Granjeros por afici¨®n

Hac¨ªa tiempo que Ricardo Villar se hab¨ªa propuesto comer verduras y frutas cultivadas por ¨¦l mismo. Sin embargo, la imposibilidad de comprar una parcela peque?a le oblig¨® a aparcar su idea. Ahora, tras haber cursado un m¨¢ster en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas en la C¨¢mara de Comercio de Bilbao y logrado un aval bancario y el respaldo de la Diputaci¨®n de Vizcaya, su proyecto ha podido ver la luz. Adem¨¢s, Villar no ser¨¢ el ¨²nico que se beneficie: ha parcelado los 24.000 metros cuadrados del terreno que ha comprado en Lemoiz para arrendar a todo aquel que est¨¦ interesado por 55 euros al mes peque?as huertas, desde 70 metros cuadrados.

"No ten¨ªa sentido comprar un terreno de una hect¨¢rea y gastarte 20 millones para tener luego una huertita de 100 metros. Ser¨ªa absurdo y tendr¨ªas que tener maquinaria para mantenerla y dem¨¢s", explica Villar, de 35 a?os. El alquiler incluye, entre otras cosas, asesoramiento sobre cultivos, plagas o sistemas de riego, adem¨¢s de abono y herramientas, adem¨¢s de una parcela com¨²n de 80 metros cuadrados para que las familias que alquilen una huerta puedan pasar all¨ª el d¨ªa con sus hijos.

La empresa dispone de una parcela de 24.000 metros cuadrados

El precio incluye asesoramiento sobre cultivos y riego, el abono y las herramientas

Con apenas tres semanas de andadura, Huertas L¨²dicas, la empresa de Villar, ya ha recibido la llamada de 35 interesados en el proyecto. Uno de ellos ha sido Pedro Zorrilla, de 47 a?os, que vio un anuncio en la propia parcela de Lemoiz.

"Es algo que mi padre siempre hab¨ªa querido hacer. Siempre hab¨ªa querido tener una huerta, pero la complejidad de comprar un terreno y de montarla lo hab¨ªan hecho imposible", resume Zorrilla. Su padre, empleado de El Corte Ingl¨¦s se encontr¨® con un vac¨ªo al jubilarse, seg¨²n su hijo, y fue entonces cuando empez¨® a rondarle la idea de la huerta, a pesar de que no contase con ning¨²n tipo de experiencia en el campo. A Zorrilla solo le falta visitar las parcelas y tomar la decisi¨®n definitiva para cumplir el sue?o de su progenitor, que "est¨¢ ilusionad¨ªsimo", como se?ala su hijo, que a¨²n as¨ª reconoce que no podr¨¢ ayudarle mucho.

De momento la ¨²nica parcela cultivada es la del propio impulsor de la iniciativa, quien, orgulloso, afirma que ya come de lo que cultiva. Hace un a?o, plant¨® 150 frutales y una huerta en la que ha sembrado "de todo, patatas, pero sobre todo, remolacha y apio", las verduras que m¨¢s le gustan.

Villar, a quien siempre, recalca, le ha gustado la naturaleza y los animales, es director de Recursos Humanos de una empresa con 3.000 empleados y reconoce que la idea no le ha hecho mucha gracia a su familia. Aun as¨ª, ¨¦l lo tiene muy claro: "Con mis padres no saco el tema, porque no lo ven. Mi mujer s¨ª que me ha apoyado, pero no le entusiasma. Pero si esto de las huertas funciona y alg¨²n d¨ªa me da para vivir..."