Una rana gen a gen

Una rana originaria de ?frica Subsahariana y del mismo g¨¦nero que las utilizadas masivamente en el pasado como prueba de embarazo, se convierte ahora en el primer anfibio del que se logra el genoma o, t¨¦cnicamente, un borrador de alta resoluci¨®n del genoma. En torno a 1.700 millones de letras qu¨ªmicas (bases) componen los 20.000 genes (el ser humano tiene unos 23.000), incluidos 1.700 muy similares a genes asociados a enfermedades como c¨¢ncer, asma y dolencias card¨ªacas en las personas. La rana elegida es Xenopus tropicalis, una de las especies m¨¢s populares en los laboratorios porque sirve de modelo, relativamente f¨¢cil para hacer experimentos, en el que estudiar los mecanismos moleculares del desarrollo embrionario y biolog¨ªa celular. Adem¨¢s, dada la sensibilidad de este animal a determinadas toxinas, se considera un organismo centinela ¨²til para detectar contaminantes ambientales y alimenticios.

Entre los genes de X.tropicales, los cient¨ªficos han identificado regiones de ADN similares a las de los genomas humano y de pollo. Son, esencialmente, fragmentos conservados de un antepasado com¨²n de ranas, salamandras, dinosaurios y mam¨ªferos de hace unos 360 millones de a?os. Este tipo de investigaci¨®n, algo as¨ª como arqueolog¨ªa cromos¨®mica, apasiona a los expertos en evoluci¨®n.

El g¨¦nero Xenopus incluye m¨¢s de 20 especies de ranas del ?frica Subsahariana y se hizo muy popular cuando los bi¨®logos descubrieron que estos animales eran excepcionalmente sensibles a una determinada hormona humana y se empez¨® a usar, en los a?os cuarenta del siglo pasado, como prueba de embarazo de bajo coste: se inyecta orina de mujer a una rana y si est¨¢ embarazada, esa hormona provocar¨¢ ovulaci¨®n en la rana en el plazo de ocho a diez horas, explica un comunicado de la Universidad de Berkeley. Tambi¨¦n se aprendi¨® pronto que esta caracter¨ªstica resultaba muy pr¨¢ctica en los laboratorios, ya que los huevos de gran tama?o de la rana son f¨¢ciles de inyectar con cualquier compuesto que se quiera ensayar.

Aunque la especie m¨¢s habitual es Xenopus laevis, los cient¨ªficos han elegido para la investigaci¨®n otra del mismo g¨¦nero, Xenopus tropicalis, porque el tama?o del genoma de la segunda es la mitad que el de la primera. X.Tropicalis tiene dos copias de cada gen, en 10 pares de cromosomas, mientras que en X.laevis se ha producido una duplicaci¨®n en su historia evolutiva y puede tener cuatro copias de cada gen en 18 pares de cromosomas, por lo que su secuenciaci¨®n hubiera sido m¨¢s cara y m¨¢s dif¨ªcil, explican los investigadores.