Stella Tennant: su castillo y su pr¨ªncipe
La top inglesa y su marido David Lasnet han hecho de un castillo escoc¨¦s un hogar en el que todo est¨¢ destinado al disfrute de su numerosa familia.
Algunos hombres lo tienen todo: una mujer top model, un castillo en el campo y una pista de skate cubierta. Este caballero tocado por la diosa Fortuna no es otro que David Lasnet, el marido de Stella Tennant. Tras recibir una invitaci¨®n del matrimonio, tom¨¦ el tren con mis dos hijos dispuesto a descubrir c¨®mo vive una de las familias m¨¢s envidiadas del Reino Unido. Al llegar a la estaci¨®n, Stella nos estaba esperando en su coche. No fue largo el trayecto hasta su casa, un castillo del siglo XVIII en Edrom, uno de los pueblos de la regi¨®n de los Borders de Escocia. David aguardaba, cerca de la escalera de entrada, subido en un tractor con el que jugaba a realizar peque?as curvas. ?Estaba transportando troncos? No, en realidad cargaba todo lo necesario para celebrar un picnic en su gran parcela. El jard¨ªn silvestre que rodea el lago fue el lugar escogido para comer. La familia Lasnet al completo, con sus cuatro hijos ¨CMarcel, de 13; Cecily, de 11; Jasmine, de 9, e Iris, de 6¨C, nos present¨® a sus otros invitados, unos viejos amigos de Chile que tambi¨¦n asistieron con sus hijos. Un total de nueve ni?os menores de 13 a?os comenzaron a gritar por el jard¨ªn como si se conocieran de siempre. La pareja hab¨ªa encendido una peque?a fogata. Junto a ella, Stella hab¨ªa extendido una alfombra de tart¨¢n sobre la que los m¨¢s peque?os practicaban volteretas. Los adultos los observ¨¢bamos relajados mientras prob¨¢bamos la fritura de risotto envuelta en bacon que nos hab¨ªan preparado. Algunos ni?os comenzaron a explorar el lugar; unos se subieron a una vieja barca con la intenci¨®n de cruzar el lago; dos se fueron a recoger frambuesas; otros treparon hasta la casa de madera que David ha construido en la copa de un ¨¢rbol, mientras que el resto prefer¨ªa saltar sobre una cama el¨¢stica.
La pareja dej¨® Nueva York hace 10 a?os. ?l se sent¨ªa insatisfecho con su trabajo como fot¨®grafo de moda y ella pens¨® en Edrom como nueva residencia. ?Me cri¨¦ muy cerca de aqu¨ª?, recuerda Stella, por lo que sab¨ªa que era el espacio ideal para que sus hijos crecieran. Encontraron su casa en perfecto estado, pese a que es una construcci¨®n de 1740. En su interior se conservaban intactas las molduras de escayola y las chimeneas. Apenas fue necesario hacer reformas. Salvo un detalle, s¨ªntoma del conocido s¨ªndrome de Peter Pan de Lasnet: una pista de skate cubierta que ha habilitado en el s¨®tano. Aunque acaba de cumplir 40 a?os, confiesa aficiones de adolescente y viste como tal: sudadera, gafas de pasta propias de un inform¨¢tico y bronceado de surfero.?
La mayor¨ªa de las obras de arte que decoran las paredes est¨¢n firmadas por Lady Emma Cavendish, la madre de Stella. Este nuevo hogar oblig¨® a David a reinventarse como contable, un trabajo que no le satisfizo, as¨ª que pronto se recicl¨® como oste¨®pata. Por su parte, Stella contin¨²a firmando campa?as y realizando desfiles, toda una excepci¨®n en el mundo de la moda para una mujer nacida en 1970. Con su aristocr¨¢tica androginia ¨Cheredada de su padre, Tobias William Tennant, hijo del segundo bar¨®n Glenconner¨C, Stella parec¨ªa desfilar con naturalidad mientras atravesaba el jard¨ªn, cargada de verduras con las que acompa?ar el estofado de chorizo que hab¨ªa preparado para los 14 invitados. Lasnet observaba la escena orgulloso, ya que para ¨¦l este n¨²cleo familiar es su gran ¨¦xito personal. El exfot¨®grafo creci¨® en Par¨ªs, hijo ¨²nico de un matrimonio con el que apenas tiene contacto. ?Mis padres se criaron en la posguerra y con el estallido de la revoluci¨®n sexual de 1968 comenzaron a dudar sobre sus propios principios: la pasividad y la estricta moral calvinista?. Lasnet fue un adolescente atormentado que pasaba los d¨ªas patinando en Trocadero. Se inscribi¨® en la escuela de Cine, estudios que compaginaba con un trabajo en un laboratorio fotogr¨¢fico como calibrador de color. Un d¨ªa, mientras tomaba un caf¨¦ en el Barrio Latino coincidi¨® con Mario Testino, quien le propuso que posara para ¨¦l. ?Le dije: ¡°No estoy muy interesado en estar delante de una c¨¢mara, pero s¨ª necesito un trabajo¡±?. Testino lo contrat¨® como asistente. ?Y all¨ª conoc¨ª a Stella. Ella me salv¨®. De los 18 a los 20 a?os pas¨¦ una dura depresi¨®n, pero su llegada hizo que construy¨¦ramos esta vida maravillosa?. Si se le pregunta por el secreto de su relaci¨®n, ¨¦l contesta con sencilla l¨®gica: ?Los dos queremos que funcione?.?
? Alexis Armanet (2011) The New York Times Syndicate
? Alexis Armanet (2011) The New York Times Syndicate
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