?Caemos demasiado en el t¨®pico de las pel¨ªculas porno?
La pornograf¨ªa puede condicionar y estandarizar nuestro comportamiento sexual. ?Nos estamos pasando imitando a Nacho Vidal o a Traci Lords en la cama?
El porno puede subir nuestra libido y fomentar las fantas¨ªas er¨®ticas, pero tambi¨¦n condicionar y estandarizar nuestro comportamiento sexual. ?Estamos imitando a Nacho Vidal o a Traci Lords en la cama?
Si un extraterrestre llegara a la Tierra y quisiera ponerse al d¨ªa de lo que aqu¨ª se cuece y de los comportamientos humanos viendo pel¨ªculas, series de televisi¨®n o documentales, tal vez llegase a la conclusi¨®n de que los terr¨ªcolas son seres poco inteligentes, que tropiezan muchas veces en la misma piedra y que malgastan su existencia consiguiendo papelitos verdes, que ellos mismos han inventado y que en s¨ª mismos no tienen ning¨²n valor, pero que acumulan en unos lugares llamados bancos. Conclusiones no muy alejadas de la triste realidad. Si este marciano quisiera profundizar en las conductas sexuales humanas, lo m¨¢s f¨¢cil ser¨ªa conectarse a Internet y ver videos o pel¨ªculas porno. Tras una sesi¨®n intensiva, es probable que llegase a las siguientes premisas:
1. Los machos humanos solo est¨¢n preparados para cubrir a las hembras tras una sesi¨®n de un m¨ªnimo de 20 minutos de sexo oral. Ellas sin embargo, no necesitan tanta estimulaci¨®n para ser penetradas.
2. Las relaciones sexuales entre terr¨ªcolas acaban siempre con el macho eyaculando en la cara de la hembra, lo que a ella le causa un gran placer.
3. En las cintas m¨¢s antiguas se observa que los terr¨ªcolas ten¨ªan pelo en sus ¨®rganos sexuales, pero seguramente lo han perdido como resultado de un proceso evolutivo, al perder ¨¦ste su funci¨®n.
4. El sexo es una de las tareas m¨¢s duras que desempe?an los humanos, requiere concentraci¨®n, seriedad y gran esfuerzo f¨ªsico.
Lo divertido o lo triste del caso es que ninguna de estas conclusiones ser¨ªa cierta, o deber¨ªa serlo, y el extraterrestre abandonar¨ªa nuestro planeta con una idea equivocada de lo que en principio es el motor que mueve el mundo.???
La respuesta a por qu¨¦ no se hacen pel¨ªculas porno m¨¢s inteligentes y dirigidas a un p¨²blico de ambos sexos ¨Chasta ahora est¨¢n dise?adas, mayoritariamente, para satisfacer los deseos y fantas¨ªas de los hombres¨C, es la pregunta del mill¨®n, porque hay un amplio mercado femenino y hasta masculino que pagar¨ªa encantado por ver cintas m¨¢s excitantes, menos mec¨¢nicas, con mayores dosis de imaginaci¨®n y con di¨¢logos ¨Cs¨¦ que no hay muchos¨C m¨¢s reales. Recuerdo una peli porno vintage, de los a?os 70, inglesa, en la que el hombre preguntaba a su pareja: ¡°Do you feel comfortable?¡± (¡°?Est¨¢s c¨®moda?¡±). En principio poca gente puede sentirse c¨®moda a cuatro patas aguantando las embestidas de un machote de Glasgow, pero es que tampoco se trata de eso, ?no?.
El problema reside en que la ¨²nica forma de entrenamiento sexual que tenemos, a menos que uno sea un voyeur, son los libros o las pel¨ªculas, los ¨²nicos manuales que nos sugieren o nos muestran comportamientos en la cama. La literatura revela parcialmente y da pie a la imaginaci¨®n, pero el cine muestra hasta los m¨¢s m¨ªnimos detalles y algunos sex¨®logos empiezan a preguntarse si las nuevas generaciones, las que no han venido al mundo con una barra de pan bajo el brazo sino con una conexi¨®n Wifi, no estar¨¢n cumpliendo a rajatabla los does y don't que se resumen tras horas y horas de contemplaci¨®n de pel¨ªculas X.
Mary Elizabeth Williams escrib¨ªa hace unos a?os en su art¨ªculo t¨ªtulado How not to make love like a porn star (C¨®mo no hacer el amor como una estrella del porno), en salon.com: ¡°Pensar que se puede aprender a hacer el amor viendo pel¨ªculas porno es como pensar que se puede aprender a conducir viendo The Fast and the Furious¡±. Sin embargo, los gustos de los j¨®venes parecen ser bastante uniformes en cuanto a tendencias sexuales. En el a?o 2008 Babeland.com, una sex shop online, hac¨ªa una encuesta entre chicas sobre las ideas err¨®neas que los hombres se hab¨ªan forjado respecto a las mujeres a causa de las pel¨ªculas porno. En el ranking de resultados, los primeros puestos eran los siguientes:
1. Pensar que las mujeres solo tienen orgasmos con la penetraci¨®n.
2. Creer que a las chicas les encanta el semen en la cara.
3.? Pensar que el sexo anal es sexy.
4. Tener la idea de que ellas prefieren los penes muy grandes.
As¨ª, mientras las pel¨ªculas normales tiene cada vez menos escenas er¨®ticas, ¨Cyo dir¨ªa que han desaparecido totalmente¨C, las porno se parecen cada vez m¨¢s entre ellas. La sex¨®loga Francisca Molero, directora del Institut Clinic de Sexolog¨ªa de Barcelona, se ha encontrado con pacientes que se quejan de que su pareja se comporta como un actor porno (en el mal sentido). Incluso algunos parecen mirar a c¨¢mara mientras est¨¢n en faena. ¡°La cuesti¨®n es que muchos tienen la idea de que imitar el comportamiento de las pel¨ªculas porno es sin¨®nimo de ser el mejor amante. Incluso algunas mujeres u hombres se sienten culpables porque no les gusta lo estandarizado, lo que sale en la pantalla. El porno puede ser fant¨¢stico, estimular la libido o fomentar las fantas¨ªas sexuales. No hay nada malo en querer imitar una postura o alg¨²n comportamiento que hemos visto en alguna pel¨ªcula X , siempre que nos atraiga. El problema est¨¢ en no tener otro modelo, no seguir el propio deseo y ce?irse siempre al gui¨®n. Un gui¨®n en el que quedan excluidos los juegos, la seducci¨®n, el erotismo. La mayor¨ªa del porno que se consume ahora es mec¨¢nico y competitivo. Busca m¨¢s lo cuantitativo que lo cualitativo y puede ejercer una influencia importante en los j¨®venes, especialmente en aquellos que no han tenido a¨²n experiencias sexuales. Un adolescente que ve una pel¨ªcula sabe que lo que est¨¢ viendo es una ficci¨®n, que no es real, pero si ve un video porno y no tiene otra referencia, es probable que piense que el sexo es as¨ª, que los hombres aguantan tanto, que un buen pene debe tener unas determinadas dimensiones, o que las mujeres tienen que empezar a gemir con tan solo rozarles los pechos¡±.
Muchos piensan que ya no se hacen pel¨ªculas como las de los a?os dorados de Hollywood, yo pienso que el mejor cine er¨®tico se hizo con Enmanuelle o las pel¨ªculas de Russ Meyer, aqu¨ª todas las mujeres ten¨ªan algo en com¨²n: sus enormes tetas, pero cada una era una Supervixen a su manera.
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