El c¨¢ncer que diezma a los demonios de Tasmania es contagioso por contacto
Seg¨²n investigadores de la Universidad Nacional de Australia, la enfermedad se origina en las c¨¦lulas de Schwann que protegen las fibras nerviosas perif¨¦ricas
El c¨¢ncer que amenaza con extinguir a los demonios de Tasmania se origina en un tipo especial de c¨¦lulas y es contagioso por contacto, seg¨²n un estudio publicado en la revista Science .
El demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii) es un marsupial carn¨ªvoro que s¨®lo sobrevive en la isla de Tasmania, al sur de Australia. Tiene el tama?o de un perro peque?o depredador que tambi¨¦n se alimenta de carro?a. Debido a que se le consideraba una amenaza para el ganado fue blanco de los cazadores hasta 1941, cuando el gobierno de Tasmania, un estado de Australia, puso fin a su virtual extinci¨®n.
Pero ahora su existencia est¨¢ amenazada por un c¨¢ncer facial que ha reducido su poblaci¨®n y podr¨ªa decretar la existencia total del animal en los pr¨®ximos 40 a?os, seg¨²n los cient¨ªficos. El c¨¢ncer se caracteriza por la aparici¨®n de grandes tumores en la cara y el hocico del animal, los cuales se propagan despu¨¦s a los ¨®rganos internos. Hasta ahora se sab¨ªa que el mal que mata a los diablos es un c¨¢ncer, pero los cient¨ªficos ignoraban su origen.
Sin embargo, investigadores de la Universidad Nacional de Australia determinaron que la enfermedad se origina en las c¨¦lulas de Schwann que protegen las fibras nerviosas perif¨¦ricas. Seg¨²n Elizabethg Murchison, que dirigi¨® el estudio, a trav¨¦s de las biopsias, el equipo identific¨® un marcador gen¨¦tico que podr¨ªa determinarse para diagnosticar la enfermedad.
"Cuando comparamos las caracter¨ªsticas de los tumores para compararlos con otros tejidos normales descubrimos que casi todos ten¨ªan c¨¦lulas Schwann", indic¨® Tony Papenfuss, del Instituto Walter and Eliza Hall, en Melburne, Australia.
Seg¨²n Greg Woods, del Instituto Menzies de Investigaciones de la Universidad de Tasmania, el descubrimiento es importante por cuanto representa un paso m¨¢s en los esfuerzos por comprender la enfermedad. "Los diablos desarrollan tumores de diversos tipos y los marcadores gen¨¦ticos que hemos identificado nos ayudan a diferenciar los de la enfermedad facial", a?adi¨® Woods, que tambi¨¦n particip¨® en la investigaci¨®n.
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