Sara Ricciardi: ¡°Debemos vivir la ciudad como una extensi¨®n de nuestro hogar. Hay que garantizar que el ciudadano la disfrute¡±
La italiana crea instalaciones para firmas de moda y dise?o mientras llama al activismo repensando los espacios p¨²blicos
¡°Crec¨ª en una ciudad donde nunca o¨ª hablar de dise?o, pero conoc¨ª a alguien en el instituto que me dijo que el dise?ador era la figura que transformaba ideas inmateriales en formas tridimensionales. En aquel momento estaba estudiando el demiurgo de Plat¨®n, la figura que daba forma tangible a los conceptos para que los humanos los entendieran. Me sorprendi¨®, ?yo pod¨ªa ser un demiurgo!¡±, defiende con entusiasmo Sara Ricciardi. Naci¨® hace 35 a?os en Benevento, una peque?a urbe de cerca de 60.000 habitantes situada en el interior de Campania, a una hora y cuarto en coche de N¨¢poles. Iba a clases en un convento; se form¨® marcada por el aislamiento y una mezcla de rituales cristianos y paganos. ¡°La geograf¨ªa suave pero sombr¨ªa de las zonas del interior del sur de Italia donde crec¨ª, con su naturaleza meditativa, me imparti¨® un profundo arraigo, un cierto placer en temas como la magia y las brujas¡±, apunta, ¡°durante 10 a?os estudi¨¦ con las monjas en un ambiente de oraci¨®n, con espacio para el aburrimiento, la soledad y que fermentara la imaginaci¨®n individual¡±.
De ese tiempo libre para imaginar surgieron los mundos a los que ahora da forma, que la han llevado a dise?ar instalaciones para la Milan Design Week, espacios para templos de la moda como LuisaViaRoma en Florencia, colaboraciones con firmas como Marella o Dolce & Gabbana o a redefinir espacios p¨²blicos, como hizo en Logro?o con su proyecto Razzle Dazzle dentro de Conc¨¦ntrico, un festival de dise?o y arquitectura que este a?o ha celebrado su d¨¦cima edici¨®n en la capital riojana. ?El objetivo de Ricciardi? Animar a repensar, actuar e influir en nuestro entorno. ¡°Debemos vivir la ciudad como una extensi¨®n de nuestro hogar. Es fundamental asegurar que los ciudadanos la disfruten libremente¡±, subraya, ¡°deseo para las ciudades un activismo que exige que no quedemos atrapados en f¨®rmulas de poder autoritario¡±.
Ella repite que ¡°la forma sigue a la poes¨ªa¡±. Asegura que m¨¢s que los objetos, lo que la anim¨® a volcarse en el dise?o fueron los libros, porque ¡°en el principio era la palabra, a trav¨¦s de la narraci¨®n se construye¡±. Los escenarios tambi¨¦n han marcado sus proyectos, las escenograf¨ªas teatrales inspiran sus instalaciones: ¡°Busco que todo sea on¨ªrico, po¨¦tico y l¨²dico¡±.
Estudi¨® dise?o de producto en Mil¨¢n, en la Nuova Accademia di Belle Arti, luego vivi¨® en Nueva York y Estambul; dice que en la Gran Manzana aprendi¨® ¡°a fallar y actuar de inmediato, a experimentar¡±, pero decidi¨® instalarse en Mil¨¢n, donde ahora dirige un peque?o estudio con cinco empleados, porque ¡°es una ciudad que logra ser un ¡®pueblo¡¯, conectada al mundo pero con calidad de vida, donde existe una gran investigaci¨®n en dise?o y hay excelentes artesanos con los que colaboramos¡±.
Conservar formas de hacer y garantizar que el dise?o vaya m¨¢s all¨¢ de algo est¨¦tico e instagrameable es una de sus preocupaciones: ¡°Hoy la gente est¨¢ acostumbrada a una est¨¦tica de la perfecci¨®n, materiales que no deben sufrir cambios, alimentos brillantes, reposici¨®n inmediata de objetos. Tememos el paso del tiempo. Esto debe combatirse educando a las personas para ser conscientes de las transformaciones y a saber vivir con ellas. Hay que saber esperar. No todo est¨¢ listo de inmediato. Un beb¨¦ nace tras nueve meses de gestaci¨®n. Se debe proteger la artesan¨ªa en los procesos de producci¨®n de un mundo que quiere todo de inmediato¡±. Es lo que pretende con sus pr¨®ximos proyectos, una vivienda en Puglia construida con piedra de aloe y tufo volc¨¢nico y los espacios art¨ªsticos que est¨¢ ideando para el nuevo Museo della Donna de Roma, cuya apertura est¨¢ prevista para 2025. Porque, insiste, ¡°un espacio, sin necesidad de palabras, cuenta historias y ense?a formas de estar y estar juntos¡±.