Abracadabra cerebral
La ciencia se une a una disciplina tan antag¨®nica como la magia para estudiar la atenci¨®n y los l¨ªmites del cerebro. Las ilusiones visuales permiten a los neur¨®logos descubrir c¨®mo construimos la experiencia de la realidad a partir de una percepci¨®n incompleta de la misma
Ahora lo ves y... ahora no lo ves. Es curioso: en un show de ilusionismo aceptamos de buen grado los enga?os, hay un pacto t¨¢cito entre el mago y el espectador por el cual, durante el tiempo que dura el espect¨¢culo, se abole el escepticismo. Sabemos que los magos juegan con nuestra mente a su antojo y que la magia no es real, pero disfrutamos igualmente del momento. Eso el p¨²blico. Porque los neur¨®logos pueden sacar otro provecho del arte de los ilusionistas. Estudiar la percepci¨®n, la atenci¨®n, los l¨ªmites del cerebro. Algunos neurocient¨ªficos ya han empezado a colaborar con magos uniendo esas dos disciplinas tradicionalmente antag¨®nicas: la ciencia y la magia.
"Nosotros tratamos de entender los correlatos neurales de las ilusiones, esos momentos en los que la realidad objetiva (lo que pasa) y la subjetiva (lo que percibimos) no coinciden. Eso nos permite esclarecer cu¨¢les son las operaciones y mecanismos que utilizamos para construir la experiencia de la realidad", explica Susana Mart¨ªnez-Conde, neurocient¨ªfica espa?ola que trabaja en el Laboratorio de Neurociencia Visual de la Universidad de Phoenix.
Partimos de dos dimensiones para montar cerebralmente im¨¢genes de tres y esto se hace estad¨ªsticamente, buscando la soluci¨®n m¨¢s probable
"Las ilusiones", contin¨²a, "existen debido a la propia limitaci¨®n del cerebro. El cerebro es finito, tiene un tama?o m¨¢ximo, tiene que caber en el cr¨¢neo y posee un n¨²mero limitado de neuronas y, por tanto, de conexiones neuronales. Solo percibimos una parte de la realidad. Aquello que no podemos percibir, el cerebro lo estima, toma atajos, realiza certeras simulaciones, lo rellena. La mayor parte de las veces lo hace con eficacia, pero a veces, cuando recrea algo que no existe, nace eso que llamamos ilusi¨®n".
Mart¨ªnez-Conde coordin¨® el pasado mayo, junto con su colega Stephen Macknik, el encuentro Neuromagic, celebrado en la isla de San Sim¨®n (Pontevedra), dentro del proyecto Isla del Conocimiento. All¨ª se reunieron neurocient¨ªficos punteros a nivel mundial con magos como el veterano James Randi o los espa?oles Luis Piedrah¨ªta o Miguel ?ngel Gea.
Manipular la atenci¨®n
"Los magos aprovechan el hecho de que el cerebro se ha hecho poco sensible, trata de ahorrar tiempo y energ¨ªa, as¨ª manipulan la atenci¨®n del espectador, consiguen modificar la memoria e introducir memorias nuevas, es decir, cambiar lo que creemos que hemos visto", explica Luis Mart¨ªnez Otero, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante que tambi¨¦n particip¨® en el congreso.
"El cerebro no es capaz de procesar todo por varias razones: partimos de im¨¢genes en dos dimensiones para montar cerebralmente im¨¢genes en tres, y esto se hace estad¨ªsticamente, buscando la soluci¨®n m¨¢s probable, lo que a veces provoca ilusiones. El cerebro, adem¨¢s, es caro y lento: ocupa solo el 3% del cuerpo, pero consume de manera constante el 30% de la energ¨ªa. Para solventar esto act¨²a de manera predictiva, vive en parte en el pasado y predice el futuro para crear la sensaci¨®n de tiempo real".
?Qu¨¦ utilidad tiene el estudio de los trucos m¨¢gicos para los cient¨ªficos? En uno de estos estudios, Susana Mart¨ªnez-Conde analiz¨® al mago Apollo Robbins, carterista. Observaron que mientras sustra¨ªa objetos a sus voluntarios era m¨¢s efectivo hacer un movimiento con el brazo en arco que en l¨ªnea recta. Ten¨ªa que ver con el aparato oculomotor, los movimientos oculares. "Lo llevamos al laboratorio: en l¨ªnea recta, el ojo realiza movimientos sac¨¢dicos, el ojo se mueve a saltitos. En el movimiento en arco, el ojo del espectador sigue a la mano de forma continua, no mira hacia otro sitio, la atenci¨®n se centra en el arco. As¨ª, con la atenci¨®n distra¨ªda en ese punto, el carterista puede sustraer sin ser visto".
La moneda invisible
Otro experimento es el del mago Mac King. Tira una moneda de la mano derecha a la izquierda. Luego abre la mano receptora, la izquierda, y no hay moneda, ha desaparecido. La realidad es que la moneda nunca ha abandonado la mano lanzadora, la derecha, pero el p¨²blico podr¨ªa jurar que la ha visto trazando una trayectoria en el aire. ?Por qu¨¦? "Primero", explica Mart¨ªnez-Conde, "el movimiento que ha ejecutado el mago es id¨¦ntico al que habr¨ªa hecho de lanzar la moneda de verdad, y segundo, los mecanismos neurales de movimiento impl¨ªcito hacen que creamos verla, de la misma manera que haci¨¦ndole a un perro el gesto de tirarle un palo el perro sale corriendo. De alguna manera, el mago nos est¨¢ enga?ando como a ese perro".
Otros temas de estudio son el libre albedr¨ªo, seg¨²n explica Luis Mart¨ªnez-Otero: "A veces, los magos fuerzan mediante trucos la elecci¨®n de una carta. El voluntario elige una carta que ellos, de alguna manera, le obligan a elegir. Aun as¨ª, estamos convencidos de que la hemos elegido nosotros con libertad. Lo cierto es que existe una conexi¨®n muy directa entre magia y neurociencia. Uno piensa: ?por qu¨¦ no lo habremos hecho antes?". La exposici¨®n interactiva Abracadabra, ilusionismo y ciencia, en el museo cient¨ªfico Cosmocaixa Madrid, explora, hasta febrero de 2012, la conexi¨®n entre ambas disciplinas.
Est¨¢ claro que la magia ense?a cosas a los cient¨ªficos. A la inversa, ?qu¨¦ sacan los magos de esta colaboraci¨®n? "A m¨ª me ha ayudado a ser consciente de los valores de la magia. Nosotros aprendimos de forma intuitiva, en modo prueba y error. Con esto se te ampl¨ªan los conceptos. Hay muchos aspectos que nosotros llevamos utilizando cientos de a?os y ellos los tienen muy claros a nivel neuronal", dice el mago Miguel ?ngel Gea, que colabora con los cient¨ªficos citados.
"Mi parte del trabajo es hacer trucos que ellos graban en v¨ªdeo para estudiar en el laboratorio la reacci¨®n de diferentes espectadores", explica. La colaboraci¨®n entre magos y cient¨ªficos a¨²n est¨¢ comenzando, pero se espera que en el futuro ayude a entender y tratar trastornos relacionados con la memoria y la atenci¨®n, como el autismo, el alzh¨¦imer u otros tipos de deterioro cognitivo o trauma cerebral.
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