?Se ha vuelto James Bond feminista?
¡®Spectre¡¯, la ¨²ltima entrega de la saga 007, dibuja un s¨²per agente m¨¢s a favor de la igualdad de sexos, muy diferente al de las primeras pel¨ªculas.
Cuando la actriz Judi Dench, que da vida a M, la cabeza del M16 ¨Cel Servicio de Inteligencia del Reino Unido¨C en GoldenEye (1995), le dice lo que piensa de ¨¦l al agente 007, su descripci¨®n no puede ser m¨¢s directa y precisa: ¡°Creo que es usted un sexista y mis¨®gino dinosaurio. Una reliquia de la Guerra Fr¨ªa¡±. Toda una reflexi¨®n y autocr¨ªtica que la propia saga se permit¨ªa el lujo de introducir en pantalla, y que abr¨ªa una peque?a senda para un cambio de maneras a la hora de tratar a las damas, por parte del se?or Bond. Aunque su filosof¨ªa del mundo y su idea de d¨®nde procede el mal y c¨®mo eliminarlo, todav¨ªa permanezca un poco anclada en los maniqueos a?os 60, no hay que ser tan severos con el h¨¦roe de cortes de chaqueta impecables. Su fren¨¦tica actividad no le permite leer los peri¨®dicos ni estar al d¨ªa en cuestiones de pol¨ªtica internacional.
En lo que el superagente no ha tenido m¨¢s remedio que ir adapt¨¢ndose a los tiempos ¨Csi no quer¨ªa perder su p¨²blico femenino, por eso de que, seg¨²n las encuestas, las mujeres son las que deciden qu¨¦ pel¨ªcula se va a ver al cine¨C es en ir adoptando una actitud menos machista o, por lo menos, disimularla en la medida de lo posible, desde la era Sean Connery, en la que las mujeres eran meros objetos decorativos con limitada actividad cerebral. Entonces abundaban los di¨¢logos que hac¨ªan referencia a la conocida frivolidad femenina. ¡°Cuidado con el esmalte de tus u?as¡±, le dice Bond a una de sus chicas cuando el mundo est¨¢ a punto de saltar por los aires-; o los que dejaban patente la eterna relaci¨®n entre la poca capacidad intelectual y el tono claro del cabello: ¡°Es una charla de hombres, cari?o. Ve a dar una vuelta¡±, aconseja 007 a una rubia platino con pinta de no ser, precisamente, Einstein. Las bofetadas y palmadas ¡°cari?osas¡± en el culo, eran tambi¨¦n bastante frecuentes entre las f¨¦minas de los primeros tiempos de la saga. Los a?os que popularizaron el t¨¦rmino chica Bond, como cuando las mujeres casadas perd¨ªan su nombre y pasaban a ser ¡°se?ora de¡±.
Mucho ha cambiado el papel de las mujeres en las pel¨ªculas de James Bond.
Cordon Press
Tras Connery, Roger Moore continu¨® siendo un irresistible y seductor mis¨®gino, aunque con mejores modales, ya que los malos tratos empezaron a remitir en la pantalla, y con Pierce Brosnan se intent¨® humanizar m¨¢s al personaje, que incluso tuvo que acatar las ¨®rdenes de una mujer que era su superior.
La llegada de Daniel Craig a la saga y sus pel¨ªculas, especialmente las dos ¨²ltimas, han hecho que algunos se pregunten, alarmados, si el s¨²peragente est¨¢ perdiendo testosterona; mientras otros aplaudan una actitud m¨¢s a favor de la igualdad de los sexos. Algo que sin duda tiene que ver con la vida privada del actor que interpreta al s¨²per h¨¦roe. Porque, aunque nuestra cabeza est¨¦ perfectamente capacitada para discernir entre lo que ocurre dentro de la pantalla y lo que pasa fuera de ella, otras partes de nuestro cuerpo tienden a hacer asociaciones de ideas. Craig est¨¢ casado con la actriz Rachel Weisz, inteligente y feminista, y, adem¨¢s, el actor particip¨® caracterizado de Bond, y de mujer, en el v¨ªdeo de WeAreEquals, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que lucha contra la discriminaci¨®n de g¨¦nero. En la cinta, titulada Equals, la voz de Judi Dench pregunta al agente 007 si podemos hablar de igualdad en un mundo en el que las mujeres ganan menos que los hombres, a¨²n desempe?ando el mismo trabajo. Un lugar donde el g¨¦nero femenino es responsable de las dos terceras partes del trabajo mundial, pero solo gana un 10% del capital y posee un 1% de las propiedades. Un escenario donde la promiscuidad masculina y la femenina se miden con distintos baremos y donde las posibilidades de ser v¨ªctima de una agresi¨®n sexual se incrementan enormemente si eres mujer. ¡°?Realmente somos iguales?¡±, acaba preguntando M al superagente.
Judi Dench, un mujer que da ¨®rdenes a Bond.
Cordon Press
La nueva era de chicas Bond
Una de las novedades que la ¨²ltima entrega de Bond presenta, es que por primera vez nuestro seductor se va a la cama con una mujer mayor que ¨¦l ¨CCrag tiene 47 a?os¨C. Lo que convierte a M¨®nica Bellucci, que ha cumplido ya los 51, en la m¨¢s mayor de las chicas Bond. Cuentan que el director de Spectre, Sam Mendes, le coment¨® a Bellucci, ¡°por primera vez en la historia, James Bond va a tener una aventura con una mujer madura. El concepto es revolucionario¡±. Sin embargo, la escena er¨®tica entre el agente y la viuda de un mafioso, papel que interpreta la actriz italiana, es tan breve, que parece hecha para no defraudar a los fans del genuino Bond, el que gustaba de retozar en la cama con bellezas a las que les doblaba la edad.
Las ¨²ltimas chicas Bond de las pel¨ªculas m¨¢s recientes son menos explosivas, morenas y distan mucho del prototipo que inici¨® Ursula Andress en Dr No (1962), la primera pel¨ªcula de la serie. Al parecer, Andress fue elegida sin audici¨®n, tan solo por una fotograf¨ªa que present¨® su marido, y el acento suizo que requer¨ªa su personaje ¨CHoney Ryder¨C fue doblado por Nikki Van Der Zyl, lo que no le impidi¨® ganar el Golgen Globe a la Most-Promising Newcomer, por su papel en la cinta. Andress increment¨® considerablemente las ventas de biquinis de color blanco con cintur¨®n y pos¨® desnuda para Playboy, tres a?os despu¨¦s del estreno.
Monica Bellucci, una mujer madura para James Bond.
Cordon Press
El libro Shaken & Stirred: the feminism of James Bond, de Robert Caplen, analiza el fen¨®meno y su tesis principal es que el arquetipo de las chicas Bond sirvi¨® para reforzar el tradicional rol de la mujer, como arma para combatir los movimientos feministas que florecieron en Estados Unidos en los a?os 60 y 70. Algunos hasta encuentran un cierto paralelismo entre los personajes femeninos y los acontecimientos socio-culturales de la ¨¦poca. Gloria Hendry, la primera chica Bond negra, que respond¨ªa al nombre de Rosie Carver en Vive y deja morir (1973), coincide con al a?o en que la US¡¯s National Black Feminist Organization tiene su primera conferencia. Carver es, en la pel¨ªcula, la primera mujer de color con la que Bond tiene un affaire, una doble agente a la que el h¨¦roe seduce, traiciona y luego mata.
La m¨¢s poderosa de esas mujeres ha sido, sin duda, M, interpretada por Dench en GoldenEye (1995). Por primera vez Bond no solo tiene un jefe del sexo opuesto, sino que tiene que comunicarse con una mujer a la que no puede desnudar y que no cae rendida ante sus encantos. M¨¢s bien todo lo contrario, a M no le cae bien el tipo engre¨ªdo que conserva intacto su peinado tras correr por la cubierta de un cami¨®n en marcha, y no tiene reparos en hac¨¦rselo saber, como se ha podido leer al principio de este art¨ªculo. El personaje de Dench se inspir¨® en el de Stella Rimington que, en la vida real, hab¨ªa sido la primera mujer director general del M15 y que se retir¨® en 1996, a la edad de 61 a?os, tras estar cuatro a?os en el cargo.
En una reciente entrevista de Esquire a Daniel Craig, con motivo del estreno de Spectre, el actor declaraba, ¡°afortunadamente mi Bond no es tan sexista ni mis¨®gino como el de las primeras pel¨ªculas. El mundo ha cambiado. Desde luego yo no soy esa persona, pero ¨¦l si lo es y ?qu¨¦ significa eso? Significa que eliges a buenas actrices y que haces que sus papeles sean lo mejor posible para las mujeres de la pel¨ªcula¡±.
Bond ya no hace bromas sobre la mala conducci¨®n de las mujeres. De hecho, en Skyfall (2012) hay una escena en la que la agente Eva, interpretada por Naomie Harris, debe conducir a gran velocidad por las calles de Estambul y rompe dos espejos retrovisores del coche. A?os antes, 007 no hubiera perdido una oportunidad as¨ª para hacer gala de su iron¨ªa mis¨®gina, pero este no es el estilo de Craig, que ya en la entrega el 2012 encarna a un s¨²per agente m¨¢s humano, que tienen conflictos personales, que empieza a cuestionarse si es un asesino, que comete errores, que falla cuando dispara y que bebe demasiado.
El estilismo de las mujeres que circulan por las ¨²ltimas pel¨ªculas de Bond tambi¨¦n ha cambiado, acorde a la nueva filosof¨ªa, y es menos Playboy y m¨¢s Prada. Donde ya no hay biquinis, y los escotes que ense?an el canalillo se cambian por los, m¨¢s elegantes, que dejan ver una espalda perfectamente dibujada. Desde que Craig ha declarado que ya no encarnar¨¢ m¨¢s a 007, las elucubraciones sobre quien deber¨ªa sustituirlo no se han hecho esperar. Algunos sugieren un actor negro, gay o, incluso, una mujer. La actriz inglesa Diana Rigg, que tuvo un brev¨ªsimo papel en Al servicio de su majestad (1969), declar¨® recientemente a Radio Times, ¡°No me gustar¨ªa ver a una mujer Bond, porque no me gustar¨ªa perder a las chicas Bond, pero podr¨ªamos tener a una lesbiana Bond. ?Por qu¨¦ no?¡±.
Andress increment¨® considerablemente las ventas de biquinis de color blanco.
Cordon Press
Cordon Press
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.