Coloma Fern¨¢ndez Armero: ?El pelo blanco es precioso, lo de pensar que es dejadez se acabar¨¢ yendo?
La autora, a quien Nacho Cano dedic¨® ¡®El 7 de septiembre¡¯, publica ¡®En blanco¡¯, una novela con gui?os a esa fecha y a la movida madrile?a. Su protagonista, In¨¦s, inicia una revoluci¨®n personal con un peque?o gesto: dejar de te?irse el pelo.
Coloma Fern¨¢ndez Armero (Gij¨®n, 59 a?os) est¨¢ detr¨¢s de temas clavados en la memoria colectiva: el Amigo m¨ªo de la cerveza Amstel, el Pita del de Coca-Cola, el Qui¨¦reteme de El Corte Ingl¨¦s. Empez¨® trabajando como copy en agencias de publicidad y ahora dirige Oeo & Parser, una productora de m¨²sica para publicidad. ?Hacemos muchos hits?, admite entre risas al otro lado del tel¨¦fono. Dice que cuando busca un tema quiere que sea redondo y, precisamente, de ese lenguaje r¨¢pido y directo nace su forma de escribir libros. ?A m¨ª el lenguaje se me afil¨® en publicidad. Porque en un spot de 20 segundos caben 40 palabras, no m¨¢s, te pasas el d¨ªa contando palabras, y eso se me qued¨® dentro. Me gusta transmitir emociones con frases cortas, pocas palabras?, explica. Y lo demuestra con En blanco (Tres Hermanas), su cuarta obra. In¨¦s, la protagonista de esta novela corta, revisa su vida cumplidos los 50 y cuenta c¨®mo una peque?a decisi¨®n est¨¦tica, dejar de te?irse el pelo y lucir sus canas, supone un gesto radical.
?Qu¨¦ te llev¨® a contar esta historia?
Normalmente escribo con un punto de partida real. Tengo canas desde los 17 a?os y toda mi vida ha sido una lucha absoluta con los tintes, que se me ve¨ªa la raya, me miraba la gente, me crec¨ªa un mont¨®n el pelo¡ Antes de la pandemia se me fue el tiempo de ir a la peluquer¨ªa y de repente vi mi reflejo y como un rayo, como si tuviera la cara iluminada por las canas, y decid¨ª dejar que crecieran. Fue un poco inexplicable ese momento; odiaba tener canas y de repente en un instante eso muta y te lleva a otro lado. La emoci¨®n de partida fue ese detalle de c¨®mo en un momento puedes cambiar de opini¨®n, de v¨ªnculos. C¨®mo decisiones instant¨¢neas de repente te llevan muy lejos.
En la novela In¨¦s se encuentra con la oposici¨®n de la sociedad: su hijo peque?o se siente avergonzado de ella, su peluquera le quiere cortar la zona te?ida¡ ?La mirada de los otros condiciona demasiado nuestras decisiones personales?
Es curioso, es algo que ocurre en la vida. La mirada de los otros, incluso estando t¨² satisfecha, como le ocurre a ella con el caso de la peluquera, te puede convencer de lo contrario a lo que quieres. Continuamente uno no se hace caso a s¨ª mismo. Puedes estar muy contenta con una decisi¨®n o un cambio, pero si los dem¨¢s no lo aprueban se debilita, uno est¨¢ construido con la mirada tambi¨¦n del otro.
?Por qu¨¦ este gesto de mostrar las canas sigue siendo una revoluci¨®n para la mujer en 2021? ?Se dejar¨¢n de asimilar las canas a dejadez? En Cannes dio mucho que hablar ver a Andie McDowell con sus rizos canos al aire.
Los cambios tienen que ir poco a poco, y siempre hay alguna pionera, como ella, que ir¨¢ rompiendo, pero estoy segura de que dentro del unos a?os diremos pero qu¨¦ tonter¨ªa que nos pareciera dejadez el llevar canas. El blanco es un color precioso, lo de la dejadez es algo que se acabar¨¢ yendo. Cada vez me encuentro por la calle a gente que hace mucho que no me ve me dicen ¡®Est¨¢ genial, ya era hora¡¯, porque parece que los hombres est¨¢n estupendos con canas y nosotras no. Y no entiendo por qu¨¦. En toda Europa la gente no se ti?e, y creo que esto se va a afianzar, que cada vez se van a te?ir menos personas. Son condicionamientos que se rompen de pronto y todo empieza a cambiar.
?El confinamiento fue el punto de inflexi¨®n que impuls¨® esa decisi¨®n?
Ah¨ª se relaj¨® la costumbre de te?irse, y muchas han descubierto que es genial. Luego hay algo m¨¢s elevado, que yo identifico con dejar la verdad al descubierto: esta es mi verdad, tengo el pelo blanco, me parece que lo otro es camuflar c¨®mo eres. Es un gesto banal, pero a m¨ª personalmente me dio una fuerza, me ayud¨® a decir ¡®Esta soy yo, basta de te?ir quien soy¡¯. El proceso es demoledor, muy pesado, pero hay que pasar por eso. Tambi¨¦n es pesado te?irse.
??Qui¨¦n soy? ?Qu¨¦ me gusta? ?A qui¨¦n quiero? ?Por qu¨¦ demonios me enfado tanto ¨²ltimamente? Silba por respuesta? (¡®En blanco¡¯, p. 63)
Para Fern¨¢ndez Armero su novela es una reivindicaci¨®n de la edad, las certezas (pocas) y las dudas (muchas): ?Quer¨ªa hablar sobre la frescura de la madurez. Se supone que uno cumple 50 a?os y tiene que estar con la cabeza amueblada, ser maduro, pero yo estoy viviendo esta etapa con una frescura incre¨ªble. Sigues con las inquietudes y el mundo emocional de tu pasado, y hay muchas cosas que te hacen entroncar con la persona que fuiste cuando ten¨ªas 30 a?os?. Antes de lanzarse a escribir, ella misma vivi¨® una revoluci¨®n personal parecida a la de su personaje: hab¨ªan pasado los a?os de la movida, cuando fue pareja de Nacho Cano (Mecano), dej¨® su trabajo, dej¨® Madrid y se fue a vivir a Nueva York, donde comenz¨® a escribir. Al regresar prob¨® cosas nuevas, coescribi¨® con su hermano, el director y guionista ?lvaro Fern¨¢ndez Armero (Todo es mentira, Doctor Mateo), la comedia Nada en la nevera y en 2002 public¨® su primer libro, el diario Querida yo.
In¨¦s reflexiona mucho sobre que le gusta su vida pero a la vez se entrega a la nostalgia, es feliz con su relaci¨®n pero a la vez siente que su marido lleva nutri¨¦ndose toda la vida de sus ideas¡
Ella quiere m¨¢s. No llegas a un momento en el que dices ay qu¨¦ bien, lo tengo todo. Lo tienes todo y no est¨¢s satisfecha. Es como el chaval que est¨¢ muy c¨®modo en su casa con 19 a?os y quiere tener otra vida. Tambi¨¦n me gustaba hablar de qu¨¦ es una musa, qu¨¦ es una artista.
Ahora se habla mucho de romper con el mito de la musa.
Exacto, mi opini¨®n personal es que muchas mujeres a las que llaman musas ahora no son musas, son artistas que todav¨ªa no han encontrado su lenguaje. Inspiran, s¨ª, porque tienen un punto de vista muy curioso, como Camille Claudel¡ Su marido le dice a In¨¦s: ?Es que tu creatividad me bloquea, por eso no la comparto contigo?. Quer¨ªa reflexionar sobre que una musa lleva una artista dentro.
Ella ante eso act¨²a, se crea una habitaci¨®n propia, como Virginia Woolf. ?Es necesario reivindicar ese espacio, a una misma?
S¨ª, reivindicarse a una misma es ser muy valiente, es romper. Al final en la vida yo creo que lo que queremos todos es que nos quieran. Cuando est¨¢s creando algo tienes que romper ese deseo y decir no, por encima de que me quieran quiero crear, hay que tener esa habitaci¨®n propia, soltar amarras, y eso no es f¨¢cil, es de valientes, tiene un precio.
En 1994 soltaste amarras, dejaste la publicidad y te mudaste a Nueva York. ?Compartes sensaciones con In¨¦s?
Eran unos a?os duros en publicidad, la exigencia en las agencias era brutal, yo me sent¨ª seca y ni siquiera sab¨ªa que quer¨ªa escribir, estaba buscando algo. Fui a Nueva York a romper lazos, y all¨ª comenc¨¦ a escribir, y luego me toc¨® volver, pero la literatura se la debo a esa ciudad. Yo me veo mutando continuamente y los libros me ayudan a volcar todo eso. Querida yo era autoficci¨®n y ahora aunque parte de un hecho que me ocurri¨®, ya me alejo m¨¢s de m¨ª. Comparto cosas con In¨¦s, pero es otra mujer.
Ella recuerda sus a?os en la agencia de publicidad, la ¨¦poca de la movida madrile?a, que t¨² conociste bien, y en varias ocasiones menciona el 7 de septiembre, fecha que da t¨ªtulo a la canci¨®n que te dedic¨® Nacho Cano. ?Qu¨¦ te ha llevado a recordar ese tema en el libro?
Ten¨ªa que poner una fecha, de cu¨¢ndo conoc¨ª a mi compa?ero en la agencia, y me vino el 7 de septiembre. Ese es un gui?o ¨ªntimo para m¨ª y no sab¨ªa si alguien se iba a dar cuenta. Esos a?os de la movida fueron muy fuertes, muy intensos, muy bonitos, yo estaba rodeada de muchos artistas, creadores, y todav¨ªa no sab¨ªa que posteriormente iba a escribir. Poner esa fecha ah¨ª es un gui?o personal.
?Y qu¨¦ significa ese d¨ªa hoy, 40 a?os despu¨¦s de que empezarais a salir?
Con Nacho siempre mantengo una amistad muy bonita. Y esa fecha o nos llamamos o nos vemos un ratito si est¨¢ en Espa?a. Es el recuerdo del primer amor. Sin m¨¢s, un amor potente, muy bonito, muy intenso. El recuerdo de eso.
?Ya no qued¨¢is para cenar cada 7 de septiembre?
No, yo sigo su trabajo, est¨¢ haciendo ahora los ensayos del musical, me pasar¨¦ a verlo, ya es una amistad, no hay nada rom¨¢ntico. Los ex de tanto tiempo se convierten en hermanos.
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