Las caras de la maternidad
Nueve mujeres relatan c¨®mo se vive la experiencia de dar a luz y criar a un hijo en pa¨ªses tan diversos como Noruega o Afganist¨¢n
Quedarse embarazada, dar a luz y criar a un hijo. Un proceso tan antiguo como la humanidad es tan distinto seg¨²n el lugar del mundo en el que una mujer viva que lo que aqu¨ª puede preocupar -tener un parto natural en vez de inducido, c¨®mo compaginar la crianza y el trabajo, la guarder¨ªa donde llevar al ni?o- ni siquiera est¨¢ en cuesti¨®n en lugares donde lo primero es sobrevivir.
Las mujeres entrevistadas aqu¨ª ponen cara y vida al retrato esbozado hace un mes con los datos de la clasificaci¨®n anual que elabora Save the Children, con los mejores y peores pa¨ªses para ser madre. La ONG se basa en datos como la salud materno-infantil, el nivel de educaci¨®n, el acceso a m¨¦todos anticonceptivos, las medidas de conciliaci¨®n o la representaci¨®n pol¨ªtica femenina de 160 pa¨ªses para elaborar su informe.
Desde Afganist¨¢n, el peor lugar del mundo seg¨²n el ranking de este a?o, donde la joven Raihana no pudo ni acudir al m¨¦dico cuando perdi¨® un embarazo por una ca¨ªda; hasta Noruega, el primero, donde Silje aprovech¨® su a?o de baja maternal para viajar con su marido y su hijo; o Cuba, donde Judith tiene leche subvencionada hasta que su ni?a cumpla los siete a?os pero necesita dos meses de sueldo para comprarle unas sandalias, EL PA?S intenta ofrecer una peque?a muestra de esta experiencia tan diversa.
AFGANIST?N | Sin salir ni para ir al m¨¦dico
Raihana, de 20 a?os, dio a luz a su primer hijo en casa, y al segundo, que se present¨® con complicaciones, en casa de la matrona. Decisiones como seguir estudiando o usar anticonceptivos dependen de su suegra. Las ONG que trabajan en el pa¨ªs tratan de vencer las resistencias para que las mujeres tengan atenci¨®n sanitaria durante el parto.
CHINA | "En Pek¨ªn es muy caro dar a luz"
En un pa¨ªs sin sistema gratuito de salud, Peng Lili, que trabajaba en una f¨¢brica de la capital todos los d¨ªas de la semana, volvi¨® a su pueblo natal para parir. Pese a la pol¨ªtica de hijo ¨²nico, la mujer no usa m¨¦todos anticonceptivos y vuelve a estar embarazada.
ESPA?A | "Es complicado cuando no tienes una familia de la que tirar"
Pilar Guerrero tuvo problemas en su trabajo por pedir una reducci¨®n de jornada para poder seguir dando el pecho a su beb¨¦. Las escasas medidas de conciliaci¨®n obligan a las espa?olas a hacer malabarismos para compaginar trabajo e hijos.
IR?N | "Ni la sociedad ni el Estado nos ayudan lo suficiente"
Artemis Razmipour, que compagin¨® sus estudios universitarios con el nacimiento y la crianza de su hija, se ha beneficiado de los avances en salud materno-infantil de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, pero cree que ahora son necesarias pol¨ªticas de conciliaci¨®n.
CUBA | Leche garantizada hasta los siete a?os
Judith Carre?o Viera es un ejemplo de las contradicciones que viven las madres en la isla: disfrutan de una atenci¨®n sanitaria de alto nivel, con vacunas gratuitas y obligatorias, alimentos subvencionados, pero un simple paquete de pa?ales alcanza precios prohibitivos.
NORUEGA | "Tuvimos un a?o para disfrutar como familia"
Silje Sigernes cree que la baja maternal de hasta 56 semanas, una de las m¨¢s generosas, tiene la duraci¨®n perfecta para que las mujeres no se queden descolgadas del mundo laboral. Sin embargo, las pol¨ªticas de conciliaci¨®n son un arma de doble filo, que perjudica a las noruegas a la hora de la contrataci¨®n.
MOZAMBIQUE | "Pediremos dinero prestado para ir a una cl¨ªnica"
En un pa¨ªs con un riesgo de muerte materna de 1 de 45, F¨¢tima Ibrahim Juma reconoce que tiene miedo al parto. En el octavo mes de embarazo, la joven, que se prepara para entrar en la universidad, a¨²n no sabe si tendr¨¢ un ni?o o una ni?a.
EE UU | Soo dos meses de baja pagada
A Christina Wurschy le hubiera gustado alargar su baja maternal, de solo dos meses. Pese a que las autoridades sanitarias recomiendan mantener la lactancia materna el primer medio a?o de vida, es muy dif¨ªcil, en uno de los pa¨ªses con pol¨ªticas de conciliaci¨®n menos generosas del mundo desarrollado.
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