Cuando el sindicalismo deja de ser profesi¨®n
Varias autonom¨ªas recortan a las personas dedicadas a tiempo completo a representar a los trabajadores - Los afectados vuelven a sus puestos sin traumas, pero la presencia sindical se resiente - ?Eran demasiados?
![El recorte de liberados ha afectado a quienes ya no lo son y también a quienes siguen siéndolo y ahora tienen que asumir más trabajo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/54Y4ILVPE2RYJ55PNY37LOR774.jpg?auth=23cea8fd05f894e9c668c83354738009270fa105b189482c019476b76efe6f7e&width=414)
El pasado 1 de septiembre, tras cinco a?os dedicada a tiempo completo a ejercer la defensa de los derechos de los trabajadores como liberada sindical, Maite G¨®mez -de 42 a?os y afiliada a Comisiones Obreras desde los 27-, se reincorpor¨® a su puesto de trabajo en un centro social para personas mayores de San Blas, un barrio obrero de Madrid.
Si le preguntas que c¨®mo lo lleva, su primera reacci¨®n coincide con la de todos los exliberados consultados para este reportaje: estupendamente. "No me ha afectado nada", empieza G¨®mez. "Mi trabajo me encanta y ahora tengo m¨¢s tiempo para mi familia. Porque muy al contrario de la idea de que los liberados sindicales trabajan poco, es al rev¨¦s. Antes estaba ocupada ma?ana y tarde y ahora vuelvo a tener mi horario de ocho a tres de la tarde. Salgo ganando de largo".
Al igual que ella, cientos de liberados sindicales (trabajadores que dedican su jornada a mediar entre empleados y empresa y cuyo puesto est¨¢ asegurado) se incorporaron tras las vacaciones a sus viejos puestos de trabajo. Madrid encabeza la lista de comunidades donde los liberados de las Administraciones p¨²blicas han sufrido un duro recorte. Bas¨¢ndose en el art¨ªculo 38 del Estatuto del Empleado P¨²blico, que permite suspender los acuerdos p¨²blicos por la crisis econ¨®mica, el Gobierno de Esperanza Aguirre ha revocado los numerosos convenios alcanzados durante a?os con los sindicatos -muchas veces para evitar conflictos laborales- y ha reducido el tiempo de representaci¨®n sindical al estrictamente legal.
"Perdemos derechos que se tard¨® a?os en conquistar", dice una sindicalista
La traducci¨®n es que se han recortado de 75 a 40 las horas mensuales de representaci¨®n sindical y se han perdido unos 1.900 liberados (de un total previo al recorte de 3.500), seg¨²n los c¨¢lculos de la propia Aguirre, aunque se trata de una aproximaci¨®n. Por su parte, Jos¨¦ Javier Cubillo, secretario de Organizaci¨®n de UGT, estima que se han perdido el 65% de los liberados sindicales en Madrid.
La medida, seg¨²n Aguirre, se traducir¨¢ en el ahorro de 73 millones de euros. La necesidad de recortar gastos debido a la crisis ha sido tambi¨¦n el argumento esgrimido por al menos otras seis comunidades, que han seguido o han anunciado que van a seguir los pasos ya adoptados en Madrid: Castilla-La Mancha, Galicia, Baleares, la Comunidad Valenciana, Murcia y La Rioja.
El debate sobre si el esgrimido ahorro justifica los recortes o si tras la decisi¨®n se esconde la intenci¨®n de mermar la fuerza sindical, est¨¢ abierto. "El que se est¨¦n dando unos recortes tan fuertes te indica que se estaba muy por encima de lo que establece la ley", empieza Miguel Rodr¨ªguez-Pi?edo, catedr¨¢tico de la Universidad de Sevilla de Derecho Laboral y consultor de PwC. "Pero tambi¨¦n hay que decir que el m¨ªnimo legal no es muy generoso. A efectos pr¨¢cticos se traduce en que los sindicatos van a tener muchas m¨¢s dificultades".
Aguirre ha dejado en 1.900 los 3.500 liberados de su Administraci¨®n
Rodr¨ªguez-Pi?edo cree que el recorte es especialmente doloroso al haber afectado a los liberados: "Suelen ser gente muy activa, con experiencia, son los sindicalistas de ¨¦lite. No son un chollo de los sindicatos, son un servicio p¨²blico a los trabajadores. Es un recorte m¨¢s al Estado de bienestar. No recuerdo que se hayan producido nunca reducciones de este tipo, pero es cierto que la situaci¨®n en la que estamos no tiene precedente".
Desde algunas organizaciones empresariales, esta nueva senda se ve necesaria para capear la crisis. "Lo que se est¨¢ haciendo es ajustarse de unos m¨¢ximos a unos m¨ªnimos que permite la ley", dice Francisco Aranda, presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Laborales de la Confederaci¨®n Empresarial de Madrid-CEOE. "Partimos de la base de que estamos a favor de la representaci¨®n sindical, un derecho sagrado recogido en la Constituci¨®n. Pero como las condiciones econ¨®micas cambian necesitamos aumentar la productividad y recursos humanos que produzcan bienes y servicios. Mientras no se baje del l¨ªmite que fija la ley, no hay nada que criticar. En Espa?a part¨ªamos de unas cifras de liberados muy elevadas. Solo en el sector privado hay 290.000 representantes sindicales, un dato francamente elevado teniendo en cuenta que el 92% de las empresas por n¨²mero de trabajadores son pymes y aut¨®nomas".
No todo el mundo opina as¨ª. Fernando Vald¨¦s, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid y Presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, cree que el ahorro no justifica las medidas adoptadas: "Son cifras min¨²sculas, se ha ido a lo m¨¢s medi¨¢tico, haciendo recaer sobre los sindicatos una especie de sombra sobre su capacidad para ejercer sus propias funciones y lo que se est¨¢ haciendo es ponerles impedimentos".
Hay centros que se han quedado sin comit¨¦ de empresa con el recorte
Vald¨¦s va m¨¢s all¨¢: "Lo que est¨¢n haciendo las Administraciones p¨²blicas al modificar unilateralmente los acuerdos que ellos mismos firmaron, es mermar el principio base de aquellos acuerdos, que es la promoci¨®n de la actividad sindical", contin¨²a. "No se les impide su actividad, porque se respeta la ley, pero se retrocede".
Desde los sindicatos los recortes se han recibido como un ataque, pero tambi¨¦n con cierto pragmatismo. As¨ª, Jos¨¦ Javier Cubillo, secretario de Organizaci¨®n de UGT, huye en su an¨¢lisis del derrotismo: "Un 35% de los liberados permanece, ha sido un cambio importante pero no nos ha dejado inoperantes, todo funciona con normalidad, con algo m¨¢s de apretura, pero tambi¨¦n ha servido para plantearnos que las cosas pueden ser de otra manera". "Las administraciones tienen menos gente, est¨¢bamos mucho mejor antes, pero hay que apa?arse", prosigue. "No nos han puesto a las patas de los caballos. Otra cosa es si nos conformamos y no, no nos conformamos".
El secretario de Organizaci¨®n de UGT no oculta que el recorte ha tenido un efecto purga: "En alg¨²n caso ha servido para eliminar situaciones encubiertas que no conoc¨ªamos, acuerdos a los que se hab¨ªa llegado de que se liberase a Fulanito o Menganita... Digamos que ha obligado a todo el mundo a estructurarse y se est¨¢n aprovechando mejor las horas".
Francisco D¨ªaz, de 52 a?os y liberado sindical de UGT desde hace cinco, reacciona al comenzar la conversaci¨®n con un do de pecho. En septiembre, ¨¦l tambi¨¦n regres¨® a su puesto como auxiliar administrativo en el centro de extracci¨®n de sangre de Madrid (el autob¨²s que recorre la comunidad extrayendo sangre a voluntarios). ?Que c¨®mo lo lleva? "Pues bien. Laboralmente estoy estupendamente. Al mal tiempo, buena cara. En su momento me le¨ª el acuerdo que se firm¨®, vi lo que hab¨ªa y el d¨ªa 1 me incorpor¨¦ al trabajo tan ricamente. No lo llevo mal, estando en la calle, un d¨ªa en un sitio y pasado en otro, se conoce a mucha gente".
Los liberados sindicales llevan meses oyendo que son un gasto superfluo cuando no cosas m¨¢s duras. Les ha afectado. Por eso reaccionan con orgullo. Pero si rascas un poco, salen las heridas. "?Si me da pena? No, y eso que me gustaba ser liberado y atender a los trabajadores...", comienza explicando Francisco D¨ªaz. "?Si me duele? Claro que me duele. Yo me he incorporado a mi puesto estupendamente pero veo los problemas que pueden surgir con el recorte y me afectan. Veo como poquito a poco se pierden derechos que se han tardado a?os en conquistar. La empresa ahora puede hacer muchas cosas en las que antes a lo mejor se frenaba. Tienen las manos libres", dice con amargura. "Hay gente que llega nueva y que no puede abrir la boca porque entonces ya nos les llaman a hacer suplencias. Me afecta, porque veo que pueden hacer cualquier chapuza y la gente no sabe bien d¨®nde dirigirse, no como antes".
Un requiebro similar sufre Maite G¨®mez, de CC OO, a media conversaci¨®n: "Soy sindicalista porque lo llevo en las tripas, si veo que hay injusticias, sea liberada o no, reacciono. El problema es que mientras que antes me dedicaba a la labor sindical a tiempo completo ahora tengo 40 horas al mes para todo, es decir, un d¨ªa", empieza a explicar. "Llevo 32 centros de mayores, tres comedores sociales y un centro social. No tengo tiempo material para visitar los centros. ?En qu¨¦ ha cambiado la situaci¨®n? En que sencillamente no se puede hacer acci¨®n sindical. Lo ¨²nico que podemos es apagar fuegos".
Cuando recibe quejas de trabajadores de alguno de los centros que le corresponden, G¨®mez les deriva a la central sindical, aunque all¨ª los recortes tambi¨¦n han afectado: "Una sola persona hace lo que antes hac¨ªan tres. Como trabajadores esto nos afecta much¨ªsimo. La gente cuando tiene un problema ahora no sabe a qui¨¦n dirigirse, es casi imposible contactar con los poquitos que somos. Lo que quieren es cargarse los derechos adquiridos sin ning¨²n tipo de oposici¨®n".
Luis Costa, de 39 a?os, y empleado del Archivo Hist¨®rico de Protocolos de la Comunidad de Madrid, otro exliberado sindical de CC OO que se reincorpor¨® a su puesto hace un mes, transmite el mismo mensaje: "En lo personal lo llevo bien, con normalidad", empieza a explicar. "Volver a mi puesto no me ha provocado ning¨²n trastorno, al rev¨¦s, me permite planearme mejor porque ser liberado implica muchos sacrificios y no hay horario. Pero eso a m¨ª no me consuela. Lo que me preocupa son todas las medidas que se est¨¢n tomando y que van en perjuicio de los trabajadores. Temo por mi puesto de trabajo".
El recorte de liberados no solo ha afectado a quienes ya no lo son, sino tambi¨¦n a quienes siguen si¨¦ndolo y ahora tienen que asumir m¨¢s carga de trabajo. Maximiliana Bejarano, de 49 a?os y liberada en la Federaci¨®n de Servicios P¨²blicos de UGT -cuyo personal, dice, se ha reducido a un tercio- resume su sensaci¨®n con claridad: "Lo vivo con mucha tristeza. Ni rabia, ni cabreo, ni impotencia, me da pena... Nos han dejado tiritando".
En el ¨²ltimo mes, los distintos sindicatos han podido testar c¨®mo se est¨¢n viviendo en sus filas los cambios. "Hay gente que lo vive peor y otros mejor", dice Javier D¨ªaz Toril, secretario general sectorial de la Administraci¨®n Auton¨®mica de la Federaci¨®n de Servicios a la Ciudadan¨ªa de Madrid de Comisiones Obreras. "Unos entienden que ha sido un golpe a la base, y otros intentan animarse y pensar en c¨®mo reestructurarnos. Y luego hay gente que se ha cabreado... porque se ha cabreado con el mundo".
Los cambios en su ¨¢rea han sido importantes: "De cerca de 500 secciones sindicales nos hemos quedado con 36", dice. "Hay centros que se han quedado sin comit¨¦ de empresa". D¨ªaz Toril pone el ejemplo de la residencia de personas mayores de San Mart¨ªn de Valdeiglesias, a 78 km de Madrid, que se ha quedado sin cr¨¦ditos para las tareas sindicales. "Tienen que hacerlo fuera de la jornada laboral como antes de 1978", se queja. "Es duro, pero hemos perdido lo logrado en 33 a?os. No nos queda otra que retrotraernos al pasado, reestructurarnos e intentar recuperar con el tiempo derechos que acabamos de perder... Pero me temo que no podremos".
Aunque insiste en que el cambio ha mejorado su calidad de vida, la exliberada Maite G¨®mez saca a la sindicalista que lleva dentro hacia el final de la conversaci¨®n. Explica que no se ha resignado. Le est¨¢ dando vueltas al coco para encontrar formas de hacer frente a los recortes. "Lo que quer¨ªa el Gobierno regional lo ha conseguido... O no", empieza. "Ahora lo que nos toca es idear nuevas estrategias que les pillen desprevenidos. Desde luego, la forma en que se trabajaba antes es imposible. Es lo que te queda. Si yo no puedo hacer acci¨®n sindical como hasta ahora porque me han quitado ese derecho, si a los trabajadores les han quitado los comit¨¦s de empresa hist¨®ricos, tengo que buscar otra forma para poder llegar a la gente, es de caj¨®n".
-?Qu¨¦ tipo de cosas?
Los recortes en las comunidade
- Madrid. El Gobierno de Esperanza Aguirre (PP) ha suspendido los acuerdos p¨²blicos y ha ajustado el n¨²mero de liberados sindicales de la Administraci¨®n auton¨®mica a lo establecido por la ley, suprimiendo horas sindicales equivalentes a 1.930 liberados sindicales de los 3.500 que hab¨ªa, seg¨²n sus estimaciones. Hay unos 180.000 empleados p¨²blicos.
- Galicia. El Ejecutivo de Feij¨®o (PP) ha anunciado el recorte de 120 liberados sindicales, alrededor del 20% del total de los que existen en la Administraci¨®n auton¨®mica.
- Baleares. El Ejecutivo, del PP, tambi¨¦n ha recortado el n¨²mero de liberados institucionales: 89 dejar¨¢n de serlo y 221 ver¨¢n reducidas sus horas. Los sectores m¨¢s afectados son Educaci¨®n y Sanidad. Los sindicatos tendr¨¢n adem¨¢s que dejar sus sedes en edificios p¨²blicos -ser¨¢n reagrupados en una sola- y dejar¨¢n de recibir las ayudas y los fondos para la Acci¨®n Sindical, 205.000 euros anuales.
- Comunidad Valenciana. Alberto Fabra (PP), presidente de la Generalitat valenciana, ha reducido en 197 los liberados sindicales de la administraci¨®n auton¨®mica. 90 formaban parte de un "cupo institucional" que se pact¨® en la ¨¦poca de Joan Lerma y que fue mantenido por los sucesivos presidentes de la Generalitat.
- Castilla-La Mancha. Mar¨ªa Dolores de Cospedal (PP) ha anunciado como parte del Plan de Garant¨ªa de Servicios Sociales B¨¢sicos -un duro plan de recortes con el que pretende ahorrar 1.815 millones de euros entre 2011 y 2012- la reducci¨®n de 500 liberados sindicales y la eliminaci¨®n de las subvenciones directas a sindicatos y patronales.
- La Rioja. Pedro Sanz (PP) ha anunciado que en octubre desvelar¨¢ un "plan de austeridad", que incluir¨¢, entre otras medidas, la disminuci¨®n de los liberados sindicales -ahora hay 103- y un nuevo impuesto medioambiental para las empresas energ¨¦ticas.
- Murcia. El n¨²mero de liberados sindicales de la Administraci¨®n regional se ha reducido aproximadamente en un 30% con los recortes emprendidos por el ejecutivo, del PP.
-No puedo decirlo.
-?Quiz¨¢ sacarle m¨¢s partido a las redes sociales y otras herramientas de Internet?
-Bueno, por ah¨ª van los tiros.
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