Cuando tu pareja es un diez en todo menos en el sexo
?Qu¨¦ pasa si encontramos a la persona con la que todo es ?perfecto? menos el sexo? ?Debemos resignarnos? ?Podemos? Lo ¨²nico seguro, seg¨²n los sex¨®logos, es que es mucho m¨¢s frecuente (y con repercusiones m¨¢s importantes) de lo que imaginamos.

?Puede funcionar una pareja resignada a vivir sin sexo? ?Desgraciadamente, ocurre mucho m¨¢s de lo que puedas imaginar?. ?Son felices o pueden llegar a serlo? ?Si ponemos la felicidad sobre una escala del 0 al 10, evidentemente, no alcanzan el 10, pero a algunas personas les basta un 7 y, a otras, incluso un 5¡å. As¨ª empieza la entrevista de Smoda con Esteban Ca?amares, psic¨®logo y sex¨®logo al frente de Epec Psic¨®logos. Aunque es un hecho constatado que esta generaci¨®n mantiene menos relaciones sexuales que las anteriores, apenas hay estudios sobre el celibato involuntario relacionado con la insatisfacci¨®n dentro de las relaciones mon¨®gamas. Seg¨²n la investigaci¨®n de la profesora de sociolog¨ªa de la Universidad de Georgia State, Denise A. Donnelly, al menos el 15% de las parejas casadas no han tenido sexo desde hace m¨¢s de seis meses.
Ritmos paralelos
?Qui¨¦n es susceptible de encontrarse en una relaci¨®n en la que todo es (m¨¢s o menos) perfecto, excepto el sexo? Todo el mundo: la incompatibilidad sexual no entiende de g¨¦nero, edad, orientaci¨®n o raza. Pocas cosas hay m¨¢s caprichosas y personales que el apetito sexual de cada un@ y, por tanto, pocas combinaciones hay m¨¢s raras e infrecuentes que dos personas con id¨¦nticos gustos y ritmos er¨®ticos. Lo ideal es llegar a un entendimiento en las zonas comunes que satisfaga a ambas partes y, si esto ocurre, no habr¨ªa demasiada disonancia entre sexo y afecto. Pero, como explica el sex¨®logo, ?a menudo, simplemente es que no tenemos el mismo estilo de estar en la cama porque -es importante recordarlo- en la cama tenemos que ser y sentirnos profundamente espont¨¢neos?. ?Ejemplos? ?Hay personas a las que les gusta un ritmo lento, tranquilo y deleitoso y a otras, sin embargo, les excita un ritmo fulgurante, de rel¨¢mpago y destellos; para algunas personas es m¨¢s gratificante cuando todo es previsible y saben que despu¨¦s del paso A vienen el B, el C y el D, mientras que, para otras, es todo lo contrario y prefieren innovar, saltarse un paso, retroceder, etc.; tambi¨¦n hay quien encuentra muy excitante ser muy expresivo y sonoro en la cama y hablar sucio, cuando para otros todo eso es inapropiado¡ Y c¨®mo ¨¦stas, much¨ªsimas posibilidades m¨¢s?, prosigue el sex¨®logo, que insiste: ?Un estilo no es ni mejor ni peor, simplemente es diferente?. Laura Oliveros Nu?ez, psic¨®loga y sex¨®loga en Psigo, a?ade: ?A algunas personas les gustan ciertas cosas en sus relaciones sexuales que la otra persona no est¨¢ dispuesta a hacer. Aqu¨ª cada uno debe de valorar c¨®mo de importantes son sus propios gustos, si podr¨ªa ser feliz no satisfaciendo el 100% de sus necesidades y deseos?.
La ecuaci¨®n ya es complicada si nos ce?imos a la mera disparidad er¨®tica de dos amantes sin complicaciones que simplemente prefieren platos muy diferentes del men¨². Pero tambi¨¦n son muchas las parejas bien avenidas cuya incomodidad sexual esconde algo m¨¢s: que uno de los dos sea asexual (si lo son los dos no habr¨ªa ning¨²n problema que solucionar), que exista alguna discapacidad o inconveniente f¨ªsico y/o un trauma psicol¨®gico (por ejemplo, v¨ªctimas de abusos), o -un factor muy frecuentemente enmascarado- el deseo inconsciente de sabotear la relaci¨®n. ?Hay personas que tienen miedo a depender excesivamente de sus parejas y siempre les buscan alguna pega, por ejemplo el sexo. Cuando a una persona le sucede esto sistem¨¢ticamente en todas sus relaciones, quiz¨¢ el fallo no est¨¦ en sus amantes, sino en un miedo subconsciente propio?, explica Ca?amares. Pero hay m¨¢s. Oliveros a?ade que ?tambi¨¦n existen casos en los que a un@ de los miembros de la pareja le produce mucho placer conocer gente nueva y mantener relaciones sexuales espor¨¢dicas con esas personas, pero quieren a su pareja y no pretenden dejarla. Son adict@s al ritual de conocer a alguien y no ven c¨®mo pararlo. Es como una adicci¨®n?.
En todos estos casos, desde quien se autosabotea hasta l@s adict@s a los encuentros furtivos pasando por quien sufre da?os psicol¨®gicos o f¨ªsicos, la ¨²nica soluci¨®n es recurrir a un especialista. ?Siempre que no funcionen las relaciones sexuales en una pareja es conveniente acudir a un profesional: lo primero es averiguar la causa y, cuando la sepamos, buscar soluciones a ese motivo en concreto?, explica Oliveros. ?Si hay una causa f¨ªsica que lo justifique, como una enfermedad grave o cr¨®nica, es m¨¢s f¨¢cil de aceptar el no tener relaciones sexuales que cuando la causa es psicol¨®gica o de diferencias. Muchas parejas intentan resolver este problema haciendo cosas originales como comprar juguetes o leer literatura er¨®tica, pero sin un profesional que les gu¨ªe, solo van a conseguir frustraci¨®n, porque prueban y prueban, y no llegan a resolver nunca lo que les preocupa. Hay que perder la vergu?enza de acudir al psic¨®logo o al sex¨®logo, no hay que esperar a que el problema se enquiste, o al final la relaci¨®n se ir¨¢ deteriorando en otras ¨¢reas?, advierte la especialista.
Atrapados en el desencanto
En las comedias rom¨¢nticas y los cuentos, el?The End llega cuando la pareja protagonista se besa y/o contrae matrimonio, algo que perpet¨²a en el imaginario colectivo el mito de que es f¨¢cil, natural, autom¨¢tico, rom¨¢ntico y normal que si has conectado con una persona tengas en ella la garant¨ªa de lo que la psicolog¨ªa llama una relaci¨®n fulfilling (que cubre todas tus necesidades o pareja 360, que dir¨ªa Paquita Salas). Adem¨¢s de las ilusiones made in Disney, hay otros entrampamientos. ?Ahora, pr¨¢cticamente nadie llega virgen al matrimonio, pero hace no tanto lo habitual era descubrir sexualmente al otro en la noche de bodas, lo cual era era una temeridad y se daban m¨¢s casos de incompatibilidades sexuales?, nos cuenta el sex¨®logo Esteban Ca?amares. En el siglo XXI, sucede otra versi¨®n, seg¨²n nos explica Laura Oliveros: ?Hay muchas parejas que se conocen por internet y se enamoran antes de conocerse en persona, ?qu¨¦ pasa si luego uno de los dos no est¨¢ satisfecho con las relaciones sexuales? Hay varias opciones, desde dejar la relaci¨®n a ir aprendiendo poco a poco lo que le gusta a cada uno para estar los dos contentos. Pueden hacerlo solos experimentando o con ayuda de un profesional en sexolog¨ªa?.
Digamos que lo hemos probado todo y que a¨²n as¨ª el sexo es mediocre y aburrido. ?Qu¨¦ hacemos con una persona con la que todo es (razonablemente) perfecto, salvo la intimidad? ?En el caso de que sean ciertos aspectos imprescindibles para uno, hay pocas opciones, o se deja la relaci¨®n o que la otra persona d¨¦ el consentimiento de que el otro pueda satisfacer sus gustos con una tercera persona, pero este ¨²ltimo supuesto se da en pocos casos?, responde Oliveros. Ca?amares coincide: ?Hay que decidir, o aguanto ese displacer sexual porque la persona en lo dem¨¢s me gusta mucho, o corto antes de que sea tarde, o busco fuera de la pareja ese componente, es decir, tener el afecto por un lado y el sexo por otro?. Y a?ade: ?A veces se dan infelicidades dobles por este asunto, y ambos se buscan el amante que llene ese vac¨ªo?.
?Deber¨ªa dejarle?
Sobre si es conveniente romper una relaci¨®n de este tipo o no, los expertos coinciden en que no hay recetas m¨¢gicas ni universales. ?Lo de resignarse o no es una decisi¨®n extremadamente dif¨ªcil de tomar?, explica Ca?amares, ?porque nada te garantiza que en el futuro vayas a encontrar a otra persona que te da todo lo bueno que te da tu pareja actual y, adem¨¢s, el sexo. A lo mejor te quedas sin nada, como en un juego de cartas en que haces una apuesta muy alta y pierdes?. Estamos hablando de un supuesto en el que la otra persona sea (pr¨¢cticamente) perfecta en lo dem¨¢s. Brinda afecto, escucha, comprensi¨®n, diversi¨®n, compa?¨ªa y estabilidad emocional, social y econ¨®mica. Retomando la analog¨ªa de las calificaciones, prosigue el sex¨®logo, cuando no llegamos al Sobresaliente pero tenemos el Aprobado, lo de decidir si nos compensa es una decisi¨®n en la que los consejos y opiniones de los dem¨¢s deben pesar menos que el convencimiento de cada persona. ?Eso s¨ª, no es lo mismo que esto pase a los 60 a?os que a los 25. Yo no recomendar¨ªa que nadie se resignara con una sexualidad que no es la que le gusta si se es joven y no hay ataduras como, por ejemplo, hijos en com¨²n¡ Si son personas j¨®venes e independientes, yo s¨ª he llegado a recomendar en consulta que hagan de tripas coraz¨®n, rompan sanamente con esa pareja y busquen a otra persona que tambi¨¦n les llene sexualmente, pero en general no me atrevo a pronunciarme porque, ante esta perspectiva, la decisi¨®n es de cada uno?.
Hay otro matiz importante en el que tambi¨¦n coinciden los especialistas: esta situaci¨®n es mucho m¨¢s frecuente de lo que se podr¨ªa suponer, aunque muy pocas personas hablan de ello. Es decir, si ya de por s¨ª siempre la comparaci¨®n con otras relaciones es da?ina, innecesaria y subjetiva, en este caso conviene recordar adem¨¢s que es f¨¢cil que esas parejas ideales con los que te est¨¢s comparando quiz¨¢ no lo sean tanto. En otras palabras, si est¨¢s haciendo una lista de pros y contras, no pongas en la balanza lo bien que est¨¢n otras personas porque posiblemente tambi¨¦n est¨¦n escondiendo alg¨²n tipo de renuncia (y este consejo no es solo aplicable a este asunto).
Consecuencias de la resignaci¨®n
?El precio es lo que pagas. El valor es lo que recibes?. Una de las citas m¨¢s c¨¦lebres de Warren Buffett es tan v¨¢lida para el capitalismo como para las parejas felices-pero-sexualmente-incompatibles. El valor que recibes en la transacci¨®n es afecto y seguridad. El precio que pagas a cambio no es peque?o. Para empezar, lo m¨¢s normal es que el sexo pase de mediocre a ser inexistente. ?Est¨¢ claro es que, aunque al principio esto le pase solo a una de las dos personas, a la larga se convierte en un problema para los dos. Porque, cuando uno sabe que no va a encontrar satisfacci¨®n, no va con ¨¢nimo a la cama y dejar¨¢ de buscar al otro. Antes o despu¨¦s, ninguno estar¨¢ satisfecho?, vaticina Ca?amares.
Publicado en The Journal of Sex Research, un estudio avala esta reflexi¨®n: analizados 22 hombres y 55 mujeres heterosexuales en relaciones de larga duraci¨®n, se comprob¨® que cuando el sexo era satisfactorio, lo habitual era buscarlo y repetir, es decir, tanto hombres como mujeres se convert¨ªan en ?iniciadores? de un nuevo encuentro. En cambio, cuando las relaciones eran insatisfactorias, al principio, una de las dos partes actuaba como ?iniciador o iniciadora?, pero se encontraba a menudo con negativas y excusas de su pareja. Con el tiempo, ante la sensaci¨®n de rechazo, es@s ?iniciador@s? dejaban de buscar a su pareja.
Llegados a esa fase, prosigue el sex¨®logo, ?es f¨¢cil que se produzcan much¨ªsimas infidelidades, consensuadas o no, dobles o no?. Pero tambi¨¦n hay otro precio que se puede llegar a pagar, m¨¢s desconocido y menos evidente. ?Estar en una relaci¨®n en la que el sexo no nos satisface es a veces detonante de muchos problemas de obesidad y adicciones, porque si una persona no tiene sexo durante mucho tiempo puede acabar, inconscientemente, buscando otros placeres para compensar. Si se abusa del alcohol el riesgo puede ser el alcoholismo y si se recurre a la comida, la obesidad, por poner unos ejemplos?. Un equipo de la Universidad de Georgia (el mismo que descubri¨® que al menos 15 de cada cien parejas consolidadas no practican sexo regularmente) desvel¨® en un estudio que quienes viven en un celibato involuntario por la causa que fuera, ya sean heterosexuales, bisexuales, homosexuales o transexuales, reportan sentimientos que van de la frustraci¨®n a la depresi¨®n severa. El precio, en definitiva, es cu¨¢nto de nuestro estado mental estamos dispuestos a sacrificar por nuestro estado civil.
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