El arzobispo Milingo escandaliza al Vaticano de nuevo al reivindicar el matrimonio para los curas

El arzobispo cat¨®lico Emmanuel Milingo sacudi¨® las bases de su iglesia en 2001 al casarse en un hotel de Nueva York con una coreana dedicada a la acupuntura e integrante de la secta Moon. Tras unos meses en rebeld¨ªa, Milingo abandon¨® a su esposa y volvi¨® al Vaticano pidiendo perd¨®n. Sus disculpas fueron admitidas y pudo volver a oficiar misas. Quiz¨¢ ahora la Santa Sede se arrepienta: Milingo ha vuelto a causar estupor convirti¨¦ndose en un abanderado del matrimonio para los curas.

La historia promete: Milingo llevaba cuatro a?os viviendo semirecluido en un convento al sur de Roma. El mes pasado desapareci¨®. Y esta semana ha vuelto a emerger de la nada para convocar una rueda de prensa por sorpresa, anunciando su nueva misi¨®n: persuadir al Vaticano de que permita a los curas casarse.

Una fuente de la Santa Sede ha se?alado que all¨ª las declaraciones de Milingo han causado "estupor". De hecho, ya est¨¢n preparando su respuesta al arzobispo africano, al que podr¨ªan incluso excomulgar. Por ahora, el ¨²nico comunicado oficial indica que el Vaticano sigue "a la espera de informaci¨®n m¨¢s precisa" sobre el viaje de Milingo a Estados Unidos. Pero avanza sus intenciones: "Si las declaraciones que se le atribuyen sobre el celibato sacerdotal son ciertas, no tendr¨ªamos otro remedio que deplorarlas porque la disciplina de la iglesia en esta materia es bien conocida".

En 2001, el entonces arzobispo de Lusaka (Zambia) tambi¨¦n desapareci¨® una temporada y emergi¨® de nuevo de la nada en Nueva York, en aquella ocasi¨®n para casarse con Maria Sung, de 43 a?os. No tard¨® sin embargo en volver a Italia pidiendo perd¨®n. Ella, por su parte, inici¨® una huelga de hambre; concedi¨® entonces entrevistas a la prensa desde su cama de un hotel neoyorquino para denunciar que el Vaticano hab¨ªa secuestrado a su marido.

La Santa Sede emple¨® sus armas m¨¢s sutiles: no reconoci¨® el matrimonio, y amenaz¨® a Milingo con excomulgarle. Sin embargo, el anterior Papa, Juan Pablo II, le perdon¨® y orden¨® que le devolvieran al redil de los justos. Milingo abandon¨® a su mujer y se recluy¨® un a?o en Suram¨¦rica para rehabilitarse ante los ojos de Dios antes de mudarse a un convento cerca de Roma. Las fuentes vaticanas consultadas por la agencia brit¨¢nica Reuters adelantan que probablemente el nuevo papa, Benedicto XVI, no ser¨¢ tan magn¨¢nimo.