El cerebro mide el espacio personal de cada uno
Unos neur¨®logos estadounidenses descubren c¨®mo la am¨ªgdala ayuda a determinar la distancia c¨®moda entre personas
Las personas no suelen sentirse c¨®modas en el ascensor lleno, aunque no vayan apretujadas. La excesiva proximidad, la cara de uno demasiado cerca de la de otro, hace que uno mire al suelo, se sit¨²e de perfil y cuente los pisos con una cierta impaciencia esperando que el viaje acabe cuanto antes. ?Por qu¨¦? Unos neur¨®logos de Caltech (EEUU) han identificado una estructura concreta del cerebro humano, la am¨ªgdala, como responsable de la sensaci¨®n de espacio personal. Lo normal para sentirse a gusto es que unos 60 cent¨ªmetros nos separen de otra persona, aunque la distancia puede variar no s¨®lo entre individuos educados en culturas diferentes, sino en uno mismo dependiendo de la situaci¨®n en que se encuentre (se soporta mejor la proximidad de otros en el metro que en la oficina, dicen los expertos).
La clave de la am¨ªgdala como sensor de espacio personal la han encontrado Ralph Adolph y Daniel P. Kennedy en una persona, una mujer de 42 a?os, cuyo nombre responde a las iniciales S.M y que ya ha proporcionado a estos neur¨®logos varios descubrimientos sobre cerebro y comportamiento social. La mujer padece una lesi¨®n grave en la am¨ªgdala (una estructura doble formada por dos regiones con forma de almendra localizadas en los l¨®bulos temporales) que hace que tenga dificultades, por ejemplo, para reconocer el miedo en el rostro de otra persona.
Pero adem¨¢s, los investigadores se dieron cuenta hace unos meses de que SM parec¨ªa demasiado amigable con los dem¨¢s, hasta el punto de violar lo que para otros ser¨ªa su espacio personal, aproxim¨¢ndose demasiado a la gente. Se sab¨ªa ya que esa estructura cerebral concreta algo ten¨ªa que ver con la distancia socialmente c¨®moda, ya que, por ejemplo en monos con lesiones de la am¨ªgdala se ha observado que se acercan m¨¢s a sus cong¨¦neres y a los humanos que los sanos.
A partir de esta observaci¨®n del comportamiento de SM, y considerando que podr¨ªan obtener nueva informaci¨®n sobre las funciones de la am¨ªgdala, Adolph y Kennedy hicieron varios experimentos con la paciente especial y una veintena de voluntarios sanos, de diferentes edades, sexo, educaci¨®n y origen ¨¦tnico y cultural. En el primero se pidi¨® a estas personas que caminasen hacia uno de los cient¨ªficos y que se detuviesen frente a ¨¦l cuando se sintieran c¨®modos. Con un sensor l¨¢ser se fueron midiendo las distancias elegidas por cada uno y se comprob¨® as¨ª que la media estaba en 64 cent¨ªmetros, mientras que SM prefer¨ªa 34 cent¨ªmetros. Es m¨¢s, mientras los dem¨¢s reconoc¨ªan su incomodidad al ped¨ªrseles que se aproximasen m¨¢s, la mujer de la lesi¨®n en la am¨ªgdala estaba c¨®moda incluso rozando su nariz con otra.
En una segunda parte, los cient¨ªficos recurrieron a t¨¦cnicas de imagen cerebral para examinar la activaci¨®n de la am¨ªgdala en otro grupo de voluntarios sanos cuando una persona se acercaba a ello superando su distancia ¨®ptima de espacio personal. "El estudio demuestra que la am¨ªgdala est¨¢ implicada en la regulaci¨®n de la distancia social, independientemente de las pistas sensoriales espec¨ªficas que est¨¢n t¨ªpicamente presentes cuando uno siente la presencia de otro, como el sonido, el olor o la visi¨®n", explica Kennedy en un comunicado de Caltech. Los resultados de la investigaci¨®n se publican en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Nature Neuroscience.
Los investigadores puntualizan que el espacio personal var¨ªa entre diferentes culturas (influyendo en la respuesta cerebral de la poblaci¨®n), de manera que en unas, como en China y en Jap¨®n, se tolera una distancia entre individuos muy inferior a otras, como la de Estados Unidos.
Pero, adem¨¢s, hay patolog¨ªas neurol¨®gicas, como el autismo, que afectan a la capacidad del individuo de interactuar socialmente y comunicarse con los dem¨¢s. En algunos casos los autistas tienen problemas con la definici¨®n del espacio personal y los cient¨ªficos de Caltech quieren explorar la relaci¨®n entre esta patolog¨ªa y las disfunciones de la am¨ªgdala.
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