Los furtivos arrasan el coral rojo
Denunciados tres reincidentes por capturar en el Montgr¨ª 14 kilos de esta especie protegida.- Los expertos denuncian la impunidad que reina en la Costa Brava
Juegan al gato y el rat¨®n desde hace a?os y el pasado mi¨¦rcoles se volvieron a encontrar. Eran las siete de la ma?ana y tres pescadores furtivos, viejos conocidos de los agentes rurales de la Generalitat, sal¨ªan del agua con 14 kilos de coral rojo acumulados en tres sacas colgadas alrededor del cuello. Actuaban en el Parque Natural del Montgr¨ª y las Illes Medes, donde cualquier tipo de pesca est¨¢ prohibida. Sorprendidos, los furtivos volvieron a sumergirse y bucearon hasta una cueva, donde escondieron el bot¨ªn. Los agentes rurales, acostumbrados a las triqui?uelas, encontraron el coral y los aparejos utilizados para extraerlo. Los tres hombres, que son reincidentes, han sido denunciados. El Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªgficas (CSIC) se ha hecho cargo del coral e intentar¨¢ devolver con vida al mar medio millar de las colonias de coral rojo arrancadas por los furtivos.
La primera denuncia por pesca ilegal sobre uno de los detenidos data de hace 14 a?os, explic¨® Jordi Romeu, jefe del ¨¢rea b¨¢sica de agentes rurales del Baix Empord¨¤ y quien dirigi¨® la operaci¨®n. Desde ese momento, ni ¨¦l ni sus dos acompa?antes han dejado de depredar el coral rojo en el litoral de la Costa Brava, muy valorado por su color y escasa porosidad. "Lo hacen sin licencia y luego lo venden a un precio por debajo de mercado a redes controladas por ciudadanos italianos y asi¨¢ticos", a?adi¨® Romeu. El coral acaba convertido en llamativas joyas. El requisado el mi¨¦rcoles era de baja calidad (las ramas son j¨®venes y delgadas) y, a¨²n as¨ª, su precio alcanza los 200 euros el kilo. "Es la fiebre del oro rojo: una actividad r¨¢pida, que requiere poco trabajo y da mucho dinero", cuenta Romeu.
?l lleva a?os persiguiendo a los furtivos. "En los ¨²ltimos 20 a?os hemos decomisado unos 300 kilos", afirma. "Los denunciamos por v¨ªa administrativa, pero no tienen nada a su nombre que se les pueda embargar para pagar las multas", afirma. Al d¨ªa siguiente de ser denunciados, los furtivos vuelven al trabajo.
Cristina Linares, investigadora de la Universidad de Barcelona y el CSIC lamenta que los furtivos act¨²en con impunidad. "Con el precio al que se vende, aunque pagaran la multa les saldr¨ªa a cuenta seguir", dice la experta, que opina que la pesca furtiva de coral es una actividad "poco castigada pese a ser ilegal, lo que impide que se combata con la necesaria contundencia".
El n¨²cleo duro de los furtivos est¨¢ formado por cinco personas que a lo largo del tiempo han ense?ado el oficio a algunas m¨¢s. Ahora son unos 15, la mayor¨ªa menores de 40 a?os. Se sumergen casi todos los d¨ªas del a?o con una botella de aire y arrasan sin miramientos con las colonias. Quieren ir r¨¢pido y capturar grandes cantidades. "Llevan un colador y pican todo lo que encuentran", explica Romeu. Hace poco sorprendieron a un hombre en la cala de Aiguafreda (Begur) que hab¨ªa utilizado "una especie de torpedo el¨¦ctrico para desplazarse sin embarcaci¨®n y llamar menos la atenci¨®n".
Desde Begur a Francia, los furtivos han ido arrasando colonias de coral rojo. Los pescadores legales, sometidos a una estricta regulaci¨®n, deben respetar unas medidas m¨ªnimas. El di¨¢metro de la rama que se quiere cortar no puede ser menor a siete mil¨ªmetros para permitir la regeneraci¨®n del animal. Y no se permite arrancar ramas j¨®venes. El coral que arrancaron los tres detenidos no superaba los cuatro mil¨ªmetros y no llegaba a los 30 a?os de vida.
Los da?os causados por la captura furtiva del coral rojo se agravan por el lent¨ªsimo crecimiento de las estructuras calc¨¢reas que son construidas por los p¨®lipos que viven en ellas. "Una pieza de coral rojo de 25 cent¨ªmetros de longitud tarda entre 50 y 100 a?os en desarrollarse", explica Linares.
Los buceadores de la zona tambi¨¦n les conocen. "Es la misma historia de siempre", comentaba uno en un foro de Internet en 2009 despu¨¦s de que tres furtivos de este grupo fuesen sorprendidos en la zona de Begur con 13 kilos de coral rojo. En esa ocasi¨®n, los agentes rurales abrieron diligencias para trasladar a la Fiscal¨ªa de Medioambiente, pero el caso no prosper¨® por la v¨ªa penal. Romeu espera que esta vez sea distinto.
El CSIC trata de salvar 500 de las colonias capturadas
Medio millar de las colonias de coral rojo arrancadas por los furtivos de las aguas del Parque Natural del Montgr¨ª y las Illes Medes descansan, por mandato judicial, en los acuarios del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona. "Es la primera vez que trataremos de recuperar y devolver al mar las colonias capturadas ilegalmente", explica la investigadora Cristina Linares, que a?ade que "lograrlo no ser¨¢ nada f¨¢cil".
El muy cotizado coral rojo es en realidad el edificio calc¨¢reo que construyen y en el que viven unos peque?os p¨®lipos blancos, gelatinosos y trasl¨²cidos (el corallium rubrum) que mueren r¨¢pidamente si se les saca del agua. "No aguantan ni una hora fuera del mar", explica Linares. El objetivo ahora es mantenerlos en buenas condiciones hasta que el juez, previsiblemente la pr¨®xima semana, autorice su reintroducci¨®n "en la zona de las Illes Medes".
Para hacerlo, las estructuras ser¨¢n pegadas a unas placas hechas de especie de masilla o cemento inerte -que no tiene ning¨²n impacto ni efecto negativo sobre el medio marino- que a su vez ser¨¢n fijadas a las rocas y cuevas sumergidas del parque natural. "Si todo sale bien", relata la investigadora, "el coral sobrevivir¨¢ porque lo devolvemos al medio en el que ha vivido y crecido hasta ahora".
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