Soy lo que mis padres comen
El colesterol no solo causa infartos, ictus o isquemias, sino que puede ser hereditario. Los ¨²ltimos estudios apuntan a que cambia algunos genes al alterar el metabolismo. Una modificaci¨®n que se transmite a los hijos
Hasta no hace mucho, hablar de colesterol heredado de padres a hijos hac¨ªa pensar autom¨¢ticamente en la hipercolesterolemia familiar, un trastorno gen¨¦tico que afecta a un 1% o 2% de la poblaci¨®n. Pero los investigadores empiezan a vislumbrar la posibilidad de que dicha herencia venga tambi¨¦n por v¨ªa epigen¨¦tica, por "alteraciones que se pueden producir en nuestro metabolismo por el colesterol y desembocar en cambios en la expresi¨®n de alg¨²n gen", explica el doctor Miguel ?ngel Lasunci¨®n, miembro del Instituto Ram¨®n y Cajal de Investigaci¨®n Sanitaria y de CIBERobn (centro de investigaci¨®n en red sobre obesidad y nutrici¨®n). Modificaciones no fijadas en los genes que s¨ª influyen en lo que estos hacen. En un organismo y en sus descendientes, seg¨²n apostilla Lasunci¨®n refiri¨¦ndose a un reciente art¨ªculo publicado en la revista Nature. Investigadores australianos administraron durante 15 d¨ªas una dieta rica en grasa a ratas macho, despu¨¦s se la retiraron, los cruzaron y sus descendientes hembras sufrieron las consecuencias en forma de trastornos metab¨®licos, intolerancia a la glucosa, sensibilidad a la insulina.
El 21% de los escolares tiene m¨¢s grasa en sangre de lo debido
Lo que come el padre repercute en las hijas. Al menos en las ratas. Aunque dice el doctor Lasunci¨®n que los estudios epidemiol¨®gicos entre humanos "est¨¢n conduciendo a la misma impresi¨®n".
El organismo obtiene el colesterol de lo que ingiere -yema del huevo, v¨ªsceras de animales, marisco, carnes rojas- o se lo fabrica ¨¦l mismo, fundamentalmente en el h¨ªgado. Desde este ¨®rgano, el LDL, el conocido como colesterol malo, viaja a los tejidos perif¨¦ricos para abastecerlos. Es un tipo de grasa fundamental para la vida que se utiliza para formar las membranas celulares e interviene en la producci¨®n de hormonas y de bilis. El problema deriva de su exceso en sangre: entre el 50% y el 69% de los adultos en Espa?a presenta m¨¢s de 200 mg/dl; el 20%, m¨¢s de 250 mg/dl; el 21% de los escolares tiene m¨¢s de 200 mg/dl, seg¨²n el ¨²ltimo informe de 2007 de la Sociedad Espa?ola de Arteriosclerosis (SEA). El sobrante se va acumulando en las paredes arteriales y, si no se controla, puede acabar provocando un infarto, una angina de pecho, un ictus cerebral, una isquemia en una pierna.
"Hablamos de arteria enferma", tercia Clotilde V¨¢zquez, jefa de nutrici¨®n del Ram¨®n y Cajal. Igual que, m¨¢s que de colesterol, los m¨¦dicos hablan cada vez m¨¢s de perfil lip¨ªdico, del conjunto de grasas circulante y de su equilibrio, que es lo que valoran para hacer un diagn¨®stico de hipercolesterolemia. Como norma general, V¨¢zquez establece que "mantener el LDL por debajo de 170 es correcto si no hay otro factor de riesgo".
Un infarto, una diabetes, una hipertensi¨®n; tabaco, obesidad, edad, vida sedentaria... En cuyo caso, "lo m¨¢s aconsejable es mantenerse lo m¨¢s cercano posible al 100", receta la doctora. "Cada factor de riesgo no suma, sino que potencia el deterioro; no es exponencial, pero con tres factores a lo mejor est¨¢s sumando cinco", aclara. Y tan importante como que el LDL permanezca bajo es que el HDL (el colesterol bueno, el que circula de los tejidos al h¨ªgado como una aspiradora eliminando excesos) se mantenga alto. Para eso resulta fundamental llevar un estilo de vida saludable.
"Aquellas personas que siguen una dieta de estilo mediterr¨¢neo y hacen ejercicio regular tienen m¨¢s probabilidades de mejorar su perfil metab¨®lico", declara Miguel ?ngel Mart¨ªnez Olmos, investigador del CIBERobn. As¨ª lo refuerzan, al menos, los primeros resultados del estudio cl¨ªnico de intervenci¨®n diet¨¦tica sobre personas con predisposici¨®n al colesterol alto (por un h¨ªgado graso u otros factores de riesgo) que est¨¢ coordinando este especialista en endocrinolog¨ªa y nutrici¨®n del hospital de Conxo de Santiago de Compostela.
"La mejor¨ªa de los pacientes capaces de cumplir las recomendaciones son evidentes", remacha. CIBERobn ha investigado sobre los beneficios de los frutos secos, del aceite de oliva. Mart¨ªnez Olmos coordin¨® un estudio, publicado esta primavera, sobre los perjuicios de la fructosa (presente en las bebidas azucaradas), que reduce el HDL y eleva los triglic¨¦ridos. El especialista defiende que los avances en nutrigen¨®mica (la ciencia que estudia la expresi¨®n de los genes en relaci¨®n con la nutrici¨®n) har¨¢n que "pronto sea posible tener el perfil diet¨¦tico que conviene a una persona seg¨²n su particular metabolismo lip¨ªdico".
Mientras eso llega, los expertos insisten: ejercicio y dieta mediterr¨¢nea; menos snacks y boller¨ªa industrial, y m¨¢s fruta, verdura, pescado y legumbres; menos televisi¨®n y "maquinitas" en manos de los ni?os, y m¨¢s deporte y bicicleta; escoger las escaleras en lugar del ascensor o bajarse una parada de metro antes y andar.
?Y alimentos funcionales? S¨ª, cuando sean necesarios. "Soy defensora de los funcionales, algunos de ellos s¨ª han demostrado que ayudan. En situaciones leves, antes que empezar a medicar, le dices al paciente que pruebe, lo incorpora a su alimentaci¨®n y alcanza los objetivos. Se trata de una herramienta interesant¨ªsima. Lo que es un peligro es que se convierta en la panacea, eso no, no puede ser que por tomarme un bote de lo que sea ya pueda comer de todo", advierte V¨¢zquez.
La hipercolesterolemia es asintom¨¢tica. El retrato robot de quienes la sufren ser¨ªa una persona de mediana edad con sobrepeso, principalmente grasa acumulada en la cintura, y alg¨²n otro tipo de riesgo asociado, ll¨¢mese sedentarismo, glucosa alta o grasa en el h¨ªgado. Cada vez hay m¨¢s ni?os y adolescentes engrosando estas filas. "Mucha gente de 60 o 70 a?os acude a nuestras consultas y ese es el primer an¨¢lisis que se hacen", lamenta Juan Pedro-Botet, presidente de la SEA, que no exista un detecci¨®n precoz del colesterol alto.
En opini¨®n del doctor, lo ideal ser¨ªa la detecci¨®n ocasional en la consulta de atenci¨®n primaria. El paciente de 46 a?os que es obeso, y fuma, y tiene la tensi¨®n por las nubes, y no se mueve del sill¨®n frente a la tele. Y el m¨¦dico, tirando del hilo, termina por pescar colesterol de semejante caldo de cultivo. Algo que normalmente no se hace. "?En visitas de cinco minutos? No hay tiempo", sentencia Pedro-Botet.
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