Clara S¨¢nchez: ?Hay que temer a los vampiros que chupan las neuronas?
Acostumbrados a leer sus novelas de denuncia, la escritora sorprende y gana el Premio Planeta con un libro que explica las luces y sombras de la vida de una modelo.
Hace solo dos semanas, la galaxia literaria se pon¨ªa a los pies de Clara S¨¢nchez, flamante ganadora del Premio Planeta. Faltan tres d¨ªas para que llegue a las librer¨ªas El cielo ha vuelto, la historia de una modelo que, tras un inquietante encuentro en un avi¨®n, descubre que su vida no es tan maravillosa como quer¨ªa pensar. Ganadora de los premios Alfaguara y Nadal, Clara S¨¢nchez es autora de exitosos t¨ªtulos que traspasan fronteras. Sus libros, traducidos a 20 idiomas, han vendido solo en Italia m¨¢s de un mill¨®n de ejemplares.
?Sabe que, desde que lo hizo Rosa Reg¨¢s, ninguna mujer hab¨ªa subido en pantalones a recoger el Premio Planeta?
?Ah s¨ª? No me hab¨ªa dado cuenta. Iba a ponerme un vestido, pero al final pens¨¦ que necesitaba estar c¨®moda. Llev¨¦ tambi¨¦n unos pendientes, talismanes para m¨ª.
La vi feliz, pero tambi¨¦n muy serena. ?Qu¨¦ recuerda de aquella noche?
Una mezcla de nervios, emoci¨®n y responsabilidad. Me acord¨¦ mucho de mi padre, de mi familia, de los amigos. Me los imagin¨¦ saltando de alegr¨ªa al recibir la noticia. Durante la rueda de prensa notaba vibrar el m¨®vil. Me acord¨¦ de tantas cosas que me han pasado a lo largo de veintitantos a?os publicando¡ y sent¨ª que hab¨ªa merecido la pena, no solo por este premio impresionante, sino porque la literatura me ha hecho madurar y no enloquecer.
En Lo que esconde tu nombre (2010), la novela con la que gan¨® el Nadal, se hablaba de caza de nazis; en la siguiente, Entra en mi vida (2012), de ni?os robados. Ahora da el salto con la historia de una modelo que descubre que su vida no es tan perfecta como cre¨ªa.
En el fondo siempre estoy escribiendo historias de un amor que nos puede hacer m¨¢s fuertes o m¨¢s d¨¦biles, m¨¢s crueles o m¨¢s l¨²cidos. Nadie tiene tanto poder sobre nosotros como las personas que amamos. Los vampiros que m¨¢s miedo dan son los que nos chupan las neuronas.
Y eso es lo que tendr¨¢ que comprender su protagonista¡
El deseo de ser amados a veces nos ciega, y Patricia, quien mantiene una relaci¨®n t¨®xica, entender¨¢ que debe dejar caer ese velo.
Sobre la mesa, los pendientes talism¨¢n de la autora, comprados en Roma.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
?Necesitaba una modelo para contar esta historia de fragilidades, de desconfianza??
Digamos que me vino a las manos. Lo que no se suele contar de las modelos es que son personas normales que tienen padres, hermanos, maridos, y que como cualquiera buscan cari?o. Patricia podr¨ªa haber sido empleada en una tienda, profesora, qu¨¦ se yo.
Pero ?por qu¨¦ es modelo??
Porque encontr¨¦ en una revista la foto de una chica que me llam¨® la atenci¨®n por su mirada. Parec¨ªa asustada. Y al verla pens¨¦ que ten¨ªa que escribir sobre ese miedo sutil que nos atenaza el est¨®mago por algo que nos pasa y que es dif¨ªcil de contar.
Dicen que la chica de la foto era Kate Moss.?
No. Ni siquiera es de las m¨¢s famosas.
?Intent¨® hablar con ella??
Lo hice. Forc¨¦ un encuentro y estuvimos charlando. Me cont¨® algunas cosas que he utilizado con Patricia. Y ah¨ª lo dejo. No querr¨ªa incomodarla.
La ficci¨®n suele retratar a las maniqu¨ªs como chicas fr¨ªvolas de cabeza hueca. Sin embargo, su Patricia es una mujer inteligente.
La de modelo es una profesi¨®n que me parece dura. Creo que, si tu cuerpo est¨¢ siempre en manos de otros ¨Cmodistos, peluqueros, maquilladores¨C, al menos hay que tener la cabeza muy en su sitio.
Los cd conviven con las estatuillas de varios de sus premios: Alfaguara, Mandarache, Cartelera Turia, Nadal¡
Sergio Moya y Ximena Garrigues
Leyendo?El cielo ha vuelto?a veces parece que la belleza es un problema.?
Me parece que la excesiva visibilidad de las modelos hace que nadie las vea como mujeres reales. Citabas a Kate Moss. Un amigo me hizo notar que, siendo un verdadero icono, ni siquiera sabemos c¨®mo es su voz.
Como si tuviese que pedir perd¨®n por ser guapa¡?
S¨ª. Y tiene que aprender a defenderse del sentimiento de culpa que otros desean inculcarle. Patricia vive una aut¨¦ntica aventura hacia la fortaleza y la lucidez, pasando por algo que es lo que m¨¢s duele: desenmascarar la propia vida.
?Y esa sucesi¨®n de peque?as cat¨¢strofes que le suceden?
Casi todo lo que le pasa son cosas que me han ocurrido a m¨ª en un corto periodo de tiempo. A veces, cuando estamos adormilados nos ocurre aquello que necesitamos para despertar.
?Esta es una novela sobre una persona que est¨¢ sola y no lo sabe?
Exactamente. La crisis de Patricia se precipita cuando se da cuenta de que se pasa la vida contentando a todo el mundo: a su marido, a sus padres, a la gente para la que trabaja. En el fondo tiene miedo de no ser querida y ese miedo la lleva a no quererse a s¨ª misma.
Al leer su novela, pens¨¦ que conoc¨ªa bien el mundo de la moda.?
Casi todos lo conocemos. Sabemos los nombres de las modelos como los de las estrellas de cine. Y, claro, he hecho algunas preguntas a gente de ese entorno.
La ficci¨®n suele retratar esta industria como algo superficial, donde el enga?o y la manipulaci¨®n son moneda de cambio.
La moda es un negocio, y como en todos los negocios hay gente con aspiraciones, gente que manipula, hip¨®critas, desaprensivos¡ pero tambi¨¦n personas honestas, trabajadoras y con talento. Lo mismo que en otros entornos. En cuanto al enga?o, es algo de lo que nadie se libra, y si no que se lo digan a las v¨ªctimas de las preferentes.
Las vistas de Madrid y de la sierra que hay desde su terraza le inspiran a la hora de escribir. El vestido es de Sita Murt.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
En efecto, las modelos de?El cielo ha vuelto?son, por encima de todo, profesionales.
S¨ª. Patricia se cuida mucho, pero no est¨¢ obsesionada con su f¨ªsico. Simplemente sabe que su cuerpo es su herramienta de trabajo, y lo trata con cuidado. Como lo har¨ªa una deportista de ¨¦lite.
De todos los personajes secundarios me quedo con Irina, la directora de la agencia, esa mujer sofisticada, exquisita, de mirada magn¨¦tica. ?Ha conocido a alguien as¨ª?
He tenido la suerte de conocer a personas muy diferentes, y algunas se me han marcado a fuego. En mi primer trabajo, la directora era una Irina. Una mujer fuerte, con mundo. A m¨ª me daba miedo; tanto, que prefer¨ªa no cruz¨¢rmela por el pasillo. Cuando ella me hablaba, no era capaz de decirle exactamente lo que yo pensaba porque su mirada me dejaba atontada. No era tan estilosa como Irina, ni tan alta, pero s¨ª ten¨ªa los ojos m¨¢s azules que hab¨ªa visto. Ahora nos llamamos de vez en cuando y me alegro mucho de haberla conocido.
En el proceso de escritura de una novela suele haber crisis. ?Cu¨¢l fue la suya? ?En qu¨¦ momento dijo ?no s¨¦ si voy a poder seguir??
Me consumo en dudas y en ideas que luchan entre s¨ª hasta que puedo mirar a los ojos al narrador o narradores, en este caso a Patricia. Cuando ella se hizo de carne y hueso y yo pude reconocerme en muchas de sus torpezas, de sus dudas, cuando vi que Patricia iba desenmascarando su vida, empec¨¦ a disfrutar de verdad.
Sus dos anteriores trabajos funcionaron extraordinariamente bien. ?Qu¨¦ espera de?El cielo ha vuelto?
Lo que le pido a una novela es que me tenga en vilo mientras la escribo, que no me deje dormir, que est¨¦ revolote¨¢ndome en la cabeza durante todo el d¨ªa como cuando acabamos de enamorarnos. Y es lo que me gustar¨ªa que sintiese la lectora o lector: un hormigueo.
?Qu¨¦ se va a poner para la presentaci¨®n de?El cielo ha vuelto?
Creo que esta vez me voy a atrever con un vestido. Un vestido rojo, maravilloso, que est¨¢ en mi armario. Me parece que es el momento de ense?ar un poco las piernas.
Su Premio Nadal por Lo que esconde tu nombre.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
?Tengo a Liz Taylor en la nevera porque me gusta mirarla. Parece que me dice: ¡°Haz lo que te de la gana¡±?, comenta la autora.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
Clara viaj¨® a Estambul hace tres a?os y se enamor¨® de la ciudad. Como recuerdo, trajo bolsos, l¨¢mparas y estas cer¨¢micas.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
Sus lecturas, en las que predomina la literatura.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
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