Por qu¨¦ no deber¨ªa obsesionarte la cantidad de sexo que practicas
Cantidad m¨¢s que calidad. El ¨¦xito sexual se miden en t¨¦rminos cuantitativos, pero ?qu¨¦ pasar¨ªa si reverti¨¦ramos la f¨®rmula, libre de comparaciones, y nos pregunt¨¢ramos de verdad a qu¨¦ responde nuestra satisfacci¨®n sexual?
Parejas preocupadas porque no tienen tantas relaciones sexuales como antes o la idea de que no pase ni un mes de solter¨ªa sin conquistas ¨ªntimas. La cantidad de sexo que practicamos con otros se usa como baremo de ¨¦xito, bienestar en la pareja y satisfacci¨®n sexual. Investigaciones que ponen el foco en la frecuencia son la norma a la hora de estudiarlo, como la que realizaron desde las Universidades de California y Florida State, que establece que lo ideal es tenerlas cada 48 horas, u otras como la del Instituto Kinsey, que subraya que la edad es un factor determinante en el n¨²mero de veces que lo hacemos -el grupo m¨¢s activo ser¨ªa el de entre 18 y 29 a?os, con una media de dos encuentros sexuales por semana-. ?Y si estuvi¨¦ramos enfocando la cuesti¨®n de forma err¨®nea??¡°Seg¨²n su entorno, educaci¨®n y cultura, cada uno tiene una idea cuantitativa, y no cualitativa, de c¨®mo deber¨ªan ser las relaciones sexuales (no tanto en si deben ser buenas o c¨®mo son)¡±, cuenta la sex¨®loga feminista Sonia Encinas a S Moda. Una preocupaci¨®n que, se?ala, ¡°no observo solo en mi ¨¢mbito profesional, sino que tambi¨¦n est¨¢ presente en mi entorno¡±.
¡°Vivimos en una sociedad hipersexualidaza y del rendimiento. Tenemos que rendir en el trabajo y en todos los aspectos de nuestra vida, incluido el sexo¡±, explica Carme S¨¢nchez, psic¨®loga cl¨ªnica y sex¨®loga del centro Vigora (Barcelona). ¡°Se valora cu¨¢nto sexo debemos tener incluso por encima del deseo sexual y de las ganas que una persona tenga¡±. Esa idea del sexo como algo m¨¢s que a?adir a la infinita lista de quehaceres acaba por quemarnos como lo hace el trabajo. ¡°Hay tantas obligaciones de ocio, entre las que se ha incluido el sexo, que cuando la pareja llega al fin de semana -a menudo se relega a este momento la pr¨¢ctica porque entre semana estamos demasiado cansados o pr¨¢cticamente no coincidimos con la pareja o hay lugar para citas- hay demasiadas cosas que hacer¡±, se?ala S¨¢nchez.
Tener relaciones y c¨®mo sean estas va a depender de infinidad de factores. ¡°Desde si se toman o no anticonceptivos, que inhiben el deseo sexual, a la dificultad de coincidir en un estado de deseo similar al de la pareja sexual, el estr¨¦s, que es el enemigo n¨²mero uno de nuestra sexualidad (si estoy preocupada por salario precario, por ejemplo), hasta lo que comemos, c¨®mo nos cuidamos y percibimos a nosotras mismas. O el contexto sociocultural, la educaci¨®n¡ Eso de que somos solo hormonas con patas es una gran mentira. Influyen multitud de circunstancias y lo cierto es que estamos en un ambiente bastante hostil para la pr¨¢ctica sexual¡±, plantea Encinas.
A pesar de ello, las exigencias sobre tenerlo son fuertes. La comparaci¨®n con la cantidad de sexo que otros dicen tener -ambas expertas coinciden en que habitualmente se miente al respecto- y la asimilaci¨®n generalizada de que cuanto m¨¢s, mejor, pesan. Carme S¨¢nchez cuenta una an¨¦cdota con dos pacientes que acudieron a su consulta se?alando que ten¨ªan un problema con sus relaciones sexuales. La preocupaci¨®n era que ¡°lo hac¨ªan poco. Los atend¨ª juntos y tambi¨¦n por separado y los dos llegaban a la misma conclusi¨®n: estaban satisfechos y no ten¨ªan problema con sus relaciones, pero si se comparaban con sus amistades (o con lo que dec¨ªan sus amistades), se preocupaban¡±. La idea de c¨®mo es el sexo que deber¨ªamos practicar y en qu¨¦ medida ¡°genera mucha frustraci¨®n¡±, reconoce Sonia Encinas, que se?ala adem¨¢s la diferencia entre c¨®mo se juzga al respecto a hombres y mujeres. ¡°En el caso de ellos, sobre todo si est¨¢n solteros, se usa esa cantidad m¨¢s como algo de lo que alardear, en el de ellas se mide siempre m¨¢s en el ¨¢mbito de la pareja. Si un hombre que no tiene compromiso sentimental tiene una vida sexual muy activa, se le considera exitoso. A la mujer, se la tacha de promiscua¡±.
La eterna creencia de que sexo es igual a penetraci¨®n es otro de los impedimentos a la hora de concebir la actividad sexual propia como plena. ¡°La educaci¨®n sexual que recibimos es nula, m¨¢s bien negativa (educastracci¨®n). Se nos ense?a que cualquier otra pr¨¢ctica que no sea coito no es sexo de verdad. Esto lleva a que muchas mujeres que, por ejemplo, no tienen orgasmos en pareja pero s¨ª consigo mismas a trav¨¦s de la masturbaci¨®n, sientan que su vida sexual est¨¢ incompleta¡±, se?ala Encinas. ¡°Muchas mujeres dicen que los orgasmos m¨¢s intenso los tienen solas y no en pareja¡±, comparte Carme S¨¢nchez. ¡°En las relaciones sexuales entra en juego la afectividad (que no necesariamente se traduce por sentimientos hacia la otra persona), que s¨ª puede aportar ese plus a la hora de sentirse satisfecho en el plano sexual. Pero las posibilidades de encontrar placer son muy amplias, incluso compartir un rato de caricias y besos puede resultar muy satisfactorio¡±.
Perpetuar esa idea de que necesitamos tener un m¨ªnimo de relaciones sexuales es, seg¨²n Sonia Encinas, ¡°una locura absoluta. No es m¨¢s que un medidor de frustraciones m¨¢s grande todav¨ªa y los datos que se aportan suelen estar alejados de la realidad. Hay tantas sexualidades como personas hay en el mundo¡±. Donde unos pueden necesitar o disfrutar de tener relaciones casi a diario, otros pueden encontrar la felicidad con un encuentro sexual a la semana. La tendencia, cada vez m¨¢s y de la mano de la mayor conciencia feminista, es ¡°aplicar la mirada cualitativa¡±. Una idea que tambi¨¦n sostiene Carme S¨¢nchez, el ejemplo que aporta sobre la relatividad a la hora de poner en valor la sexualidad es claro: ¡°Hay estudios que dicen que cuando el sexo funciona se le da una importancia dentro de la relaci¨®n de pareja del 30%. Si no funciona,? del 70%¡±.
?C¨®mo valorar si estamos satisfechos con nuestra vida sexual? ¡°El primer paso es hacernos la pregunta¡±, dice Encinas. ¡°Reflexionar sobre qu¨¦ me satisface, qu¨¦ aspectos me gustan de mi sexualidad. Si me siento satisfecha no significa que me tenga que quedar ah¨ª, puedo seguir probando y variando cosas¡±. Si la pregunta se ampl¨ªa al plano de la pareja, Carme S¨¢nchez recalca la importancia de la comunicaci¨®n sexual entre ambos. ¡°Es un tema a abordar tan natural como d¨®nde se va a ir de vacaciones. Una negociaci¨®n que a veces se tiene que dar del mismo modo en que se discute si hacer planes con unos u otros amigos. A veces se percibe que hablarlo en pareja es como destapar la caja de pandora, pero en caso de que as¨ª sea, cuanto antes se destape, mejor. Es una conversaci¨®n importante dentro del proceso de adaptaci¨®n y conocimiento de lo que le gusta al otro?, concluye.
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