El Papa dice en el Via Crucis de Roma que no se puede ser indiferente ante la guerra

El papa Juan Pablo II llev¨® anoche la cruz en la ¨²ltima estaci¨®n del V¨ªa Crucis que presidi¨® en el Coliseo de Roma, donde expres¨® su angustia por las guerras que azotan el mundo y afirm¨® con firmeza que los cristianos no pueden permanecer indiferentes ante tanto grito de dolor. Antes de que la tomara el Papa, la cruz fue portada por una familia iraqu¨ª, subrayando de esta manera que los pensamientos del Pont¨ªfice est¨¢n puestos en Irak.

"Muchos de nuestros hermanos est¨¢n viviendo en sus carnes el drama del Calvario. ?Cuantas son las v¨ªas crucis olvidadas!. Pienso en las tr¨¢gicas im¨¢genes de violencia, de guerras y de conflictos que diariamente nos llegan de tantos lugares, en la angustia y el dolor de personas y pueblos, en la muerte por hambre y en las penurias de miles de adultos y ni?os inocentes", escribi¨® el Papa en el discurso facilitado por el Vaticano y que no ley¨®.

Con el fondo de una inmensa cruz hecha con antorchas, el Papa record¨® que en este 2003 se cumple el vig¨¦simo quinto a?o de su pontificado, que nunca en estos 25 a?os falt¨® a la cita del Coliseo el Viernes Santo y que en esta ocasi¨®n se produce en un momento muy dif¨ªcil para el mundo, con relaci¨®n al la guerra de Irak.

Por ello, angustiado por la guerra, Juan Pablo II quiso que en este V¨ªa Crucis las meditaciones fueran un texto suyo, que escribi¨® en 1976 cuando todav¨ªa no era Papa, pero que es de gran actualidad, ya que dice: "la Tierra se ha convertido en un cementerio, un gran planeta de tumbas".

Esta ha sido la tercera ocasi¨®n en la que el Papa Wojtyla escribe las meditaciones del V¨ªa Crucis. La primera fue en 1983, durante el A?o Santo de la Redenci¨®n y la segunda en el a?o jubilar 2000, cuando se cumplieron dos mil a?os del nacimiento de Cristo.