?Todas las mujeres estamos muy buenas?
La dise?adora Teresa Helbig le ha preparado una fiesta a su madre (y mano derecha en su taller) para celebrar su ochenta cumplea?os. Trabajadora incansable (lleva desde los 14 a?os en el mundo de la moda), el car¨¢cter, rebeld¨ªa y el saber artesano de la progenitora est¨¢n muy presentes en el ADN de la marca.
A Teresa madre (Canalda, Teruel, 20 de octubre de 1938), lo del fen¨®meno influencer, no la convence del todo: ¡°Una tiene que ser una misma. No hagas caso a lo que te digan los dem¨¢s. Nadie te tiene que influenciar. Yo, a lo m¨ªo¡±. Y a lo suyo ha ido y va desde que tuvo uso de raz¨®n. Desde que hace 25 a?os se fundara la firma Teresa Helbilg -que dirige su hija-, ayuda (y algo manda) en el taller. De hecho, en el entorno es conocida como ¡°la jefaza¡±, aunque ella prefiere restarle importancia. Quien no piensa rest¨¢rsela es la dise?adora catalana: ¡°A nivel profesional mi madre me ha aportado todo, la sabidur¨ªa, la experiencia; a nivel personal, estoy tan entregada a ella como la Pantoja a la suya. Soy dependiente total¡±, asegura, gui?o folcl¨®rico incluido. Por eso esta tarde-noche Helbig le ha preparado una sorpresa. Una gran fiesta en un invernadero del barrio barcelon¨¦s de Sants donde los invitados celebrar¨¢n el 80 cumplea?os de la matriarca. Sobre una mesa de diez metros de longitud vestida con manteles de glasilla y decorada al m¨¢s puro estilo Versalles, se posar¨¢n diez maniqu¨ªes con las colecciones de la marca. Y se servir¨¢ el t¨¦ y la merienda mientras Teresa Blasco Izquierdo, cuyo padre no conoci¨® y cuya madre fue una aut¨¦ntica superviviente, recibe un homenaje por haber dedicado toda una vida a la confecci¨®n y toda una vida a los suyos.
Con tan solo 14 a?os comenz¨® como aprendiz: ¡°Entr¨¦ en la casa de modas Pla, al final del Paseo de Gracia. Entonces la gente se arreglaba de otra manera: todas las mujeres necesitaban un vestido, un traje chaqueta, un c¨®ctel, un cambio de ma?ana, etc¡ Hab¨ªa hasta sombrerer¨ªa. Era fant¨¢stico, hac¨ªamos pases. A los 17 me puse por mi cuenta en casa. Ten¨ªa mi clientela, peque?ita, pero iba haciendo. Y me cas¨¦, y naci¨® mi hija, y cos¨ªa prendas para ella y para las vecinas¡±. De aquella ¨¦poca Teresa Helbig retiene una imagen clara, un vestido amarillo que se iba transformando cada temporada. ¡°Era de algod¨®n bueno, ?eh? ¨Cmatiza su progenitora-. Es que antes la ropa no se tiraba como se tira ahora. Se le daba m¨¢s uso. ?No sabes el tiempo que me dur¨®!¡±. Otro recuerdo en forma de prenda: ¡°Una pieza que me hizo con estampado de los a?os setenta. A m¨ª me encantaba rondar por el taller. En aquellos tiempos los ni?os no ¨ªbamos a nataci¨®n ni a ballet. Me gustaba estar all¨ª y que me probase los estilismo. Nunca renegaba¡±, cuenta Helbig. ¡°?Vaya! ?Lo tocaba todo! Disfrutaba. Ya se le ve¨ªa, ya, que iba a dedicarse a esto. Especialmente le atra¨ªan los tejidos brillantes¡±, cuenta Blasco. Y r¨ªen las dos a carcajadas.
A la peque?a Zinash, la hija de la dise?adora, adoptada en Etiop¨ªa, tambi¨¦n le atrapan los tejidos refulgentes. ¡°Son sus preferidos, es hereditario. Siempre quiere estar en el taller, pintar, recortar¡ ?y eso que ella s¨ª hace actividades extraescolares!¡±. Apunta como tercera generaci¨®n en la casa de costura. Ella y Luz Sagal¨¦s, la pareja de su otro hijo, que se ha encargado de organizar esta entrevista y la celebraci¨®n del aniversario. Teresa madre aclara: ¡°Trabajar en familia no es un sacrificio; todo lo contrario. ?Es tanta la pasi¨®n que le ponemos! Es un proyecto en com¨²n que nos hace estar en sinton¨ªa¡±. A lo que Teresa hija responde: ¡°Ella pone la excelencia y yo el nervio. No me imagino sin el ¡®Mama¡¯ todo el d¨ªa en la boca. La llamo continuamente¡±. Y vuelven a re¨ªr, esta vez algo gamberras. ¡°Las dos somos un poco canallas. Y eso se traslada a nuestras colecciones. Hay que buscar hacer lo mejor y tambi¨¦n saber darle una vuelta con una cremallera de metal, un bajo sin rematar¡ Pero sin duda, la m¨¢s rebelde de las dos es mi madre. Ha trabajado siempre, ha viajado, ha salido, nunca ha dependido econ¨®micamente de mi padre. Siempre ha ido a su bola¡±, explica Helbig. ¡°Soy muy independiente. ?Yo hubiera tenido que nacer en esta ¨¦poca!¡±, afirma Blasco. ??Y qu¨¦ opina del feminismo? ¡°Pues que est¨¢ muy bien¡±.
En el taller se ocupa de supervisar la labor de los 15 empleados con los que cuentan a d¨ªa de hoy. ¡°Su cargo es ser la controleitor ¨Cdice la creadora-. Lo quiere todo perfecto y no deja pasar una. Tiene car¨¢cter.¡± ¡°Me dedico principalmente a mirar y observar. Lo apasionante de la aguja es que nunca dos m¨¢s dos son cuatro. Esta es una profesi¨®n muy bonita pero los j¨®venes no se quieren dedicar a la artesan¨ªa.? Adem¨¢s, ahora las m¨¢quinas lo hacen todo. Es una pena. Pero nosotras seguimos determinadas costumbres que a m¨ª me gusta conservar¡±, a?ade Blasco. ¡°Invertimos en manos, que es algo que jam¨¢s podr¨¢ darte una m¨¢quina¡±, puntualiza Helbig. ?A una prenda se le coge m¨¢s cari?o cuanto m¨¢s tiempo lleva hacerla? ¡°Cada pieza es como un hijo nuevo. Las prendas son como los ni?os: te gustan todas¡±, se?ala Teresa madre.
Ochenta a?os dan tambi¨¦n para saber si alguien tiene estilo o no: ¡°Hay gente, que sin llevar nada espectacular, ya ves que lo tiene. El estilo es o no es, no se aprende en las escuelas. Pero una se puede sacar provecho siempre¡±. ¡°El lema del taller es ¡®todas estamos muy buenas¡¯. Cualquier mujer, si sabe arreglarse, si sabe vestirse con su traje de guerra, puede destacar siendo ella misma¡±, dice la dise?adora. ¡°Cuando ves bajar a alguien por la escalera ya deduces qu¨¦ es lo que le va a favorecer m¨¢s. Es pura intuici¨®n¡ y experiencia, claro. Solo con ver c¨®mo se mueve puedes imaginarlo. Hay que sacar lo mejor de la clienta, que muchas veces no se corresponde con lo que ella piensa que es¡±, puntualiza Blasco.
Costureras y casi psic¨®logas. Tambi¨¦n para ellas mismas, porque para mantenerse 25 a?os en la brecha hay que adquirir mucha templanza. ¡°Cuando creamos Teresa Helbig nos animamos la una a la otra, no tuvimos que convencernos. Pero no nos pod¨ªamos permitir que saliera mal porque no ten¨ªamos recursos. Eso s¨ª, sab¨ªamos que cada vez deb¨ªamos ir a mejor. La primera colecci¨®n se vendi¨® porque los vestidos eran muy monos pero estaban hechos con un crep¨¦ de poli¨¦ster que no veas c¨®mo picaba. Nuestro reto fue superarnos d¨ªa a d¨ªa, evolucionar¡±, cuenta la creadora. ¡°No hemos deca¨ªdo nunca, no se puede decaer. Siempre hay que tirar para adelante. Y cuando te caes, te vuelves a levantar y punto. La vida es un continuo aprendizaje. Eso s¨ª, hay que desarrollar mucha paciencia, el ¨¦xito no llega de un d¨ªa para otro. Hay que pelear duro¡±, apostilla Teresa madre.
A Teresa Helbig le han ca¨ªdo ofertas-fichaje de otras firmas de moda. ?C¨®mo ve el futuro de la compa?¨ªa desde sus 80 a?os? ¡°Nunca sabes qu¨¦ te va a deparar, pero yo no la veo en otra empresa. Ella siempre ser¨¢ una Helbig. Tengo solo una hija, pero est¨¢ muy bien hecha. Mientras se trabaje con ilusi¨®n, ?para qu¨¦ quieres m¨¢s?¡± La jubilaci¨®n, claramente no est¨¢ en sus planes: ¡°Mientras el cuerpo aguante¡¡±.
Esta tarde-noche tambi¨¦n aguantar¨¢. Y ma?ana. Y en el pr¨®ximo desfile de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid, del que pronto sabremos la fecha.
-?Vendr¨¢s?
-Claro, tendr¨¦ que conocerle en persona.
-?Ves? Sin querer ya me he convertido en una influencer.
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