Brujas m¨¢s amables, pero m¨¢s conscientes: ?necesit¨¢bamos esta versi¨®n de ¡®J¨®venes y Brujas¡¯?
Le falta oscuridad y la oda a la marginalidad que ten¨ªa la versi¨®n de los 90, pero no puedo evitar sentir simpat¨ªa por una pel¨ªcula que habla a los espectadores m¨¢s j¨®venes con tanta franqueza y afilada intenci¨®n cr¨ªtica sobre patriarcado, machismo y consentimiento.
?Era necesaria una nueva versi¨®n de J¨®venes y brujas? Pues igual no. Pero la realidad es que existe y vale la pena cuidarla, incluso sabiendo que es imperfecta. Escrito y dirigido por la cineasta Zoe Lister-Jones, este h¨ªbrido de remake y secuela del t¨ªtulo de culto de los 90 sobre cuatro amigas que se descubren brujas es el tipo de pel¨ªcula que me genera conflictos como cr¨ªtica.
He pasado a?os rechazando la etiqueta ¡°pel¨ªcula necesaria¡±, hasta ri¨¦ndome de ella, pero de un tiempo a esta parte soy incapaz de infravalorar la utilidad de determinadas pel¨ªculas, incapaz de despreciar la eficacia de ciertos mensajes. En este caso me pasa incluso sabiendo que el origen del proyecto no es del todo honesto. Esta pel¨ªcula ni es perfecta ni es, en realidad, para m¨ª: es una propuesta destinada a un p¨²blico adolescente. Muy adolescente, de hecho: no cometamos el error de exigirle la oscuridad de la pel¨ªcula de Andrew Fleming (adem¨¢s, esa ya existe, ah¨ª est¨¢ para revisarla cuando queramos), nacida de unos tiempos infinitamente m¨¢s laxos y atrevidos a la hora de introducir lo siniestro, lo perverso y lo ambiguo en el cine comercial. Pero, pese a sus imperfecciones (y haciendo la vista gorda al plan estrat¨¦gico de sus productores), la nueva J¨®venes y brujas es irresistiblemente eficaz y cumple de maravilla su funci¨®n.
Ambientada en el presente, es una producci¨®n de Blumhouse, compa?¨ªa que lleva un par de a?os intentando compensar unas desafortunadas (y controvertidas) declaraciones de Jason Blum, su fundador, en las que justificaba as¨ª la ausencia de directoras en sus producciones: ¡°No hay muchas directoras, y a¨²n menos con inclinaci¨®n por el terror¡±. Desde entonces, superada la bronca y formulada la disculpa, va poni¨¦ndose las pilas a su ritmo pero no sin cierta desesperaci¨®n.
La primera prueba de su arrepentimiento y de su decisi¨®n de aceptar de una vez por todas que las mujeres pintan, m¨¢s que nunca, en el cine de terror fue Navidad sangrienta (2019), donde intent¨® con muy poca suerte releer en clave feminista el slasher fundacional Black Christmas (1974). Pese al oficio de su directora, Sophia Takal, aquella pel¨ªcula se sent¨ªa estrat¨¦gica, deshonesta y forzada en su discurso reivindicativo. Ten¨ªa algo de ensayo torpe de c¨®mo producir terror dirigido por mujeres, conectado a la realidad y atento a un (gracias a dios) cambio de coyuntura que tambi¨¦n hab¨ªa que abrazar desde el g¨¦nero¡ y que algunas cineastas estaban haciendo de maravilla. J¨®venes y brujas ten¨ªa pinta de ser exactamente lo mismo, otra tentativa desesperada de Blumhouse para demostrar que tanto las directoras como los discursos cr¨ªticos y reivindicativos estaban en su radar. Obsesionada con J¨®venes y brujas de 1996, admito que recib¨ª el tr¨¢iler como un jarro de agua fr¨ªa. ??Qu¨¦ es esto tan ?o?o?! ??Por qu¨¦ hay lucecitas?! ??Por qu¨¦ la magia parecen filtros de Instagram?! Pero, al verla, no pude evitar experimentar un cari?o inmenso por la pel¨ªcula de Zoe Lister-Jones, porque siento que es m¨¢s suya que de Blumhouse¡ aunque en el p¨®ster ponga Blumhose J¨®venes y brujas.
El filme de Andrew Fleming es extraordinario, y se avanz¨® a los tiempos de una forma ins¨®lita. En su momento me cegaron tres cosas. Una, su oda a la marginalidad, su conversi¨®n de los personajes inadaptados en los protagonistas. A esas cuatro chicas les iba fatal pero eran lo m¨¢ximo. Otra, su transformaci¨®n en magia de los miedos y los conflictos de las chicas. Y una tercera, Fairuza Balk y sus estilismos: muchas nos enamoramos de ella. Pero no supe ver lo m¨¢s importante, lo que la hac¨ªa ins¨®lita y ex¨®tica en su momento: su defensa a toda costa de la amistad entre chicas y de la necesidad de hacer frente com¨²n contra los males y las injusticias, muchos de ellos end¨¦micos, que compart¨ªamos.
La pel¨ªcula de Zoe Lister-Jones carece de la oscuridad de su modelo. Tambi¨¦n de su ambig¨¹edad: una de las cosas m¨¢s bonitas de la pel¨ªcula de 1996 es lo profundamente contradictorias que son las cuatro chicas protagonistas, algo que las hace ser cre¨ªbles y estar vivas. Y le falta, sobre todo, el poso de dolor y de tristeza de aquella, que abordaba de una forma muy adulta y muy directa asuntos tan serios como los traumas, la disfuncionalidad familiar, el racismo, el acoso o los abusos. No negar¨¦ que la nueva J¨®venes y brujas es la versi¨®n descafeinada de la anterior. Es m¨¢s sencilla, m¨¢s transparente y menos arriesgada en su forma de abordar (algunos de los) temas de su precedente. Pero, aunque tienda a estar a la gre?a con el cine de la obviedad (de ah¨ª tambi¨¦n el conflicto como cr¨ªtica que confesaba al principio del art¨ªculo), con un cine excesivamente explicativo y sin misterio, en este caso no puedo evitar sentir simpat¨ªa por una pel¨ªcula que le habla a los espectadores m¨¢s j¨®venes con tanta franqueza y afilada intenci¨®n cr¨ªtica sobre patriarcado (representado en la familia de hombres que lidera el novio de la madre de la protagonista), machismo, sexismo o consentimiento. Creo que aqu¨ª esa obviedad es ¨²til. Como lo es potenciar esa idea que se me escap¨® al ver en su momento la pel¨ªcula de Fleming y que aqu¨ª est¨¢ en primer plano: la camarader¨ªa y la comprensi¨®n entre chicas como ¨²nica v¨ªa posible para hacer el aquelarre con el que acabar con lo que nos hace da?o.
*Desir¨¦e de Fez es periodista y cr¨ªtica de cine. Dirige el podcast sobre cine de terror ¡®Marea Nocturna¡® en Radio Primavera Sound y acaba de publicar ¡®Reina del grito: un viaje por los miedos femeninos¡® (Blackie Books)
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