Francia entierra la tasa sobre el carbono

Tras el tremendo varapalo electoral sufrido el pasado domingo por el partido del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, en los comicios regionales, y la consecuente remodelaci¨®n gubernamental anunciada, la primera gran medida sacrificada por el Ejecutivo franc¨¦s parece ser la pol¨¦mica tasa sobre el carbono. Una nueva versi¨®n de este impuesto sobre la energ¨ªa de origen f¨®sil, censurado por el Consejo Constitucional en diciembre, deb¨ªa estar lista para el verano.

Esta ma?ana, el primer ministro, Fran?ois Fillon, ha anunciado a los diputados de su partido, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), que no habr¨¢ impuesto hasta que se aplique primero al conjunto de los pa¨ªses europeos para evitar que "merme la competitividad" de las empresas francesas, seg¨²n han relatado varios parlamentarios.

El jefe de filas del partido en el hemiciclo, Jean-Fran?ois Cop¨¦, ha confirmado en una rueda de prensa, tras la reuni¨®n a puerta cerrada entre los diputados y Fillon, que la medida no est¨¢ prevista para el 1 de julio, en contra de lo que indic¨® en un primer momento el Gobierno. "Si no hay acuerdo antes del 1 de julio, se har¨¢ m¨¢s adelante", se?al¨® Cop¨¦, ¨¦l mismo contrario a que Francia tome la iniciativa de aplicar el impuesto verde en solitario. "Una tasa que se aplica a Francia y no a Europa es algo impensable", hab¨ªa declarado en la misma l¨ªnea durante la ma?ana Xavier Bertrand, secretario general de la UMP.

Nicolas Sarkozy tambi¨¦n se refiri¨® a la importancia de lograr una postura com¨²n europea en una entrevista al diario Le Figaro, publicada justo antes de las elecciones regionales. "No impondremos a nuestros industriales obligaciones si, al mismo tiempo, autorizamos las importaciones procedentes de pa¨ªses que no respetan ninguna regla medioambiental e inundan nuestros mercados", afirm¨® entonces, a la vez que se refiri¨® a la necesidad de emprender una "concertaci¨®n a nivel europeo". Sin embargo, hay poco consenso entre los socios para introducir una tasa en toda Europa, por lo que condicionar su aplicaci¨®n a lo que se haga en el conjunto de la Uni¨®n equivale, al menos de momento, a enterrar el asunto.

La tasa sobre el carbono ha sido muy criticada por la oposici¨®n desde que se empez¨® a debatir, pero tambi¨¦n por parte de los diputados del partido gubernamental, preocupados por la creaci¨®n de un nuevo impuesto en plena crisis econ¨®mica. La estocada final la dio el Consejo Constitucional, que anul¨® la medida en v¨ªsperas de su entrada en vigor, prevista para el 1 de enero. Los denominados sabios del ¨®rgano consideraron entonces que la gran cantidad de exoneraciones acordadas para la industria, en particular para la m¨¢s contaminante, sujeta al sistema europeo de intercambios de cuotas de emisi¨®n de CO2, la hac¨ªan injusta e ineficaz.

El Gobierno anunci¨® entonces que presentar¨ªa un nuevo texto modificado que entrar¨ªa en vigor en verano. El presidente Sarkozy podr¨ªa aclarar la nueva postura del Ejecutivo tras el Consejo de Ministros de ma?ana, cuando tiene previsto hacer una declaraci¨®n sobre sus prioridades para los pr¨®ximos meses.