Mis fuentes de informaci¨®n son el hashtag #Mafin, los chats de Telegram y el canal de YouTube de Telenovelas, donde comparten los mejores cortes de los episodios. Mi favorito, el de la primera noche en el hotelito de Illescas, es quiz¨¢ el m¨¢s narrativo. Mejor ver. Pienso ahora en la cuenta de Twitter de @gini__us ¡ª todo est¨¢ ah¨ª¡ª, en la de una chica inglesa llamada Sophie ¡ª¡±just a british girl admiring Marta Belmonte¡±, en los edits de Silvia, en comfort mafin (marta and fina lovebot) y en una chica llamada Mery que tiene de foto de perfil una fotograf¨ªa de la Belmonte irreal. Hay muchas usuarias como ella que apuestan por tener una imagen suya como identidad corporativa. ?Somos una empresa?
Pienso en las l¨ªneas rojas, en que el elenco de la serie tiene una vida privada. Pienso en el unboxing de Marta Belmonte de Dior. El Dior-gate. Lo grab¨® con su tel¨¦fono y lo subi¨® a internet¡ en orden inverso. Pienso en el personaje de Mateo, que es el actor Pablo B¨¦jar. Ayer le vi paseando por la calle. Pienso en la nostalgia de las escenas de intimidad de los primeros cap¨ªtulos, en lo que echo de menos Indiana Jones. Pienso en Carmen Mart¨ªn Gaite cuando dec¨ªa que hab¨ªa cosas m¨¢s fuertes que un v¨ªnculo sexual con alguien: una buena conversaci¨®n (?mi amiga llevaba raz¨®n con la listura?). Pienso en la ?Y? may¨²scula que les han puesto a los v¨ªdeos de Brunet y Belmonte encima comentando detalles sobre las grabaciones (no lo pillo). Mi cabeza viaja hasta la boca de Pilar Primo de Rivera. Durante la postguerra espa?ola el nombre de Isabel la Cat¨®lica se escrib¨ªa as¨ª: ¡°Ysabel¡±, con ¡°Y¡±. En ese periodo hubo una revista de la mujer nacionalsindicalista con ese nombre.
Creemos err¨®neamente que la informaci¨®n en internet se organiza a nuestro antojo. Pero existe algo que nos trasciende, que nos arrastra a una espiral de relatos confusos y gatitos: un algoritmo, y somos su mascota. Cada d¨ªa doy gracias porque hayan dejado de alisarle el pelo a las mujeres con ello ondulado o rizado y de no tener TikTok. No paran de salirme en Instagram v¨ªdeos del gato de la Belmonte de aquella red social china con subt¨ªtulos en tailand¨¦s y filtros de corazones raros.
V
?Cu¨¢ntos v¨ªdeos habr¨¦ engullido sobre lo que lleva o no una mujer famosa en su bolso para alg¨²n canal de la revista femenina X? Lo m¨¢s cercano que tengo hoy d¨ªa a un bolso son mis elementos guardados en Twitter, contenido que atesoro para ver m¨¢s adelante o cuando est¨¦ triste.
La escena de Marta y Fina en la cocina de noche cuando casi se besan. Una usuaria que est¨¢ practicando moldeado en escayola y ha decidido esculpir el ojo de Marta de la Reina. Una fotograf¨ªa de Carolina Lapausa siendo desvestida por unas monjas en un escenario de un teatro. Bel¨¦n Cuesta diciendo: ?Uf, Samur?, en una escena de Paquita Salas. Esto ¨²ltimo lo ha utilizado una chica para expresar sus sentimientos sobre un avance de un cap¨ªtulo de la serie. Un v¨ªdeo en el que Fina Valero le dice a Marta que hay m¨¢s cosas, al margen de su padre, que le retienen en Toledo. Un v¨ªdeo en el que Belmonte aparece al lado de Flipy diciendo que a veces recuerda los veranos que duraban tres meses. Una imagen aleatoria que dice: ?El dolor cambia a las personas?. Un mont¨®n de gente que comparte estanter¨ªas de madera artesanales. Una captura de pantalla de una persona muy conocida en el ambiente Twitter en la que se ve una conversaci¨®n de WhatsApp con todos los mensajes borrados. Un v¨ªdeo de Miley Cyrus cantando Psycho Killer. Una fotograf¨ªa de Vivian Maier en 1956 frente a un espejo. Un v¨ªdeo de una chica bailando al lado de un loro verde e imitando sus movimientos. Una imagen de Gilles Deleuze con subt¨ªtulos en los que se lee: ?es que el delirio est¨¢ estrechamente vinculado al deseo. Desear es en cierto modo delirar?. Una entrevista a Llados Fitness. Un v¨ªdeo de un pulpo subi¨¦ndose a un Range Rover en un aparcamiento. Unas pinturas de Vincent Giarrano en las que una chica est¨¢ acostada en una cama en distintas posiciones. Un papelito doblado en el que alguien ha escrito: ¡°The intimacy of being understood¡±, y pienso: ¡°Esto es ser fan en comunidad¡±. Menuda ensalada de cosas, ?no? Pero ¡°No se preocupe, que yo llego a todo¡±, que dir¨ªa Fina Valero.
VI
El otro d¨ªa me llam¨® la atenci¨®n que mi terapeuta llevase un anillo en el me?ique. Un momento, esto lo he visto antes. ?El anillo en el me?ique de Marta de la Reina! Como las mafin ¡ªahora las perris, por indicaci¨®n de Marta Belmonte en Twitter¡ª no tenemos forma de reconocernos por la calle, tomo la iniciativa. Me compro uno, aunque no me satisface mucho¡ Es como cuando comparas entre algo que has pedido por internet con la forma en la que eso te llega. Me hago ciento cincuenta selfies con el anillo en la cara, lo subo a Instagram. Me visto y me voy al supermercado, nada me gusta m¨¢s que un buen ba?o de consumo sin consumo. No compro nada, nada m¨¢s.
Quedan menos de diez d¨ªas para las vacaciones. Me r¨ªo, ?qu¨¦ vacaciones? O, mejor dicho, ?qu¨¦ hotel, si yo ahora mismo estoy en una nube?. Es domingo y alguien en internet recupera los outfits de todas las premi¨¨re a las que ha asistido la Belmonte. Comienzo a hacer un ejercicio que le vi postear a mi colega de libros Anna Ferrer. Esta seleccion¨® un modelito de Pedro Pascal y lo relacion¨®, por los colores, con alguna tapa de los libros de la editorial Chai.
El vestido negro es, sin duda, Biograf¨ªa de X, de Catherine Lacey. Chaqueta y pantal¨®n lima fosforito con camiseta de tirantes blanco¡ ?es, un poco, Falso espejo, de Jia Tolentino o Los destrozos, de Bret Easton Ellis? Americana negra, camisa, amago de corbata me hacen volver sobre Gigol¨¢, de Laure Charpentier. La chaqueta que es como vintage podr¨ªa ser Azucre, de Bibiana Candia. El vestido blanco que grita ?solo soy una chica? es Los galgos, los galgos, de Sara Gallardo. El momento pluma en el evento de Atresmedia es Los buscadores de loto, de Charmian Clift. El Dior-gate es cualquier libro de Elizabeth Hardwick. El traje blanco con detalles bordados en plata es El libro de las l¨¢grimas, de Heather Christle.
Juan Manuel de Prada hablando en la SER de la canci¨®n Potra salvaje es ahora mi Imperio romano. Al parecer, es tambi¨¦n el himno de la selecci¨®n de f¨²tbol. No dejo de alucinar, todo est¨¢ en los libros.
VII
La gente del fandom habla de curvas cuando la trama de la novelita da un volantazo. Me r¨ªo sola mientras tecleo este texto como una demente, una desquiciada. No tengo claro si es por el videoclip de Melendi en el que aparece Marta Belmonte, Cheque al portamor, y los comentarios que hay bajo ¨¦l (¡±My hamster passed away yesterday and this was his favourite song¡± o ¡°Vale pero alg¨²n fan de Sue?os de libertad qud ha venido al enterarse de que sale Do?a Marta? JAJAJA¡±) o porque me saqu¨¦ el carnet de conducir a la sexta¡ ?en Toledo!
Una curva importante fue la amenaza de que apareciese una fot¨®graFA (as¨ª escrito) metijona entre Fina y Marta. ?Una mujer a finales de los a?os cincuenta en Toledo, Espa?a con una profesi¨®n liberal ocasionando tremenda debacle¡? Todo puede ser. Ahora ha aparecido una secretaria y estamos aterradas. Jes¨²s, si se parece much¨ªsimo a la viuda de Espa?a desde 1936: Mercedes Sanz-Bachiller Izquierdo, de Secci¨®n Femenina. Como experta en postguerra espa?ola, ?confirmo el peligro, compa?eras!
Sobre mi mesa est¨¢ el libro de Olivia Laing, Todos los cuerpos Un libro sobre la libertad. Para Laing el lenguaje es la forma en la que el cuerpo comunica sus anhelos. Para m¨ª las curvas aut¨¦nticas residen en las frases que Fina y Marta se han dicho. ¡°Te necesito¡como dependienta¡±, ¡°Con mi marido tan lejos, a veces se me olvida que soy una mujer casada¡±, ¡°Gracias¡por esta delicia¡±, ¡°Siento mucho, de verdad, la dureza con la que te he tratado¡±, ¡°Ser¨¢ nuestro secreto¡±, ¡°No te lo tomes en serio: los hombres se hacen los fuertes cuando en el fondo est¨¢n atemorizados¡±, ¡°Pero entre nosotras han pasado cosas, ?no? Ha habido miradas, ha habido sonrisas. Todo esto ha pasado, no me lo he inventado¡±, ?S¨¦ que no lo haces con mala intenci¨®n, pero es que me confundes y me haces da?o¡±, ¡°Ah, entonces qu¨¦ es, que ahora te gustan los hombres¡±, ¡°Me encant¨® que me besaras¡±, ¡°?Ahora qu¨¦ hacemos, Fina?¡±. ¡°Supongo que el miedo, la esperanza y la incertidumbre son emociones de la vida¡±, ¡°?Qui¨¦n querr¨ªa pasar por esta vida sin amar y ser amado, eh?¡±. Suspiros.
VIII
Mi grupo de amigas del colegio me llam¨® la atenci¨®n por estar tanto en Twitter durante la despedida de soltera de Irene en Denia, que no en Hamburgo. En la piscina de la casa que alquilamos para la fiestita intent¨¦ explic¨¢rselo, salir del armario por segunda vez con algo. No lo entendieron y nos pusimos a hablar sobre los pr¨®ximos conciertos en Madrid. Algunas ir¨ªan a ver a Karol G. Yo sonre¨ª al pensar en el libro que estoy escribiendo sobre Mart¨ªn Gaite y me dio alegr¨ªa, s¨ª, pero tambi¨¦n quise llorar. El ¨²nico concierto al que asistir¨¦ en los pr¨®ximos meses ser¨¢ a las conferencias de esta buena se?ora en la Fundaci¨®n Juan March. Ay, necesito no hacer nada.
Semanas antes, durante la Feria del Libro de Madrid, pasaron varias cosas. Perd¨ª una chaqueta vaquera negra, con muy buena ca¨ªda sobre los hombritos, algo muy a valorar. Me la dej¨¦ en una firma con un autor y rec¨¦ durante lo que dur¨® la comida para recuperarla. A la tarde, cuando volv¨ª a por ella, ?la ten¨ªa Luc¨ªa! Resulta que nos le¨ªamos en Twitter. Tuvimos un intercambio acelerado de informaciones felices, fogonazos alegres. Pens¨¦ en lo que ¨²ltimamente estaba comentando en mis cuentas de internet y me puse roja como un tomate por mis notas sobre la serie diaria. Luc¨ªa se rio un mont¨®n. Otra noche nos vimos en una fiesta y, tras tomarme tres tintos de verano, le dije que si no ve¨ªa la novelita me morir¨ªa. Luego le ped¨ª ciento cincuenta millones de veces perd¨®n por ser tan pesada. Tambi¨¦n le ped¨ª disculpas a otra amiga por recomendarle con tanto ah¨ªnco la serie en una fiesta off de la feria, a la que va la gente del mundillo. Las fans de los Bridgerton que all¨ª hab¨ªa me entendieron y recogieron el guante.
En otro momento, tambi¨¦n con amigas del sector, fuimos a cenar a la Errante. Amiga Sagitario y amiga Tauro se quedaron de una pieza con lo que les contaba sobre la serie, y mis amigas las taberneras estaban muertas de risa y de amor. Al fin y al cabo, ellas me regalaron un videojuego por mi cumplea?os, ?qu¨¦ esperaban? Suelo pedir perd¨®n cuando llueve.
IX
Estamos atravesando el verano brat, que es el nombre del disco de la artista inglesa Charlie XCX. Pero para m¨ª es la mart season, es decir, la temporada ?Mart? de la Reina.
Recuerdo, de pronto, que cuando Marta Belmonte se encamin¨® hacia las sillas donde dialogar¨ªa con Usero, Marchessi y los presentadores del p¨®dcast escuch¨¦ con nitidez en mi cabeza el v¨ªdeo de los fan¨¢ticos argentinos de Justin Bieber: ¡°A m¨ª de Justin me encant¨® la voz, su carita de ni?o. Es perfecto, es dulce, es tierno. Para los que no lo saben el Justin es Piscis, el signo de Piscis. Yo le hago de todo menos decirle ¡®Te quiero¡¯¡±. No estamos bien.
Uf, se acaba de morir Shannen Doherty, a Trump le han disparado¡ ?Qu¨¦ pasar¨¢ ma?ana en la novelita? Me estoy terminando otra vez Entre visillos y he visto (sin querer) un v¨ªdeo en el que se explicaba la vida de Pilar Primero de Rivera. En la esquina inferior derecha una Pilar en miniatura moviendo los labios como un Muppet.
En Twitter hay una cuenta que es la l¨¢grima de Marta de la Reina. Otra que es su mano (s¨ª, la ?zorra de Ivana?), otra su copa. Marta de la Reina es muy de un buen whisky on the rocks. Si la gente contin¨²a a este ritmo, tendremos un personaje de una serie de ¨¦poca diaria desmembrada en distintas cuentas. Algo muy de 1958, por otro lado. Pienso en que a Franco le gustaba tener el brazo de Santa Teresa cerca siempre.
Recientemente, Marta de la Reina dijo: ¡°Fina Valero, me vuelve loca tu boca¡±, y Espa?a se par¨®. Intent¨¦ de manera muy cursi dec¨ªrselo a mi novia y nos echamos las dos a re¨ªr, dando por sentado que lo que sucede en las novelas tan solo ocurre en ellas. Luego la vida es otra cosa, un rape flambeado un domingo. Una nota en el estudio en la que se lee: ¡°Todo saldr¨¢ bien¡±. Un quitarle una de sus chaquetas preferidas a tu pareja y estar a punto de perderla. Menos mal que todo de una forma u otra se recupera.
Me prometo a m¨ª misma soltar un poquito la serie diaria. ?A qui¨¦n quiero enga?ar? En verano una no tiene voluntad, y estoy tan contenta con mi anillo nuevo¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.