Detective con aletas y chips

Tiene escamas de colores azul y ¨¢mbar, ojos y aletas, pero no es un pez. Hay que cargar su bater¨ªa, est¨¢ constituido por chips y sensores y se comunica con un s¨®nar. No es un juguete. El pez robot es un vigilante medioambiental capaz de analizar al momento la calidad del agua por la que nada y chivar esa informaci¨®n a tierra firme. Dentro de seis d¨ªas, en el puerto de Gij¨®n, se presentar¨¢ en sociedad este esp¨¦cimen de metal, sensores y escamas. Algo parecido a un ser de pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n cuyos enemigos son las manchas de aceite, las aguas turbias y los contaminantes.

Imaginemos que una tuber¨ªa que descarga el petr¨®leo de cargueros en el puerto se fisura. Un invisible hilillo de hidrocarburos brota de manera continua. No se ve ?las manchas negras surgen cuando la contaminaci¨®n alcanza una concentraci¨®n muy elevada?. Pero est¨¢ ah¨ª. Y el pez robot puede detectarlo. "Cuando encuentra un contaminante significativo, sigue su rastro y busca la fuente. Si el origen es un barco o una tuber¨ªa, el pez env¨ªa la informaci¨®n al puerto de manera inmediata", explica Luke Speller, jefe del proyecto SHOAL. Con los sistemas de control actuales (recogida de una muestra de agua y posterior an¨¢lisis en laboratorio) se tardar¨ªan d¨ªas o semanas en recibir la informaci¨®n, a?ade.

"Cada a?o, los puertos europeos dedican 350 millones de euros en sistemas para la recogida de muestras de agua para estudiar su calidad. Los peces robot rebajar¨¢n esa factura", declara Fernando Men¨¦ndez Rexach, presidente del puerto de Gij¨®n. Ah¨ª, durante la celebraci¨®n del D¨ªa Mar¨ªtimo Europeo (del 18 al 21 de mayo), se presentar¨¢ el primer ejemplar de este pez investigador. S¨®lo es un prototipo. Todav¨ªa no saldr¨¢ a aguas bravas, pero ser¨¢ su puesta de largo.

Su forma de pez de gran tama?o ?1,5 metros de cabeza a cola y 25 kilos de peso? le permite no llamar la atenci¨®n en el medio y evitar ser comido o atacado. Porta sistemas de comunicaci¨®n ultras¨®nicos para que cada equipo de vigilancia ambiental, formado por cinco peces robot, pueda charlar; un peque?o cerebro artificial con el que decidir qu¨¦ ruta seguir; una bater¨ªa de ocho horas de duraci¨®n que se recarga una vez al d¨ªa, y sensores qu¨ªmicos que miden turbidez, cantidad de ox¨ªgeno del agua, nitratos, fosfatos e hidrocarburos. Sofisticaci¨®n hidrodin¨¢mica a 25.000 euros por ejemplar. "Es una mezcla de rob¨®tica, inteligencia artificial y an¨¢lisis qu¨ªmico r¨¢pido", resume Speller.

El proyecto SHOAL comenz¨® en 2004 en los centros universitarios brit¨¢nicos de Essex y Strath?clyde. En tres a?os dise?aron los primeros modelos y tras las pruebas de laboratorio hab¨ªa que salir a mar abierto. "El puerto de Gij¨®n tiene un compromiso firme con la investigaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas. Adem¨¢s, el sistema de medici¨®n instalado es perfecto para comparar los resultados de laboratorio con los datos de los biorrobots. Por eso se adhiri¨® al grupo investigador", asegura Men¨¦ndez Rexach. El proyecto cuenta con un presupuesto de 4,2 millones de euros y el respaldo econ¨®mico de la Uni¨®n Europea. Hasta 2011 no saldr¨¢ al mar, pero su primera tarea ser¨¢ la de convencer de su viabilidad a los cerca de 15.000 asistentes al D¨ªa Mar¨ªtimo Europeo.

Descubre c¨®mo se mueve el pez robot en el agua