Charlotte Salomon, la artista que encontr¨® belleza en el sufrimiento

Cuando descubr¨ª la obra de Charlotte Salomon (1917-1943), cambi¨® mi vida. Fue en 2006, hab¨ªa una peque?a exposici¨®n en Par¨ªs. No sab¨ªa qu¨¦ iba a ver y fue un shock. Su trabajo se apoder¨® de mi cuerpo y de mi coraz¨®n. Intelectualmente, nunca hab¨ªa contemplado una obra tan potente e inteligente. Y al mismo tiempo, uno no puede m¨¢s que sentirse conmovido por la intensidad del tema, porque ella cuenta su vida. Una vida atravesada por heridas incesantes. Sal¨ª completamente conmovido, y es una sensaci¨®n que ya nunca me ha abandonado.

A?os despu¨¦s, cuando mi libro Charlotte (Ed. Alfaguara) tuvo un gran ¨¦xito y los j¨®venes estudiaban su obra en los colegios, sigo sintiendo la misma energ¨ªa que el primer d¨ªa. De hecho fue muy raro lo que sent¨ª. Ten¨ªa la sensaci¨®n de estar descubriendo a alguien que ya estaba en m¨ª. Todo en ella me hablaba: su humor, su cultura, su visi¨®n del mundo. Me sent¨ª en la obligaci¨®n de seguir todas las huellas de su vida, no como un periodista, sino animado sencillamente por la idea de que se puede encontrar a alguien yendo a los sitios de su vida.

Cre¨ª en la memoria del aire, en las fuerzas del esp¨ªritu. Iba a Berl¨ªn, iba al sur de Francia, all¨ª donde ella pint¨® su obra, iba a su habitaci¨®n de hotel, ante la mirada inquieta de la recepcionista, porque ten¨ªa as¨ª el sentimiento de estar aproxim¨¢ndome a ella y comprendi¨¦ndola. Tard¨¦ ocho a?os en escribir este libro, en encontrar las palabras exactas para hablar de ella, y durante esos a?os, me desesperaba ver hasta qu¨¦ punto hab¨ªa ca¨ªdo en el olvido. Porque Charlotte era un genio absoluto. Obtuvo el primer premio de Bellas Artes en Berl¨ªn en 1938. Est¨¢bamos ante alguien que iba a realizar una obra considerable.

Ella ha dejado ?Vida? o ?Teatro? compuesta en una urgencia, en la energ¨ªa de la supervivencia, en condiciones dif¨ªciles, y es una obra luminosa. Es lo que hace falta retener de Charlotte: a pesar de haber padecido tantos sufrimientos, de que estaba al borde de la locura, fue capaz de ir a buscar la belleza en lo m¨¢s profundo de s¨ª misma. Esa belleza que la salv¨®, y que nos atraviesa. Est¨¢n los dibujos, pero los textos tambi¨¦n son fascinantes. Hab¨ªa tanta poes¨ªa en ella. Esta poes¨ªa que hace que un ser humano sea capaz de salvarse por la luz de la creaci¨®n .