Los 11 momentos m¨¢s ¡®tr¨®spidos¡¯ de la pel¨ªcula de Harry y Meghan Markle

El list¨®n estaba alto. Superar lo que en 2010 supuso en nuestro pa¨ªs el estreno de Felipe y Letizia: deber y querer, aquel telefilme de Telecinco que arrancaba con el por entonces pr¨ªncipe practicando k¨¢rate y el monarca desayunando en ch¨¢ndal de Decathlon, se antojaba imposible. Pero pecamos de soberbios. Con motivo del inminente enlace del pr¨ªncipe Harry y Meghan Markle, Antena 3 ha emitido el telefilme Harry y Meghan: Un romance real, cuyo estreno este 13 de mayo en Estados Unidos provoc¨® una riada de comentarios en redes sociales debido a lo ¡®tr¨®spido¡¯ de su desarrollo. No es para menos. Una reencarnaci¨®n en le¨®n, un disfraz de rana y Kate Middleton dibujada como la antagonista del apasionado romance son algunos de los momentos m¨¢s esperp¨¦nticos de esta edulcorad¨ªsima recreaci¨®n de los hechos. Aqu¨ª los recogemos todos:

1. La llamada de la sabana

La pel¨ªcula empieza con sendos flashbacks de la infancia del pr¨ªncipe Harry y Meghan Markle. El primero, de safari en Botswana tras asistir al funeral de su madre, tiene un inoportuno berrinche en mitad de la sabana que le hace huir y toparse segundos despu¨¦s con un imponente le¨®n que, mira t¨², andaba por ah¨ª. Un m¨ªstico intercambio de miradas tiene lugar entre ellos, lo que lleva al ni?o a desviar la escopeta de su padre cuando se dispon¨ªa a disparar al animal. Adem¨¢s de que el mismo pr¨ªncipe confiesa luego que El rey le¨®n es su filme favorito, este fetichismo felino tendr¨¢ un papel clave en la trama. Por otro lado, vemos a una joven Meghan protestando por el contenido sexista del anuncio de una marca de jab¨®n en televisi¨®n. El padre, que est¨¢ fregando los platos y bastante l¨ªo tiene ¨¦l ya con su vida, la despacha d¨¢ndole un boli y anim¨¢ndola a escribir sus pensamientos.

2. Porque ella es fuerte e independiente, dej¨¦moslo claro

Meghan Markle (interpretada con detalle por Parisa Fitz-Henley) cuenta con varias secuencias dedicadas a dejar claro sus ideales feministas. Adem¨¢s de corregir micromachismos durante el rodaje de Suits, la serie en la que trabajaba, tambi¨¦n la vemos pronunciar una de las frases que m¨¢s han trascendido de ella desde que se convirtiera en celebridad: ¡°Ocuparse menos de las zapatillas de cristal y m¨¢s de empujar los techos de cristal¡±. A partir de aqu¨ª, avisa en diferentes ocasiones que nunca dejar¨¢ su carrera o su blog para formar parte de la familia real. Alerta spoiler: los dejar¨¢.

3. La fiesta

En un alarde de originalidad, la primera toma de contacto del espectador con el Harry adulto (Murray Fraser) tiene lugar en una discoteca. Por si alguien no recordaba del pasado fiestero del pr¨ªncipe, disfraz nazi incluido, aqu¨ª se encargan de refrescarlo con un monarca propenso a bailar pegado y a derramar champ¨¢n sobre los presentes cual piloto de F¨®rmula 1. La factura de la tintorer¨ªa, ya si luego tal¡­

4. William, ?por qu¨¦?

¡°?Qui¨¦n reemplaz¨® al pr¨ªncipe William por este contable de Ohio de 43 a?os?, se preguntaba una periodista estadounidense en Twitter. El duque de Cambridge es quien peor parado sale en el casting de Un romance real. Si lo comparamos con el actor elegido para interpretarlo en su propio telefilme, William & Kate, solo cabe pensar en una calculada vendetta de los responsables de la pel¨ªcula hacia su persona.

5. Kate Middleton, una villana

La comprensi¨®n con la que la serie trata a sus personajes principales excluye por completo a la duquesa de Cambridge. Es representada como una mujer estirada y tradicionalista, oponi¨¦ndose inicialmente al romance de Harry y Meghan. ¡°A su lado, Wallis Simpson es Judi Dench¡±, afirma. Cualquiera dir¨ªa que hablamos de una licenciada en Historia del arte de 36 a?os al comprobar como reprueba la relaci¨®n argumentando que Markle es americana, divorciada y, atenci¨®n, tiene una madre negra. Un hecho que le parecer¨¢ genial a la ficticia reina Isabel II pero no a la plebeya Middleton. Tampoco aprueba que la actriz exprese ante los medios sus ideas pol¨ªticas. Cuando Harry le explica que su novia es norteamericana, esta se limita a responder:

¨C ?Oh! Son tan¡­ ruidosos.

No conoce a los espa?oles entonces.

6. La t¨ªpica escapadita a Botswana

El primer encuentro de la pareja es una cita a ciegas organizada por una amiga en com¨²n. Esa empieza mal. El pr¨ªncipe llega 40 minutos tarde (est¨¢ feo, Harry), pero consiguen remontar y la charla se extiende hasta la ma?ana del d¨ªa siguiente. Nadie piensa en los trabajadores de la hosteler¨ªa hoy en d¨ªa. En la segunda cita, el rebelde de la monarqu¨ªa decide llev¨¢rsela a Botswana, en un movimiento algo perturbador para cualquiera que solo haya compartido una cena previamente. El episodio servir¨¢ para presumir de fotograf¨ªa (se besan mientras el sol se pone en la sabana), su primer encuentro sexual y una confesi¨®n de Harry: crey¨® ver el esp¨ªritu de su madre en un le¨®n. Se oyen rugidos, pero no por el sexo. Cuando Meghan comenta las peculiaridades de ser hija de una mujer negra y un hombre blanco en Estados Unidos, Harry lo cree equiparable a ser pelirrojo en Gran Breta?a, regal¨¢ndonos chistes tan hilarantes como este:

¨C ?Por qu¨¦ las pel¨ªculas de Harry Potter son tan fant¨¢sticas?
¨C ?Por qu¨¦?
¨C Porque un ni?o pelirrojo tiene dos amigos.

7. La rana y Hillary Clinton

Los guionistas deciden apostarlo todo en la ruleta del rid¨ªculo. El amigo Harry, muy liberado de agenda y muy dado a cruzar el oc¨¦ano, sorprende a su chica en el set de rodaje la misma noche en la que se celebra una fiesta de disfraces. A ¨¦l le encuentran un total look de rana y ella apuesta por una careta con la cara de Hillary Clinton. Aunque es p¨²blico que Harry y Meghan han pasado alg¨²n Halloween juntos, el ¨²nico viso de realidad en este delirio es que Markle apoy¨® p¨²blicamente a Clinton durante la campa?a. En otro movimiento inteligente, Harry se levanta la m¨¢scara para pedir en la barra, siendo reconocido al instante por los t¨ªpicos borrachos de bar. Borrachos de bar y republicanos, al parecer, ya que no dudan en sugerirle que ¡°su abuela puede besarles el culo¡±. La situaci¨®n se enturbia, las c¨¢maras de los m¨®viles empiezan a disparar y la pareja se hace p¨²blica. Boom. Liada.

8. Los paparazzis zombis y un funeral en Youtube

Una horda de fot¨®grafos se agolpa en los ventanales de la casa de Markle. Ella, aterrorizada, corre las cortinas en una escena digna de La noche de los muertos vivientes. Harry intenta parar el acoso con un comunicado (true story) y la Markle ficticia no se toma bien una defensa tan paternalista. Crisis al canto. ?C¨®mo se solucionan las cosas? Con m¨¢s locura, claro. La madre le pone a su hija un v¨ªdeo en el port¨¢til del funeral de Diana de Gales, en el que se aprecia al peque?o Harry caminando tras el ata¨²d de su madre. ¡°Eso es presi¨®n y no lo tuyo, ni?a¡±, parece decirle. No sabemos por qu¨¦, pero funciona. Meghan recapacita y, calcando la secuencia m¨¢s repetida de la historia de la comedia rom¨¢ntica, sale a toda prisa hacia el aeropuerto para detener el avi¨®n que se llevar¨¢ a Harry para siempre. Por un pelo, pero lo consigue. Beso. La c¨¢mara gira a su alrededor. God save the Queen.

9. Las cortesanas chungas

Uno de los personajes m¨¢s incre¨ªbles del filme es Bella, una compiyogui imaginaria de Harry y la familia real brit¨¢nica cuya misi¨®n en la pel¨ªcula es sintetizar cual tuitero todas las cr¨ªticas recibidas por Markle a lo largo de los a?os. Cuando la actriz llega a palacio, esta desagradable se?ora se encarga de dejarle claro que no pertenece a ese mundo y que empieza a pas¨¢rsele el arroz. Harry tambi¨¦n se enfrenta a una situaci¨®n parecida en la boda de Pippa Middleton (atenci¨®n, se culpabiliza a Kate de la ausencia de Meghan en la misma), top¨¢ndose con las t¨ªpicas parientes lejanas que no est¨¢n acostumbradas a beber. El pr¨ªncipe reprocha a una de ellas lleve un broche con una imagen de la Inglaterra colonial y esta, rebrincada, le contesta que ¡°su relaci¨®n es una desgracia para el pa¨ªs¡±. Las barras libres las carga el diablo.

10. El retorno del le¨®n

La edad, el reloj biol¨®gico, el futuro de su carrera interpretativa¡­ Meghan sigue sin tenerlo claro y ya llevamos m¨¢s de una hora de pel¨ªcula. Harry, que hasta ahora ha mantenido la marianista?postura del ¡°ya se solucionar¨¢ solo¡±, empieza a agriarse seg¨²n se acerca el 20 aniversario de la muerte de su madre. Ambos vuelven a Botswana y tras otra discusi¨®n¡­ ?el le¨®n! A estas alturas, la met¨¢fora de que el pr¨ªncipe ve reencarnada a su madre en el animal es cristalina. Elton John tiene material para publicar todo un EP. La pareja se reconcilia y avanza hasta la siguiente pantalla.

11. El jefe final de la partida: Isabel II.

Para empezar, a la reina no le gusta The Crown. ¡°Bien, as¨ª no tendr¨¦ que tirarte en la torre¡±, le dice a Markle al confirmar que ella no trabaja en dicha serie. La monarca es representada como bromista e inclusiva, todo el haterismo lo hab¨ªan cargado antes en Middleton y la troll de la corte. Les da permiso para casarse recordando que ya hubo antes miembros de otras razas en la familia real brit¨¢nica. En la siguiente secuencia, Harry hinca la rodilla para pedirle matrimonio. Lo hace en plena cocina, mientras su futura esposa prepara un pollo asado. Podr¨ªamos hacer todas las bromas imaginables con esta situaci¨®n, pero esto pas¨® de verdad. Lecci¨®n de humildad.

Harry y Meghan: Un romance real, acaba como debe, con un montaje musical recopilatorio de los momentos m¨¢s rom¨¢nticos de la pel¨ªcula y digno de formar parte del cat¨¢logo de videoclips de un karaoke en los noventa. ?Para cu¨¢ndo la pr¨®xima?